Es más barato comprar un androide por Amazon

En Uruguay la popularización de la robótica se enfrenta a un gran obstáculo: el costo. Es que la mayoría de los androides se comercializan en Europa y Estados Unidos, por lo que mandarse traer uno del exterior era muy caro. Ahora, gracias a la depreciación del billete verde, cualquiera puede comprarse un androide para tener sexo, ponerlo a ayudar en la tareas de la casa o mandarlo al pasado para asesinar al cretino que decidió plantar plátanos en las calles de Montevideo.

La economía doméstica se resiente, al igual que cuando sube el dólar

Una baja del dólar hace que sea cada vez más difícil equilibrar el presupuesto familiar. Ocurre exactamente lo mismo cuando la moneda verde sube. Finalmente, los períodos prolongados de estabilidad en la cotización del dólar tienen efectos negativos en la economía doméstica. Es importante destacar que ninguno de estos tres escenarios tiene consecuencias mejores o peores que los restantes, sino que son todos igualmente malos para el bolsillo de las familias.

Los exportadores comienzan a sentirse melancólicos

Quienes venden en dólares al exterior pero gastan en pesos produciendo en Uruguay ven cómo su margen de ganancia se achica más y más a medida que la moneda verde baja. Ante esta situación, el exportador se agota, se convence de que producir en Uruguay no vale la pena y siente que la vida ya no tiene sentido. Es lo que Baudelaire definía como “spleen” y Luis Lacalle Pou define como “dolor ante la insensibilidad del pueblo”.

Los falsificadores de dólares ahora venden serpentinas

En este gremio la baja del dólar tuvo un impacto muy fuerte, ya que los costos de falsificar billetes verdes comenzaron a superar al beneficio de venderlos en el mercado negro. Es por esto que la mayoría de los profesionales del rubro optaron por transformar su stock en serpentinas y papel picado para fiestas. “Se gana poco, pero, por otro lado, siempre vamos a tener trabajo, porque las adolescentes nunca van a dejar de cumplir 15 años”, afirmó un resignado pero ligeramente esperanzado exfalsificador.

Quienes compraron criptomonedas se sienten menos estúpidas

Las personas que compraron este tipo de divisas en el primer cuatrimestre del año, es decir, antes de su colapso, se convirtieron en el hazmerreír del mundo de las finanzas. Compraron algo caro que ahora tiene un precio barato. Pero en Uruguay, y gracias al dólar bajo, estas personas se sienten menos estúpidas, solas y miserables, ya que las acompañan en la desdicha quienes decidieron comprar dólares cuando estaba alto, convencidos de que iba a seguir subiendo. “No estás solo”, dicen en las líneas de atención telefónica para prevenir el suicidio a quienes se quedaron sin nada por haber invertido en criptomonedas y ahora quieren matarse, pero no en el mundo virtual, sino en el de verdad.

Los ciberestafadores nigerianos ya no aceptan dólares

“Yo soy el tío de usted y lamentablemente me he quedado en el aeropuerto sin pasaje ni dinero ni comida ni billete de avión. Le mucho agradecería que me enviara suma de dinero pero en pesos de favor. Si envía usted dólares creo que no quiere a su tío y me sentiré muy lamentablemente triste”, puede leerse en un correo electrónico que comenzó a circular en las últimas semanas.