Pau O’Bianchi, cantante, guitarrista y compositor de Alucinaciones en Familia, cuenta que están cocinando el cuarto disco de la banda (en la etapa de maquetar las canciones), pero el primer álbum que editaron –homónimo– “los llamó” para que lo escucharan, porque cumple una década. “La primera sensación fue de sorpresa, porque, al estar concentrados en el presente y en la locura de hacer música, perdimos la noción de que ya pasaron diez años de ese disco”, dice.

Es por eso que este sábado la banda tocará en la Sala del Museo para celebrar la década de su disco debut. El músico dice que aquellas primeras canciones les siguen gustando y conmoviendo, y no los saturaron, aunque aclara que no es una de esas bandas que tocan todos los fines de semana, sino apenas unas tres o cuatro veces al año (en Montevideo).

Cada eslabón de la cadena del proceso que terminó en la edición del primer disco fue impulsado de forma independiente, como lo sigue siendo la banda hasta hoy. O’Bianchi resalta que se hizo a la uruguaya, “con los dos remos abajo de los brazos”, y más que nada en esa época, en la que venían de la disolución de la banda 3Pecados y saliendo de a poco de una crisis económica y emocional. “Ya éramos unos grandulones, pero no dejábamos de ser jóvenes, y Alucinaciones fue un gran filtro de aquella primera camada de bandas: quedamos los más porfiados, fue reencontrarse con los que estamos en este delirio”, recuerda.

El nombre de la banda y del disco surgió por la canción homónima, que al principio se llamaba “Alucinaciones de un electricista”, recuerda el músico. La letra trataba de un electricista que deliraba con el tema de las energías, desde un lado más cotidiano, pero al final la letra “tornó para un lado más familiar” y quedó así. El primer nombre con el que se presentaron como banda fue Jesús Negro y los Putos; en el segundo toque se rebautizaron Doctor Candombe y la Brigada del Tambor, y en el tercero... O’Bianchi ya ni se acuerda del nombre. Hasta que, un buen día, Luciana Giovinazzo, la bajista de ese momento, propuso ponerle como la canción esa de las alucinaciones.

La tapa del álbum, que resultó ser muy significativa (la foto de una bebé, que en los dos siguientes discos también estuvo en la portada; obviamente, ya una niña, conforme al paso del tiempo), también fue “un accidente feliz” –recuerda el músico–: la prima de O’Bianchi fue madre, le mandó la foto de la beba, la vio “con esa cara entre alucinada y escabiada, y fue un gol al ángulo”.

Repaso del debut

La etiqueta que O’Bianchi siempre pone para la música del grupo es pop, en el sentido de un género “que abraza al resto de los géneros, los mezcla, y está todo bien”, como “invitar a una fiesta a todas las tribus y que convivan”. “En ese aspecto es en lo que más me siento cómodo, y después, si me pongo más exquisito, es pop-rock psicodélico. La psicodelia siempre fue algo que nos inspiró”, agrega.

Diez años después, algunas de las canciones de aquel disco debut se convirtieron en clásicos del grupo, como, justamente, la que disparó todo: “Alucinaciones en familia”, que ya desde el arpegio inicial desprende un aire onírico, para luego agrandarse en la atmósfera de la coda. O’Bianchi dice que esa canción tiene una especie de “belleza en otro lado, no tanto en la cotidianidad”, e incluso la escucha como un “delirio disociativo, por momentos”.

Otra que se convirtió en un clásico es “Parodista!”, la más escuchada del álbum en Spotify, con casi 200.000 reproducciones (nada mal para una banda del indie local), cuya letra dice: “Ayer maté a otro parodista, / robé todas sus coreografías, / de envidia. / Me hablan las luces y me queman, / otro tablado espera”.

O’Bianchi subraya que no es una burla al carnaval, sino todo lo contrario; de hecho, su madre siempre lo llevaba al tablado y a ensayos de murgas. “Tuve la suerte de ver murgones: Araca la Cana, A Contramano, Curtidores de Hongos... Como para no quedar así después, ¿no?, con una banda que se llama Alucinaciones en Familia”, bromea. Agrega que mucha gente los criticó por esa canción, diciendo “esos chetos que se burlan de no sé qué”, pero resalta que ni se burlan ni son chetos. “Viste cómo es con las ondulaciones de la clase media: a veces, un poco dulce; otras veces, un poco más en la hoja, y ahora estamos más en la hoja”, acota.

En cuanto a las influencias musicales de cuando empezaron, dice que en la banda siempre hubo una camada muy grande, sobre todo de música uruguaya, en especial de grupos formados en los 90, a los que cuando eran más jóvenes iban a ver en vivo, como La Hermana Menor, Buenos Muchachos, The Supersónicos, Hablan Por La Espalda, etcétera. Además, mirando para afuera, mucha neopsicodelia, claro está, como The Flaming Lips y The Brian Jonestown Massacre, y hasta electrónica: Daft Punk. “Siempre fuimos una tribu muy melómana y muy abierta a cualquier clase de género”, subraya.

En la celebración de esta noche tocarán todo el primer disco en el mismo orden, como corresponde, y también sonarán canciones de los siguientes dos álbumes, Alucinaciones en Familia II (2019) y Alucinaciones en Familia III (2024). Eso sí, para escuchar algún adelanto del próximo álbum habrá que esperar, ya que O’Bianchi dice que “todavía están muy crudos como para salir a la calle”. También tienen dudas de si en el cuarto álbum seguirán la tradición de nombrar los discos igual, así como de si volverán a incluir en la portada a la protagonista de las tres anteriores. “Hay un gran debate, porque están buenos los dos caminos, el de seguir y el de romper”, finaliza.

Alucinaciones en Familia festeja los diez años de su primer disco. Sábado a las 20.00 en Sala del Museo (rambla 25 de Agosto y Maciel). Entradas a $ 999 en Redtickets.


Gala de Bach

Con Cristina García Banegas como directora invitada y los solistas Flavia Berardi (soprano), José Bieñkowski (contratenor), Martín Gestido (tenor) y Ulrich Schrader (barítono), el Coro Nacional del Sodre interpretará varias cantatas del legendario compositor alemán Johann Sebastian Bach (1685-1750). La cita será este sábado a las 20.00 en el Auditorio Adela Reta. Las entradas se consiguen por Tickantel desde $ 170 a $ 850.

Chillan las Bestias

La banda rioplatense Chillan las Bestias, en la que canta y compone Pedro Dalton, este sábado a las 21.00 en la sala Hugo Balzo del Sodre presentará Sentimiento puro, que “no es un nuevo disco sino una especie de fantasía íntima, sin tiempo ni espacio, encerrada en las canciones que la banda acuñó durante todos estos años”, según se anuncia. “Un escenario distinto, para escuchar desde el detalle más fino hasta la explosión de tensiones sonoras de cada tema. Con la aspiración de que ninguno se pierda en el remolino, los músicos estarán dispuestos de una forma distinta a la de un clásico recital de rock”, se agrega. Las entradas se consiguen por Tickantel, y quedan pocas, a $ 1.000.