El centro de Glasgow se llenó el viernes de jóvenes en una manifestación convocada por el movimiento Fridays for Future mientras se desarrollaba la sexta jornada de la cumbre sobre cambio climático o COP26. Reclamaban a los representantes de numerosos gobiernos reunidos allí que implementen acciones claras para frenar el cambio climático. Para este sábado está prevista otra marcha en esa ciudad escocesa, en la que se estima que participarán cerca de 100.000 personas en defensa del medioambiente.
El presidente de la COP26, el secretario de Estado para el Desarrollo Internacional del gobierno británico, pidió a los dirigentes políticos mundiales que “escuchen las voces de los jóvenes”. Manifestó que se permitirá que los observadores puedan acceder de forma personal o virtual a las negociaciones que se llevan adelante en este encuentro, después de que la Red de Acción Climática, que nuclea a organizaciones sociales que trabajan en esta área, cuestionara la falta de acceso a la cumbre y que la activista sueca Greta Thunberg calificara la COP26 como “la más excluyente”.
La red manifestó también: “Hemos visto grandes anuncios, pero muchos de los compromisos son voluntarios”. Uno de esos anuncios es el acuerdo firmado por más de 40 países para eliminar de manera gradual la energía a carbón, tanto en sus territorios como en el exterior. Al hacer el anuncio, la presidencia de la cumbre señaló que el carbón es el combustible fósil que más contribuye al calentamiento global. Los países firmantes se comprometieron a dejar de financiar proyectos que se propongan generar energía a partir del carbón y abandonar gradualmente ese combustible como fuente de energía. La meta es que los países más ricos lo abandonen en 2030 y los más pobres, en 2040.
Varias naciones quedaron fuera de este pacto, entre ellos algunos de los más dependientes del carbón: Australia, India, China y Estados Unidos. Antes de la cumbre, China había anunciado que planea dejar de financiar proyectos para generar energía de carbón en el extranjero para fines de este año. “El fin del carbón está a la vista”, dijo el ministro de Negocios y Energía británico, Kwasi Kwarteng.
A su vez, la Organización de las Naciones Unidas señaló que si los acuerdos no se alcanzan y la situación se mantiene tal como está, no sólo no será posible limitar 50% las emisiones de gases de efecto invernadero, como se pretende, sino que las proyecciones indican que esas emisiones crecerán 14%.
Además de los referidos al carbón, que son esenciales para frenar las emisiones, hubo otros acuerdos alcanzados en estos días, como el que firmó un centenar de países para frenar y revertir la deforestación para 2030, mediante fondos públicos y privados por un total de 19.200 millones de dólares, informó AFP. Esos países, entre los que está incluido Brasil, reúnen 85% de los bosques y las selvas del mundo, los cuales absorben parte del dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles.
El enviado de Estados Unidos a la cumbre, John Kerry, afirmó el viernes que se alcanzará el objetivo de las principales economías de que se destinen 100.000 millones de dólares por año a frenar el cambio climático y que se logrará en 2022. Esta cifra incluye aportes de los países y también inversión privada, pero, según el Acuerdo de París, de 2015, debió alcanzarse el año pasado, señaló la agencia Efe. Sin embargo, Kerry dijo que “lo que está sucediendo acá no es lo de siempre”, dijo, y destacó que el encuentro se dirige hacia un “comunicado fuerte e implementable, y esa es la clave: que las palabras no son nada si no pueden convertirse en acciones”.
Los manifestantes de este viernes en Glasgow no están de acuerdo. “No es un secreto que la COP26 es un fracaso”, dijo Greta Thunberg. “¿Cuánto les llevará a los políticos despertar? La cumbre del clima se ha convertido en un festival de dos semanas para lavar su conciencia, donde todo sigue igual y todo es bla, bla, bla”, afirmó, y concluyó que “las voces de las futuras generaciones están siendo ignoradas con sus falsas promesas”.