“Un zoológico moderno en las lejanías de la ciudad. Un transespecie, millonario y excéntrico, decide llevar adelante una investigación genética. Familiares y allegados de Quirón conviven durante los días previos a la apertura del zoológico. Cómo sobrellevar el estado de shock que produce la inminente transición”. Con este sugerente párrafo se presenta el debut como dramaturgo y director de Gabriel Pereira, que verá la luz el jueves 23 en la Alianza Francesa. El espectáculo se titula El parque Irwin y su protagonista se autopercibe caballo.
El origen de la obra se remonta a fines de 2021 y es consecuencia de un ejercicio de dramaturgia que Pereira asumió en el teatro Odeón, junto a la compañía Pequeño Teatro de Morondanga, mientras transcurrían las últimas pasadas de Chacabuco, de Roberto Suárez: “Yo tenía que escribir una didascalia, un pequeño texto descriptivo de un clima escénico con un personaje. Allí surgió la contradicción, era la única premisa. Trabajé sobre lo humano y lo animal, y a partir de ahí se abrió la puerta y el camino de los transespecie, que son personas que se identifican con el género animal, y para ser ese animal que se sienten en específico realizan operaciones estéticas millonarias e incluso de ADN para tratar de asimilarse”, explica sobre su búsqueda.
En 2022, gracias al apoyo de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático, Pereira ganó una beca de intercambio para hacer una maestría en Francia. Allí residió casi seis meses, participando en clases y talleres que le permitieron seguir desarrollando el universo de la pieza y sus personajes. A su regreso, en 2023, armó su equipo técnico y el elenco para empezar el proceso del espectáculo. La dramaturgia previa lo había dotado de un cúmulo de material de todo tipo, dice, aunque su estilo de trabajo consiste en volcar lo acopiado y comenzar a moldearlo con lo que va sucediendo en el escenario.
“A través de ciertos estímulos, trabajamos sobre improvisaciones y lo que atraviesa a mis actores y actrices para seguir conduciendo el hilo de la obra. De alguna manera, durante todo el proceso fui generando la dramaturgia en paralelo a que hacíamos investigaciones. Pasamos épocas en las que estábamos constantemente haciendo laboratorio y otras de descanso en las que yo reflexionaba o tomaba un puntapié y volvía a crear una nueva escena. Tomamos un descanso y volví con la propuesta pronta para comenzar el montaje”, relata. Desde febrero hasta ahora estuvieron preparando el estreno, previsto para la semana próxima en la Alianza Francesa. Tras una primera tanda de funciones, el espectáculo se mudará al teatro Florencio Sánchez, del Cerro.
Es la primera vez que Pereira, que cuenta con experiencia en Carnaval y como músico, está al frente de una obra propia, aunque hace tiempo, cuenta, que viene trabajando en la creación colectiva, generando desde el escenario, muy lejos, dice, del actor pasivo. De hecho, en un punto dudó si no incorporarse como intérprete a El parque Irwin, pero pronto vio que era imposible ser parte y tener el mismo tiempo una visión periférica.
“Cuando el público vaya, se va a subir a un viaje”, anticipa el director, que lo describe como “una montaña rusa de comedia, intriga, misterio y emoción”, un acontecimiento en un espacio no convencional, con un lenguaje que conjuga “el barro, el jardín, lo oculto, lo escondido”.
El parque Irwin. 23, 24, 30 y 31 de mayo a las 19.30 en la Alianza Francesa (Bulevar Artigas 1271). Entradas por el 092 878 475. 7, 8 y 14 de junio a las 20.30 en el teatro Florencio Sánchez (Grecia 3281). En ese caso pondrán transporte especial y las entradas se compran por Tickantel a $ 500.