La propuesta del senador nacionalista y exintendente de Cerro Largo Sergio Botana de llevar el límite de alcohol en sangre permitido para manejar de 0 a 0,3% generó una importante polémica. Ante los cuestionamientos recibidos, Botana puso como ejemplo su departamento, que tiene niveles récord de siniestralidad. Obviamente este argumento dejó completamente desarmados a quienes lo cuestionan, tal como le pasaría a un boxeador si de pronto viese que su rival comienza a pegarse golpes en su propia mandíbula. Alejados de los complejos y por momentos incomprensibles debates políticos, los expertos alertan sobre los cambios que ocurren en el organismo según los diferentes niveles de alcohol en sangre.

0,3%

Es el porcentaje que registra una persona tras ingerir un vaso de cerveza, una copa de vino o un par de tragos de desodorante. Con esos valores el cerebro comienza a perder algunas inhibiciones y aumentan las posibilidades de insultar de arriba abajo a una persona que no quiere tomar alcohol o confesar cosas que se mantuvieron en secreto durante años, como por ejemplo que uno estuvo años limpiándose el culo con la toalla que usa el resto de la familia para limpiarse la cara. En resumen, no se debe subestimar el riesgo de tomar “una copita”.

0,5%

En este punto los reflejos comienzan a fallar. La capacidad de esquivar a una persona que se tire a cruzar la calle de forma intempestiva es 30% menor. Pero ¿qué pasa si efectivamente se quiere atropellar a esa persona, ya sea porque es un conocido del trabajo que no pone plata para los bizcochos o simplemente porque se trata de alguien que no nos cae bien de sólo mirarlo una fracción de segundo? Pues en ese caso el panorama no es mucho más alentador: la posibilidad de errarle es 30% mayor que no habiendo tomado.

1%

Acá el riesgo de chocar es francamente más alto, pero además aparecen otros peligros. Si el otro involucrado en el siniestro también tomó alcohol, existe la posibilidad de que ambos conductores terminen abrazados y cantando alguna retirada de murga, algo que dificulta mucho la labor del agente de seguros encargado de determinar quién tuvo la culpa del siniestro.

2%

Con esta cantidad de alcohol en sangre los problemas pueden empezar aun antes de subirse al auto, ya que la dificultad para orientarse y ver con claridad puede hacer que la persona intente entrar en un auto ajeno y rompa la llave. Este tipo de accidentes son bastante frecuentes y explican por qué en Miami hay un lujoso condominio que está ocupado en 75% por cerrajeros uruguayos.

5%

Aquí estamos hablando de un nivel francamente peligroso, que puede dejar al conductor con secuelas que lo acompañarán de por vida en caso de sufrir un accidente, como por ejemplo ir manejando hasta Brasil y allí hacerse un tatuaje con la cara de Diego Lugano.

8%

Este nivel es muy peligroso para los automovilistas, aunque no tanto para los motociclistas, ya que 50% de las veces se suben al revés a sus motos y no pueden hacerlas arrancar.

19%

Las autoridades jamás lo reconocerán, pero con este nivel de alcohol en sangre la gente maneja mucho mejor. El problema es que muy pocas de las personas que empiezan a tomar llegan a este nivel y lo más probable es que vomiten antes, lo cual, además de ser peligroso, es tremendamente asqueroso.

25%

Las personas que llegan a tomar tanto y sobreviven suelen despertarse al otro día lamentándose por no haber muerto en un choque la noche anterior.