La extensa carrera de Dolores Fonzi incluye un pasado como estrella juvenil en la tira Verano del 98 y un presente en el que es una de las actrices más consolidadas y exitosas del medio hispanoamericano. Durante más de 20 años ha abarcado diversos roles en cine y televisión, y ahora debuta como directora con Blondi.
Fonzi no sólo dirige, también coescribe y protagoniza esta tragicomedia que nos sumerge en el mundo de Blondi y Mirko, una madre y un hijo con una relación especial. Acompañada por un elenco de lujo que incluye a Carla Peterson, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia y el ascendente Santiago Rovito (Argentina, 1985), cuenta una historia sencilla, emotiva y con la que es fácil identificarse.
“¿Para qué sirve un padre?”. Blondi responde sin rodeos: “Ni idea”. Bajo esta frontal premisa se nos plantean el puzle de una familia de clase media: Blondi (Fonzi), que recibe el apodo por su fanatismo con la banda de Debbie Harry, es una encuestadora de 35 años vivaz, charlatana y madre soltera de Mirko (Rovito), quien tiene 20 años y se dedica a las ilustraciones. Su relación está muy lejos de las convenciones: son madre e hijo pero parecen hermanos. Escuchan la misma música, fuman marihuana juntos, tienen amigos en común, son cómplices y hablan sin tapujos de temas que resultarían incómodos a otras madres y otros hijos. Completan el cuadro familiar Pepa, la madre de Blondi (una maravillosa Rita Cortese), su estresada hermana mayor Martina (Carla Peterson), con quien pelea bastante (tienen modelos de maternidad opuestos) y su intrascendente cuñado Eduardo (Leonardo Sbaraglia).
El matriarcado es el centro de la historia, y las relaciones de Blondi con Mirko, Martina y Pepa, tan pendulares como sinceras, vertebran una familia que, como todas, hace lo que puede. El gran acierto del guion de Fonzi es que todos los personajes son absolutamente falibles y no pretenden ocultarlo; están un poco rotos y así se muestran. Blondi no es una madre devota ni abnegada o correcta. Su honestidad puede ser brutal: no le oculta a su hijo su pasado de maternidad no deseada y se replantea su papel de madre-amiga.
Con roles que parecen cambiados, los protagonistas desnudan su peculiar vínculo en una historia entrañable, divertida y llena de poesía en sus diálogos. La naturalidad con la que fluye el humor y la química de sus protagonistas hacen que Blondi, además de ser la cálida historia de una familia heterogénea y de una madre y un hijo unidos al máximo, sea una comedia graciosa, llena de gags que funcionan a la perfección. Transforma situaciones normalmente dramáticas en humor, como una bien lograda dramedy que, bajo un relato en apariencia liviano y costumbrista, resulta mucho más profunda de lo que parece.
Blondi. 87 minutos. En Prime Video.