Fiel a su vínculo con la identidad local y la tradición, perceptible en sus canciones, videoclips y, sobre todo, en su indumentaria, a cargo del diseñador y estilista Mateo Martínez, Luana Persíncula presentó su primer disco, Icónica, el 29 de noviembre en Plaza Mateo comiendo ñoquis rellenos con su hijo Tao, allegados y su público, al que, según dice, le gusta llamar “amigos” y no fanáticos por la cercanía que tiene con ellos desde su debut solista en 2018. En el álbum recorre diversos géneros, incluye letras en inglés y en portuñol para llegar con la plena al norte del país y realiza una apuesta audiovisual y coreográfica para introducirse en la mirada internacional.
Comenzó cantando covers como “La llave”, de Abel Pintos, y “Ella”, de Karol G, con los que ganó visibilidad y millones de reproducciones. En 2020 obtuvo un premio Graffiti en la categoría Canción del año con “Mi primer amor”, dedicada a su hijo Tao, y cantó con bandas de rock éxitos como “El poeta dice la verdad”, “Chau” y, con Agarrate Catalina, “La niebla”, lo que le permitió mostrar su versatilidad y llegar a un público amplio que va desde niños hasta adultos de 80 años que la siguen, cuenta.
También exploró la televisión con su participación en Masterchef Celebrity en 2022 y en ediciones de La Voz Uruguay y La Voz Kids, y debutó en carnaval con la comparsa Integración. En 2023 llenó por primera vez el Teatro de Verano con su espectáculo Identidad y este año compartió escenario con Karina, alias La Princesita, apodo que marcó sus inicios como artista.
Tras un parate forzoso de casi un año en la música, revocado cuando cumplió la mayoría de edad, hoy, con 24 años, pisa fuerte en Uruguay y lleva la plena como bandera tanto en festivales como en colaboraciones, aunque mantiene sus raíces folclóricas. En 2024 cruzó el Río de la Plata para tocar en el Cosquín Rock y su nombre empezó a resonar en Argentina, donde aspira a colaborar con artistas como Lali Espósito, aunque dice que “es complicado” porque, “si no tenés millones de oyentes, la discográfica no te deja grabar, y ahí es cuando se pierde lo artístico y pasa a ser un negocio”. Sobre el camino del disco, las fusiones, las referencias a lo nacional y la visibilidad de la mujer, Luana conversó en el Café la diaria.
¿Cómo fue el proceso creativo de Icónica?
El disco era un sueño proyectado como banda, no solamente como artista solista. Después de concurrir a campamentos musicales con otras productoras discográficas como Gaceta Play, le propuse a mi banda hacer uno, también para que no fuera tan personal. En el disco hay distintos géneros, y lo hicimos porque sabemos que podemos hacerlo bien. Por ejemplo, aparece ese rock al estilo AC/DC, los Rolling Stones y Cuatro Pesos de Propina, porque habita en los músicos Miguel Leal o Adrián Guillén. Y obviamente la plena como bandera, porque es lo que somos hoy y es el género más popular, después de tanto prejuicio.
¿Cuándo hicieron el campamento musical con tu banda?
Fue en julio, en Maldonado. Quería hacerlo en el interior, porque soy de Colonia, y, por otro lado, el este es un lugar que me cautiva mucho y con el que siento mucha conexión energética. Mi mánager, Yuliana Bengoa, pieza fundamental de esta obra y de mi carrera, alquiló una casa y cuando llegué, miré el cartel de la calle y decía “Berenice”, mi segundo nombre... desde ahí empezamos a confiar en las señales.
El disco se llama Icónica. ¿Por qué ese título?
Cuando [en julio] subimos una foto a Instagram, en la que estoy de bata y tacos comprando bizcochos en la estación de Durazno, la gente empezó a comentar “¡qué icónica!”, y ahí me pregunté: “¿Seré icónica?”. Con la banda hicimos un camino de autorreflexión de por qué yo y la banda nos consideraríamos icónicos, y empezamos a recopilar todos los procesos que hemos hecho, desde los logros siendo jóvenes, corromper la idealidad y barreras sobre la música, y el ser mujer. La mayor parte de este equipo es joven, y los más grandes son leyendas, como el trombonista Artigas Leal Umpiérrez, que formó parte de Karibe con K, y el sonidista, que estuvo en Chocolate y Monterrojo. Hay un simbolismo icónico dentro del grupo musical y nos la jugamos con el nombre: sabíamos que podía ser controvertido o que la gente podría pensar que soy una engreída. Pero Icónica es un titulazo.
El álbum tiene diez canciones y participaste en la composición de todas.
Después de campamentos con Gaceta Play y Montevideo Music Group, mi discográfica, me di cuenta de que podía abarcar la composición desde un lado principiante y humilde, para expresar pensamientos o cómo me estaba sintiendo. Pero me costaba mucho, tenía un bloqueo. Si bien la gente me ve muy segura arriba del escenario, cuando estoy abajo soy muy insegura y siempre pensé que mis letras no eran las súper letras. Pero cuando empecé a soltar los versos, mis compañeros me dieron para adelante y eso me dio mucha confianza y fue una demostración, porque no sabían que podía componer.
Incursionaste en el portuñol y en el inglés. ¿Te ayudó alguien con la pronunciación, la rima y la composición?
Obvio que hubo ayuda, por la inseguridad de no saber si lo estaba haciendo bien, pero mi familia es salteña y artiguense, entonces todos los enero íbamos a ver a nuestros abuelos y a bagayear a Sant’Ana do Livramento. Cuando arranqué a cantar, uno de los hitos fue ir a cantar plena a la frontera, donde no se consume mucho, sino más bien música en portugués o charanguera, la que hace Lucas Sugo.
Automáticamente, cuando empezamos a hacer shows en Rivera, Cerro Largo y Artigas se conformó un público de seguidores muy fuerte, entonces empezamos a ir habitualmente y empecé a conocer la cultura y las palabras. El portuñol es uno de los idiomas que habitan en esta parte del mundo, y quería reivindicar la cultura de la frontera del país, tenerla más presente y brindar información a la capital y a los niños de que existe esa cultura, el portuñol y comidas típicas como açaí o coxinha.
Presentaste “Você” por primera vez en Río Branco. ¿Cómo respondió el público?
Fue en Panda Free Shop, adonde vamos siempre con la banda. Es muy loco haber sacado el disco y que sea la primera fecha. Estaba muerta de miedo por la pronunciación y la respuesta de la gente, pero terminó el tema, la gente se paró, aplaudió, gritó y me llegaron mensajes de agradecimiento por tenerlos en cuenta. Sentí que el trabajo estaba bien hecho.
La tapa del disco muestra una niña en bicicleta con túnica y moña, que interpreto como la escuela pública y Luana de niña. ¿Qué querías reflejar?
Todo nace de la pregunta “¿por qué icónica?”, y lo más conceptual es cómo una gurisa de campo pasa a ser una artista que viaja por todo el país con vestuarios brillantes hechos por Mateo Martínez y peinada por Diego Martínez. La idea era mostrar el proceso del interior a la capital y la expansión por todo el país, y simbolizar a Colonia. Por ejemplo, sobre la mesa hay churrasqueras, de las que en el interior está lleno y siempre es un lugar para tomar mate o hacer asado, y el mantel de hule, típico de los cumpleaños. Después aparece Coco, la niña vestida de escolar, que representa tres cosas: la niñez, que es un público que abarco; la escuela pública, que fue fundamental para el desarrollo de la musicalidad y es donde conocí a mi padrino musical, Henry Hernández; y la tercera soy yo de niña, que salía de la escuela y me iba en bicicleta para casa. Por último, están los papás de la diseñadora gráfica, que representan a las personas adultas, desde 20 hasta 80 años, que me siguen. Es difícil tener un público tan amplio.
El álbum comienza con “Icónica” y cierra con “Despecho”, el recitado del poema de Juana de Ibarbourou. ¿Cuál es el nexo entre las diez canciones?
Los temas fueron creados en orden hasta el nueve, con la murga “El camino”, excepto “Siento el calor”, que estaba hecho hace dos años. Cuando llegué al nueve, pasé por un proceso de angustia porque no sabía cómo cerrar el disco. Me faltaba la parte folclórica y le dije a Adrián Guillén: “¿Y si hacemos algo más triste?”. Entonces recurrí a una referencia clave, que es Billie Eilish, y Santiago Vodanovich [alias Faizz], el productor del disco, empezó a tocar el piano, tiramos melodías y creamos una. Al día siguiente, tenía audios de él cantando parte del poema “Despecho”, de Juana de Ibarbourou, que justamente era la situación por la que estaba pasando. Pero faltaba la primera parte, entonces, cuando fuimos al estudio con Miguel Leal, Adrián Guillén y Faizz, propuse recitarlo. Agarré el micrófono y sin mirar a los músicos lo recité, y cuando miré para atrás, estaban llorando. Fue un momento muy emotivo y poderoso. Conceptualmente Juana de Ibarbourou es una mujer icónica de nuestro país, y fue una manera de representarla y traerla de vuelta.
Foto: María Vivanco
¿Cómo surgió la idea de abrir “Você” con el sample de “El violín de Becho”, de Alfredo Zitarrosa?
Estaba pesada con que tenía que haber folclore en este disco porque comencé cantando folclore con mis tíos y abuelos. Durante el campamento de un fin de semana en Maldonado, tuvimos shows en Montevideo de noche, y en el trayecto del viaje a Lali Ganz, una de las percusionistas, se le ocurrió sumar algo de Zitarrosa, y no recuerdo bien si a ella o al productor Faizz se le ocurrió que la introducción de “El violín de Becho” era increíble, la escuchamos y yo, miedosa, dije: “¿Vamos a mezclar a Zitarrosa con funk y plena?”. A las 8.00 llegamos a Maldonado, integramos el sample y dijimos: “O nos cancelan o nos felicitan”.
Y combinaste la plena con candombe, pop y rock. ¿En qué te inspiraste?
Siempre quise hacer un disco variado, y quería abarcar los géneros musicales del país: rock, plena, cumbia, folclore, candombe y funk, que es característico de la frontera. Estudié a artistas como Bad Bunny y Daddy Yankee para conocer cómo logran hacer una evolución y vi que utilizaron géneros autóctonos y que incluían pop en las letras o en la producción musical. Chombo, productor panameño, explica que el virus siempre ha sido el pop: todo termina siendo pop para ser mundial, porque esta palabra deriva de lo que se hace popular, y la plena es pop en Uruguay. Cuando viajé a Puerto Rico a ver el show de Bad Bunny, vi que la plena no es popular, se escucha en ocasiones especiales; sin embargo la hizo mundial con la banda popular Los Pleneros de la Cresta [con el tema “Café con ron”], entonces dije: “Hay que utilizar los ritmos de acá”.
¿Qué se puede contar de la estética de los videos?
Para la estética utilicé mucha referencia de Rosalía, que incluye mensajes subliminales en sus videos, más allá del apoyo del equipo de estilismo, que siempre reivindica la imagen femenina, poderosa, joven. También hay una influencia pop de la comunidad LGBTIQ+, de montaje, peluca, brillos. En “Icónica” utilizamos el Colet, el vaso de requesón, la pastafrola, la idea de que sos icónica, tenés una mansión con piscina, pero siempre vas a ser la gurisa del interior que prefiere la pileta [de lona], tomar mate y comer requesón y pastafrola. En “Siento el calor” hay tambores y en “Focused”, mucho baile [con coreografías de Nahuel Silva], y el video de “Tu aura” pude hacerlo con fans, que son incondicionales, aunque el término fans me perturba porque pasamos a ser amigos.
En ese tema aparece la electrónica.
Se podría decir con autoridad que es la primera electroplena que hay en el país. Siento que el mundo del tecno y la electrónica está abarcando mucho, por eso hay menos bailes físicos de bandas, porque se consume más fiesta electrónica. Propuse mezclar esos dos mundos, pero no sabíamos cómo, hasta que se nos ocurrió la jugada idea de que no esté la banda completa de plena, sino utilizar sólo las congas y los vientos, y ahí se crea ese tecno plenístico.
También compusiste murga en “El camino”.
Armamos un nuevo coro de murga, elegimos diferentes murguistas claves de cada murga, y muchos murgueros nos felicitaron y dijeron que la letra está muy fresca, y se la mandé a Tabaré Cardozo para saber su opinión. Siempre escuché murga, soy muy fanática de Agarrate Catalina y de la composición de Tabaré, y también es algo muy nuestro. Si bien es traído de Europa, a Uruguay afuera se lo reconoce por la excelente murga. Quería hacer ese guiño a la murga porque como cantante amo ese superpoder que se genera en un coro murguero, y también para honrar la experiencia que tuve de cantar con la Banda Sinfónica y Agarrate Catalina, que fue increíble y quedé muy tocada por el poder del coro.
¿Quiénes participaron en el coro murguero?
Estuvo la idea de hacerlo con Agarrate Catalina, pero ellos estaban de viaje en ese momento, entonces se complicó y como el disco tenía que salir ya, buscamos murgueros de distintas murgas: Julio Pérez, Matías Bravo, Agustín Fuentes, Damián Diente Luzardo, Alejandro González, Agustín Amuedo, Edén Iturrioz, Martín Melgarejo, Santiago Vodanovich y yo, que me hice mi autocuerda de primas. En la batería están Pablo Lolito Iribarne y Nicolás García, Emanuel Tachuela Alaniz en el redoblante y Daniel Rosas en el acordeón; son personajes icónicos de la murga.
¿Con quién te gustaría colaborar musicalmente?
Con Beyoncé y Justin Bieber, soñando en grande, pero lo más cercano sería poder concretar algo con Lali Espósito. También me gusta la brasileña Luísa Sonza, que tiene esa faceta pop y folclórica. Llegar a los artistas es fácil, porque soy artista y sé que es accesible llegar a un artista, pero siento que el destino está escrito. El año que viene hay un proyecto con argentinos y con Flor Álvarez tenemos un tema. Además de Lali, también me encantan Emilia Mernes, Tini Stoessel, Soledad Pastorutti, Eugenia Quevedo, Mon Laferte, pero es complicado; si fuera por el artista, podés acceder, pero los números de las discográficas no te dejan.
¿Cómo funciona eso?
Está la artista que se para de mano y te dice: “Quiero hacer este feat” y, por otro lado, si esa persona no tiene tres millones de oyentes como vos, no te sirve, entonces, no te dejan grabar, y ahí es cuando se pierde lo artístico y pasa a ser un negocio completamente. Entiendo 100% el negocio, que todos estamos para hacer plata, pero ojo con perder lo artístico. Es una controversia con la que me estoy encontrando, y es una locura ser la única mujer de Uruguay con más oyentes. Los cantantes varones tienen el poder de que cuando hacen un feat con una mujer les abren paso a esa y a otras. Grabar “Mil preguntas” con The la Planta me ayudó porque él estaba creciendo exponencialmente en Argentina y me abrió la puerta allá. Y también aparecí como esa primera mujer más escuchada entre todos los hombres, y ahí fue cuando dijimos con el equipo: “¿Y las otras gurisas, qué onda?”. Creo que no hay mujeres con muchos oyentes porque este país no las apoya.
Pero artistas mujeres uruguayas hay un montón.
No sé si falta que nos juntemos más o que los gurises nos den más lugar, aunque no tienen la exigencia de hacerlo. Hay buenas artistas, como Catherine Vergnes, Agustina Morales, Vanesa Britos, y otras haciendo buenos trabajos, pero falta espacio para escucharlas. Se producen, hacen buenas canciones; sin embargo, los hombres terminan poniéndose remeras, jeans, hacen covers y meten millones. Para mí a veces ponen a la mujer para cumplir y decir: “hay una mujer en la grilla”.
Volviendo a tu disco, ¿estás preparando la presentación?
Hay un sueño de poder hacer un megashow en un lugar grande y vamos a trabajar para eso. Ojalá que la gente lo acompañe. Pero sabemos que es difícil que el uruguayo corte tickets y apoye a los artistas nacionales; es otro misterio a resolver, porque viene otro artista de afuera y nos enloquecemos. Capaz que es porque nos ven más seguido. Aunque, obviamente, jamás me voy a comparar con Tini o Shakira, por la magnitud de artistas que son y por la producción que tienen.
Con 24 años, ¿qué le dirías a la Luana niña?
Lo fundamental es que sí se puede y que hay que trabajar para lograrlo, hay que trabajar con gente que esté para la misma, con la que se respeten y se quieran, porque está el sueño personal que una plantea, pero requiere un equipo fundamental para lograrlo. Y que se va a encontrar con muchas preguntas y realidades, pero hay cosas que sí va a poder y hay otras que va a tener que enfrentar, y que no sabía qué era la que lo iba a hacer. No me estoy poniendo todo el peso, es lo que estamos encontrándonos en este momento.
Icónica, de Luana. Montevideo Music Box, 2025. En plataformas.