La Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) Margarita Xirgu inauguró el jueves pasado la muestra Trajes de papel. Costumes en papier en la sala de exposiciones de la Alianza Francesa. Semejan ruedos de gran porte, brocatos de seda, delicados encajes y pecheras almidonadas, pero se trata de una serie de vestidos femeninos confeccionados en papel por estudiantes del curso Diseño Teatral Integrado III de la Carrera de Diseño Teatral, en la que mediante una recreación de época se exploran la condición de la mujer y las imposiciones sociales.
Aunque Rubens Reyes, uno de los seis docentes que encaminaron estos trabajos, ingresó este año a dar clases a la EMAD, cuenta que la institución ya venía haciendo este tipo de ejercicio, en formato de laboratorio, al final del primer semestre. La premisa fue partir del traje barroco, en el cual el ornato y la amplitud no faltan, para plasmarlo de manera monocromática, blanco en este caso, y en un material que es más frágil pero a la vez permite otras audacias (probaron utilizando papel sulfito, de calco, de seda, hasta papel higiénico), y como se trata de indumentaria muy armada, sumaron cartón para dar mayor rigidez a las estructuras.
Se considera traje de estilo barroco a la vestimenta que abarca del siglo XVII a fines del XVIII. Reyes, quien se dedica a la confección desde hace cuatro décadas, en las tres últimas abocado a vestir los escenarios, explica que aquí lo que se busca es la forma y también los detalles: “Con los papeles se logran la caída y los pliegues de la tela, toda la elaboración que tiene un traje. Es increíble pero se ve. Al principio a los estudiantes les parece imposible, pero realmente logran cosas maravillosas”, asegura. No se trabajó con moldes, de allí que no se corte en papel como se haría con cualquier género, sino que se lo aprovecha en pos del resultado final.
En cuanto a la inspiración, el vestuarista indica que “la información generalmente se saca de cuadros, de libros, y ellos logran darle la misma forma sin que sea un vestido cortado”, y al no contar con un modelo completo, siempre se trata de llegar a la escala 1:1 con datos parciales. “Al principio del semestre se dan las características del Barroco y después lo que les pedimos es que traigan tres personajes, nos los muestran, nos ponemos de acuerdo y van eligiendo el que quieren hacer. Los guiamos en cuanto a las proporciones: si, por ejemplo, lleva un volado a tal altura, para respetar la figura. Así elaboran el traje, con los bordados o relieves, o si lleva perlas, las ves en el papel”.
En esa traducción de un material al otro, el estudiante tiene que decidir cómo dar determinada caída o cómo hacer los pliegues para llegar a la silueta final. “Es acierto y error, pero se enganchan con algo y lo resuelven”, cuenta Reyes, quien recuerda dos ocasiones en su carrera en las que le encomendaron trajes de papel: para una modelo que llevaba un vestido strapless “tipo Dior”, con una base de lienzo y arriba en papel de diario, y otra vez para la reina del Carnaval de la comuna canaria, “en un momento en que estaban dándole valor al reciclaje”. Claro que las que ahora se exhiben no son prendas para vestir, sino para que luzcan en un maniquí, lo que permite apelar a ciertos trucos. “Hay mucha cosa que se miente: si, por ejemplo, necesitás que el drapeado quede un poco levantado, se le agrega papel por debajo”, explica.
Onda Versalles
Por otra parte, la selección apunta a “trajes cortesanos”. “No es la ropa que usaba la gente común, son trajes muy ricos, bordados con hilos de oro, con piedras preciosas. Incluso del siglo XVI al XVIII los trajes se heredaban, porque las telas eran muy caras y angostas, y no había acceso como hoy en día. Todos los trajes tienen volumen: enaguas, miriñaques, algunos tienen las mangas muy elaboradas, con volados, hay uno cerrado y tiene gorguera [cuello rígido, redondeado y con ondulaciones]. Ya para el siglo XIX cambió mucho la moda, por la industria, por los telares”, dice Reyes.
“Hay uno tipo Lo que el viento se llevó, o sea que la crinoline, la enagua que llevaba, es totalmente redonda, y [en aquel momento] estaba armada con crin de caballo, con ballenas o con estructura de mimbre. Después tenés unos con polizón, que es cuando la tela que sobresale está sólo atrás, sobre la cola, pero no arma caderas, es decir que se veía más la figura de la mujer. Otro de los trajes es como un cuadro de [Juan Manuel] Blanes, como Carlota [Retrato de Doña Carlota Ferreira de Regunaga], donde las caderas se arman pero el traje no tiene mucho volumen”, agrega.
Participan en esta muestra los alumnos Laura Así, Santiago Barreiro, Victoria Cardozo, Diego Di Stéfano, Magdalena Durán, Lucas Graña, Camila Grill, Anubis Leal, Julieta Meza, Felipe Novas, Sofía Pichuaga, Elisa Ritorni, Micaela Romero, Candela Ronchi, Milena Salom, y los docentes Johanna Bresque, Gerardo Bugarin, Gerardo Egea, Eduardo Guerrero y Fernando Scorsela, además de Reyes. El montaje fue realizado en conjunto por estudiantes y profesores de la EMAD y por Williams Palacios, de la Alianza Francesa.
Trajes de papel estará abierta al público en la Alianza Francesa (Bulevar Artigas 1271, entre Guaná y Charrúa) hasta el 21 de julio, de lunes a jueves de 10.00 a 20.00 y los viernes de 10.00 a 13.00 y de 14.00 a 18.00.