El domingo 7 de abril de 1805, en el teatro An Der Wien de Viena, tuvo lugar la primera ejecución pública de la Sinfonía n.º 3 de Ludwig van Beethoven, dirigida por su propio autor, que por ese entonces tenía 34 años. Una obra mejor conocida como La Heroica y que dura una hora, tiempo impensable para una sinfonía a principios del siglo XIX, al punto de que, según la leyenda –consignada por el libro sobre Beethoven de Jean y Brigitte Massin–, el día del estreno alguien del público gritó que pagaba “¡un kreutzer para que esto termine!”. Pero, como escribió Friedrich Nietzsche al inicio de El Anticristo, “algunos nacen póstumos”.

220 años después de aquel día, La Heroica será interpretada por infinita vez, ya catalogada como una obra cumbre de la música occidental, y el paradigma de la transición entre el clasicismo y el romanticismo en la música. En esta oportunidad, la interpretación estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional del Sodre (Ossodre), este sábado a las 20.00 en el Auditorio Adela Reta, y será la obra que cierre el espectáculo. Para la ocasión, la Ossodre recibirá por tercera vez a la joven directora colombiana Ana María Patiño, quien señala que ya era momento de hacer “un repertorio que requiere otro tipo de trabajo, profundo, y una cierta confianza de interpretación y de visión”, y piensa que ahora la tienen.

Patiño subraya que La Heroica significó “un cambio brutal” en la manera en la que se escribían las sinfonías, y desde el punto vista técnico e intelectual cambió “completamente” el rumbo, al punto de que muchos compositores importantes de los dos siglos anteriores a este solían decir que luego de esa obra no se había inventado “nada más”.

La Heroica rompe todos los esquemas de estructura de la sinfonía, y para Beethoven fue el inicio de su música como plataforma de expresión de sus ideales, y ya no sólo escrita para una corte o una celebración, sino cargada con su propia idea del amor, la muerte y el paraíso”, agrega.

Además, la directora subraya que en esta obra el genio alemán también plasmó “un ideal político muy grande”, ya que en principio fue impulsada por la Revolución Francesa y la figura de Napoleón Bonaparte, en quien tenía puestas esperanzas de “libertad, justicia y equidad”. “Es decir, los compositores no sólo expresan emociones, sino también pensamientos e ideales”, acota. Sea como fuere, recuerda que cuando el líder francés se autoproclamó emperador (en mayo de 1804), para Beethoven fue “una traición muy grande” a esos principios.

Por eso, según cuenta otra de las leyendas, luego de escrita la sinfonía, a la que había bautizado Bonaparte, y conocida la noticia, totalmente decepcionado, el músico arrancó la primera página de la partitura y le cambió el nombre, por el que todos conocemos hoy, y le agregó “música para el recuerdo de un gran hombre”. Además, la directora subraya que la sinfonía también está inspirada en el mito de Prometeo, y el motivo melódico que ya había usado en el ballet Las criaturas de Prometeo reaparece en el último movimiento de esta sinfonía, con esa idea de “darle fuego a la humanidad”. “Y todo esto sucede cuando Beethoven se entera de que se va a quedar sordo. Entonces, al final, el recuerdo de ese gran hombre o héroe es de él mismo, en muchos sentidos”, agrega.

La partitura y algo más

Patiño cuenta que ha dirigido un repertorio muy diverso, sobre todo del Romanticismo y del siglo XX, obras de Mahler, Strauss y Stravinsky, pero Beethoven siempre fue importante para ella porque es “un lugar de iluminación muy grande y de inspiración constante”. Dice que al tomar la batuta para La Heroica se siente “al frente de un monumento, de una joya no sólo de la música sino del arte, como una catedral”, y eso es “emocionante, desafiante y también un privilegio”.

A la hora de interpretar la obra, más allá de la partitura, obviamente, la directora subraya que va a fuentes muy distintas, también para encontrar lógica en los contrarios. Dice que un referente muy grande para ella, no sólo de la estética de Beethoven, sino del pensamiento musical en general, es el director de orquesta austríaco Nikolaus Harnoncourt. Además, para tener un contexto mayor y saber qué pensaban diversos directores, tiene en mente las versiones del legendario director austríaco Herbert von Karajan al mando de la Orquesta Filarmónica de Berlín, así como las del italiano Claudio Abaddo y, ya más acá en el tiempo, las del inglés Simon Rattle. “Me interesa mucho ver en todo ese mundo de ideas distintas un propósito en común, que es la convicción de ir por esa verdad. Entonces, ahora voy por la mía”, agrega.

Al ser una directora de orquesta joven, cabe preguntarle cómo ve el acceso a la música clásica por parte de sus pares en la actualidad. Patiño dice que “no es muy común saber de jóvenes que escuchen música clásica hoy en día”, pero cree que “es una responsabilidad y un deber importante de las orquestas, que deben llevarles más la música a esos jóvenes y que el teatro se vuelva un espacio más abierto”.

“Creo que, sobre todo en nuestros países, latinoamericanos, es importante darles a los jóvenes un espacio en donde se sientan seguros y se puedan expresar libremente, y compartirles una música que no tiene mucho que ver con lo que pasa hoy en día, que está bien, porque es parte de una evolución social, pero si no la conocen se pierden un mundo muy importante, que está más conectado con otras cosas. Me emociona mucho cuando veo más jóvenes en los conciertos”, finaliza.

La Heroica de Beethoven a cargo de la Orquesta Sinfónica del Sodre. Sábado a las 20.00 en el Auditorio Adela Reta. Entradas desde $ 170 a $ 850 en Tickantel.


Nito Mestre en San José

El músico argentino que cofundó Sui Generis junto con Charly García, Nito Mestre, está de gira con el espectáculo A 50 años del adiós, por el medio siglo del legendario concierto del estadio Luna Park de Buenos Aires que fue editado como un disco doble titulado Adiós, Sui Géneris. Obviamente, Mestre interpretará todas las canciones que conformaron aquel repertorio. Este sábado la cita será a las 21.00 en el teatro Macció de San José (18 de Julio y 25 de Mayo). Las entradas se consiguen por Tickantel y van desde $ 650 a $ 950.

Saxo Oral con Gustavo Espinosa

El escritor Gustavo Espinosa llega a Montevideo con el proyecto Saxo Oral, su banda de blues que reúne a artistas de Treinta y Tres. Sábado a las 20.00 en la sala Camacuá. Entradas a $ 600 y $ 800 en Redtickets.