El ex primer ministro italiano manifestó a sus aliados de derecha y ultraderecha su decisión de dejar de lado su aspiración a la presidencia de Italia. Su nombre era resistido por el centro y la izquierda y tenía pocas chances de prosperar, pero la derecha insistía en mantenerlo y esa posición bloqueaba las negociaciones.

Este lunes el Parlamento italiano, con sus 630 diputados, 320 senadores y 58 delegados regionales, iniciará el proceso para elegir al sucesor de Sergio Mattarella. En Italia el cargo de presidente no tiene la tarea de conducir el gobierno –que le corresponde al primer ministro–, pero cumple varios papeles institucionales como jefe de Estado.

De hecho, uno de los nombres que generaban consenso para presidente era el del actual primer ministro, Mario Draghi. Sin embargo, según informó la agencia Efe, una exigencia de Berlusconi para destrabar la búsqueda de un presidente fue que Draghi siga al frente del gobierno.

Al conocer la decisión de Berlusconi, el líder del Movimiento Cinco Estrellas, Giuseppe Conte, manifestó: “Con su retirada, demos un paso adelante y emprendamos un debate serio entre fuerzas políticas para ofrecer al país una figura de alto perfil, respetable y ampliamente compartida”. A su vez, el ultraderechista Matteo Salvini, de la Liga, dijo que “Berlusconi ofrece un gran servicio a Italia y a la centroderecha, que ahora tendrá el honor y la responsabilidad de poner sobre la mesa sus propuestas sin vetos de la izquierda”.

Además del nombre de Mario Draghi, han sonado otros para ocupar la presidencia. Uno es el de Marta Cartabia, la actual ministra de Justicia y la primera mujer en presidir el Tribunal Constitucional. Si fuera electa presidenta de la República, también sería la primera mujer en ese cargo. Ese lugar también podría ser ocupado por Letizia Moratti, una dirigente política de Forza Italia que hoy es consejera de la región de Lombardía, o por Elisabetta Alberti, la presidenta del Senado, también del partido de Berlusconi.

También suena el nombre de Paolo Gentiloni, dirigente del Partido Demócrata y actual comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. Otros candidatos que se han mencionado son Pier Ferdinando Casini, un senador democratacristiano; Andrea Riccardi, fundador de la asociación humanitaria Comunidad de Sant'Egidio; y el socialdemócrata Giuliano Amato, ex primer ministro, exministro de Economía y catedrático de derecho constitucional.