Han pasado más de 30 años desde el estreno de ER. Sala de urgencias, la serie médica que irrumpió cambiando para siempre el enfoque del género y que, con 124 candidaturas a los Emmy, sigue siendo la más nominada de la historia. Creada por Michael Crichton y emitida entre 1994 y 2009 por la NBC, fue el lanzamiento de actores como George Clooney, Julianna Margulies y Noah Wyle. Pero el género no terminó con esa serie. ¿Por qué nos siguen apasionando y tienen éxito estos programas?
La respuesta es sencilla: abordan temas universales y exploran las raíces de asuntos profundos: la muerte, dilemas morales, la salud mental y el sufrimiento físico. Además, plantean temas de debate como el derecho a la eutanasia o el aborto y son fuente de educación sobre salud. Son series que generan una fuerte conexión con el público desde la identificación, ya que nos vinculan con situaciones que todos podríamos experimentar, y además son altamente entretenidas. Agreguemos a todo un ritmo vertiginoso y la adrenalina de una sala de emergencias.
El actual éxito de The Pitt invita a repasar la historia de las series sobre médicos. Una de las precursoras fue St. Elsewhere, emitida entre 1982 y 1988, que combinaba drama con un acertado humor negro y tenía a Denzel Washington en su elenco. Luego, en los 90, llegaría Dra. Queen, ambientada en el siglo XIX, más decenas de series que afinaron el esquema, en su mayoría muy buenas. Aquí, un repaso de varias de las más exitosas.
Grey’s Anatomy
Emitida por ABC y actualmente disponible en Disney, fue estrenada en 2005 y es una de las referentes del género, además de la más extensa, con 438 capítulos. Protagonizada por Ellen Pompeo como la doctora Meredith Grey, sigue los conflictos de un grupo de cirujanos residentes mientras equilibran sus vidas personales con temas profesionales. A pesar de que a lo largo de los años el elenco cambió mucho y puede sentirse un poco edulcorada de más –rozando el culebrón– y con una banda sonora algo cursi, sigue siendo una de las más elegidas.
Scrubs
Original de NBC y ahora en Prime Video, es una de las que más usan el humor como catalizador para contar dramas médicos. Emitida entre 2001 y 2010, creada por Bill Lawrence (Friends) y protagonizada por Zach Braff (Ted Lasso) como el verborrágico John Dorian, sus historias se desarrollan en el hospital Sagrado Corazón. De ritmo rápido, está repleta de diálogos sarcásticos y con una postura no tan heroica y sin tanta acción dramática. Apunta, desde la ironía, a mostrar escenas más comunes como alguien con diarrea u otras enfermedades menos estetizables.
This is going to hurt
Producida por la BBC y disponible en Apple TV, es de las pocas que se centran exclusivamente en la ginecología. Protagonizada por Ben Wishaw (007) y basada en el libro autobiográfico de Adam Kay Esto va a doler: diarios secretos de un médico en prácticas, recorre relatos, muchos desgarradores, de un médico en la guardia de obstetricia del hospital del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra. Es diferente porque su protagonista no es tan sagaz, ni omnipotente, ni es un genio: es un hombre común sobrepasado por una carga de trabajo inhumana y su agotamiento a veces lo lleva a cometer errores fatales para las madres y/o los bebés.
The Good Doctor
Disponible en Amazon Prime, la serie de ABC está basada en una homónima surcoreana. Se distingue porque aborda la neurodivergencia en la medicina. Emitida entre 2017 y 2024, sigue las vivencias de Shaun Murphy (Freddie Highmore), un joven cirujano con autismo y síndrome del Savant (habilidades muy por encima del promedio para algo en particular) en el ficticio hospital St. Bonaventure de California. A pesar del escepticismo que lo rodea, Shaun es increíblemente bueno, se guía por su intuición y salva vidas.
House
Emitida por Fox entre 2004 y 2012 y disponible en Amazon Prime, es la más disruptiva de todas. El doctor Gregory House (el enorme Hugh Laurie) es un irónico genio de la medicina que resuelve raros casos en el Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey al modo de un Sherlock Holmes moderno. A pesar de que se dejó de emitir hace años, sigue dando una perspectiva diferente ya que apela al manejo psicológico de las enfermedades, por la interpretación de su protagonista (con el que tenemos una relación de amor-odio) y por abordar la muerte y el padecimiento físico con mayor naturalidad. Para muchos, una de las mejores series del siglo XXI.
Por fin, The Pitt
En el resurgimiento de las series médicas llegó la brillante The Pitt, de HBO. Uno de sus creadores, R Scott Gemmill, ya había sido parte de ER, mientras que Noah Wyle (el icónico doctor Carter) regresa a la sala de emergencia, además de ser también productor ejecutivo y guionista. Se trata de una potente serie en tiempo real que resulta un profundo análisis de los desafíos del personal de la salud en Estados Unidos tras la covid. Cada uno de sus 15 episodios representa una hora del turno de emergencias de un hospital de Pensilvania moderno pero desbordado. Muestra, sobre todo, cómo la pandemia afectó la vida profesional y personal de los que combatieron el virus en primera línea.
Wyle interpreta de manera magistral, con madurez aplomada, al doctor Michael Robby Rabinavitch, jefe de urgencias del Hospital de Pittsburgh, un centro de atención popular y lleno de dificultades con las que el personal debe lidiar a diario: falta de camas, personal e insumos, presión para tomar decisiones vitales en segundos, una desenfrenada y sofocante carga emocional, absurdas métricas de desempeño que exigen estándares inalcanzables, explosión de problemas de salud mental y adicciones, manejo de la frustración y la angustia, la impotencia frente a la muerte y la creciente violencia social. A la vez, da una justa y empática visión de sus victorias éticas, como la ayuda a morir dignamente y no dilatar agonías a través de una medicina más sensible, su infinita capacidad de aprendizaje y su lucha contra la pérdida, el dolor y el desamor.
La intensidad de The Pitt la transforma en la mejor representante de la nueva generación de dramas médicos. Su relato en tiempo real está claramente inspirado en la estructura narrativa de la serie 24 y no da respiro. El guion, sólido, carece de tintes telenovelescos y el elenco es de altísimo nivel, mientras que Noah vuelve a ser nuestro héroe médico.
Técnicamente impecable, no deja ver fallas ni pausas; es un sin parar del día a día en urgencias. Los pacientes llegan, muy graves o a punto de morir por accidentes cotidianos, y en cada caso médicos y enfermeros muestran su dedicación y poder casi divino pero muy humano.
The Pitt no se siente como una reversión de ER porque es mejor aún. Es la primera serie médica que prioriza, luego de varios años de melodramas dentro de hospitales, la medicina y la ciencia por sobre la ficción y le devuelve al género el realismo y la humanidad suficiente para abordar la fragilidad de vivir.
The Pitt. 15 episodios de entre 40 y 60 minutos. En Max.