Los pingüinos son animales, además de simpáticos y algo torpes, singulares y diferentes: a pesar de que son aves marinas, no pueden volar y son grandes nadadores, y suelen escoger un compañero sentimental de por vida, siendo una de las pocas especies monógamas del reino animal. Esta hermosa analogía es la que la miniserie Las madres de los pingüinos traza para referirse a los niños con discapacidades; niños particulares a los que hay que saber entender y apreciar sus habilidades ocultas. Y a pesar de que The Mothers of Penguins se centra en una mujer luchadora de MMA (artes marciales mixtas), no se trata de una versión femenina de The Cage, sino que se presenta como una exploración sincera y un profundo drama polaco de seis episodios, dirigido y guionado por Klara Kochanska, que narra una íntima historia familiar sobre el amor, la maternidad, la crianza, las presiones sobre las mujeres que maternan y los procesos de adaptación a las discapacidades.

Kamila (Masza Wagrocka), la protagonista de esta historia, es una exitosa y disciplinada luchadora de MMA y cría a su hijo de siete años Jas, quien es neurodivergente, condición que Kamila niega por completo. Cuando le confirman el diagnóstico de autismo de Jas, lo transfieren a la escuela Puerto Maravilla, y allí Kamila se empieza a vincular con otras madres cuya unión proviene de que maternan niños con diferentes discapacidades de distintos grados: Ula (Barbara Wypych), una famosa influencer que usa su presencia en redes sociales para documentar el proceso de crianza de su hija Tola, quien nació con síndrome de Down, y Tatiana (Magdalena Różczka) junto con su hijo Michal, que tiene distrofia muscular y esto le exige muchísimos particulares cuidados.

Las subtramas de los niños y sus discapacidades, tratadas con amor y empatía, se van entrelazando con increíble naturalidad con las de sus madres: Kamila, fiel a su estilo combativo, cría a Jas con una dureza que no es lo que él necesita, e intenta combinar su carrera con la maternidad; Ula se muestra como una madre de apariencia banal y controladora, y Tatiana da continua batalla por la inclusión y el respeto social. Cada una de ellas ofrece una perspectiva diferente sobre la maternidad con niños discapacitados, y sin caer en golpes bajos, hay una suavidad en la narrativa que ayuda a que la historia avance y los personajes se desarrollen. No es una serie de giros bruscos o virajes, sino que se preocupa por mostrar como hechos cotidianos e inofensivos como ruidos, multitudes o un videojuego pueden ser experiencias abrumadoras para las personas neurodivergentes; la precisión necesaria para hacer una excursión escolar con niños con necesidades especiales muestra cómo a veces damos por sentado cosas simples o los obstáculos a los que se exponen las madres de niños en silla de ruedas o con problemas de comportamiento.

Todo en Las madres de los pingüinos es un baño de realidad, de principio a fin; desde los prejuicios, la falta de inclusión, el concepto de “normalidad”, la mirada condescendiente sobre las discapacidades, los escollos del sistema educativo, la negación, la maternidad atravesada por enormes luchas internas relacionadas a la culpa y la duda de si estamos haciéndolo bien, la dicotomía femenina entre vida profesional y familiar, su yo mujer, la sororidad maternal y la mirada ajena. Esta es una serie que no permite que sus personajes tengan muchas victorias, son falibles y ninguna de estas madres representa al clásico arquetipo. Ver sus luchas y errores a lo largo del camino ayuda a empatizar con su realidad, porque son tan imperfectas como cualquier mamá.

Las madres de los pingüinos es un potente y sólido relato acerca de la resiliencia y la adaptación, de los desafíos emocionales y sociales que implica criar en un mundo lleno de expectativas y sacrificios, y una maravillosa metáfora con las artes marciales mixtas, en donde la maternidad parece ser la verdadera lucha constante. Es conmovedora, original y honesta, y muestra el lado B de las discapacidades, pero también de cómo madres y padres son capaces de apoyarse de tal forma para poder darles lo mejor, en este caso, a sus pingüinos.

Las madres de los pingüinos, seis episodios. Netflix.