El 4 de junio de 1989 se celebraron en Polonia las primeras elecciones tras el final del régimen prosoviético en el país y simbolizaron, con el contundente triunfo del movimiento Solidaridad, el final de una era. Pocos meses más tarde, un gobierno de coalición pasó a rebautizar el país como República de Polonia y gran parte de la reestructura que se llevó a cabo implicó actualizar el personal de todos los servicios públicos, en particular la Policía, que, asociada con métodos propios de los países de la órbita rusa, no tenía la mejor fama. Más allá de las buenas intenciones, esto dejó una fuerza policial bastante inexperiente, tal como se representa en El atraco, título internacional de la película polaca Napad, que se estrenó recientemente en Netflix.

El caso que le da nombre transcurre en Varsovia en 1990. Uno de los principales bancos de la ciudad no abre sus puertas a la hora habitual. Cuando se revisa su interior, se encuentra a tres cajeras ejecutadas con un disparo en la nuca, la caja vacía y el guardia de seguridad desaparecido. El gobierno recién instaurado necesita respuestas rápidas y el Ministerio del Interior se ve obligado a tomar medidas desesperadas, como la de traer de regreso al que fuera el mejor investigador de la Policía, Tadeusz Gadacz (Olaf Lubaszenko, en un enorme protagónico), apartado durante el cambio de régimen por sus conexiones con el Partido Comunista y por su violento accionar.

Junto a la sagaz pero novata inspectora Aleksandra Janicka (Wiktoria Gorodecka), Gadacz irá cerrando el cerco sobre un solo sospechoso: Kacper Surmiak (Jedrzej Hycnar), otro guardia de seguridad del banco. Pero creer y probar son cosas distintas y allí es donde los métodos de Gadacz serán puestos a prueba mientras aumenta la presión sobre los policías para que cierren el caso.

Basada en un hecho real pero que ocurrió en 2001, cuando fue asaltado el Kredyt Bank de Varsovia, El atraco apuesta a una narración clásica de la pareja despareja que investiga un caso complejo, al tiempo que los manejos políticos de la naciente república juegan su propio juego en paralelo. Con un relato extremadamente verosímil, mucho procedimiento policial y el clima gris y austero de Varsovia, la película se propone como una de las nuevas apuestas del cine polaco que llega a todo el mundo aprovechando la ventana de Netflix. Es una fortuna, puesto que estamos ante un policial redondo, muy bien actuado y construido, que se permite incluso generar empatía tanto hacia los culpables como hacia los atormentados investigadores que les siguen la pista.

El atraco. 113 minutos. En Netflix.