Las películas no tienen una extensión ideal. Crecimos con películas que tenían alrededor de 90 minutos, y todo el tiempo parece que los estrenos son más largos que los del año anterior, pero en realidad es el bombardeo de información el que nos está volviendo más y más impacientes. Además, una historia contada en media hora puede ser un plomazo, y a veces tres horas se nos pasan volando.
Dicho todo esto, en el catálogo de Prime Video se puede encontrar una joyita. Una película sencilla que, en menos de una hora y media, nos presenta a un puñado de personajes, nos hace involucrarnos con lo que les ocurre, nos da un golpe en el tórax (más precisamente donde está el corazón) y nos deja.
La película se llama My Old Ass, pero la tradujeron como Mi yo del futuro, eliminando todo misterio o doble sentido, porque tiene que ver con eso, pero primero con que Elliot (Maisy Stella) está pasando sus últimas vacaciones en los lagos canadienses antes de irse a estudiar a Toronto. Es su cumpleaños número 18, en lugar de irse a cenar con su familia, toma un bote y junto a dos amigas se van a experimentar con hongos alucinógenos a una isla cercana.
Ninguna de ellas tiene idea de qué puede ocurrir en esta clásica historia de iniciación y crecimiento (coming of age, que le dicen) escrita y dirigida por la canadiense Megan Park. Mientras sus amigas tienen alucinaciones más o menos esperables, Elliott se encuentra a una veterana al lado suyo. ¡Pero no le digan así! Se trata de la mismísima Elliott, de 39 años, interpretada por Aubrey Plaza.
En una larga y disfrutable escena, la recién llegada debe demostrarle a la otra que en verdad es su yo del futuro. Como ocurre en todas las películas con esta clase de intríngulis temporales, la primera no querrá dar demasiada información de lo que ocurre en su época, ya que eso podría romper un delicado equilibrio, pero no puede evitar mostrarle que de grande perderá un dedo chiquito del pie.
Bajo este toque de ciencia ficción transcurrirá la mayoría de la película, que sigue a esta joven sanamente promiscua, que dice haberse acostado con casi todas las chicas de su generación en Muskoka Lakes, pero que se ve sorprendida por la atracción que siente por Chad (Percy Hynes White), el nuevo trabajador zafral en la granja de arándanos rojos de su familia.
Lo que hasta ahora fue una temporada disipada y sin responsabilidades con padres y hermanos comienza a cambiar debido a las conversaciones que Elliott mantiene telefónicamente con Elliott. Porque antes de que se terminara la alucinación, la veterana grabó su número en los contactos del celular de la jovencita.
La Elliott de 18 años aprenderá a valorar el tiempo que le queda con su familia, lo que sorprenderá a todos, en especial al hermano ñoño al que siempre ignoró, y quien aparentemente heredará el imperio de los arándanos rojos. Sus amoríos de verano continuarán, pero la presencia de Chad empezará a calar cada vez más hondo.
El conflicto principal está en que uno de los pocos consejos concretos que la muchacha recibió de la Elliott de 39 años fue “evitá a Chad”, así, sin más explicaciones e incluso antes de que se cruzara por primera vez con él. Nuestro rol como espectadores será interpretar el mensaje del futuro y descubrir si la tragedia griega termina convirtiéndose en realidad. El resultado será bastante obvio para aquellos que hayan visto o leído alguna otra tragedia griega.
Con una actuación muy destacada de ambas Elliott y un Chad de ojos culkineros (sobre todo por Kieran), disfrutarán de una historia sencilla, con un par de buenos toques de humor y un marco natural envidiable. Son 89 minutos, pero reserven alguno más para recuperarse del golpe.
Mi yo del futuro. 89 minutos. En Prime Video.