La población ucraniana sigue sufriendo durísimos ataques de las fuerzas rusas, que durante el fin de semana alcanzaron varias localidades del país. Las infraestructuras eléctricas siguen siendo un objetivo de Moscú en esta fase de la guerra, donde los peores combates se están dando en el sur del territorio ucraniano. El sábado un bombardeo dejó sin energía a buena parte de los pobladores de la ciudad de Mykolaiv, capital del óblast (provincia) ubicado en el sureste de Ucrania.

No lejos de ahí, en Jersón, provincia ubicada en el sur de Ucrania, al norte de la península de Crimea, la situación es otra, aunque no exenta de una tensión extrema. Allí prosiguen las evacuaciones de población civil ya que al ser uno de los cuatro territorios anexados por Moscú a fines del mes pasado se prevé que en breve se produzcan duros enfrentamientos entre las partes en conflicto.

Paralelamente, se informó que el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, mantuvo una conversación telefónica con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin. Fue el segundo entre los jerarcas en apenas tres días, algo significativo porque no tenían diálogo directo desde mayo.

Horas antes, Shoigu habló por teléfono con sus homólogos británico, francés y turco, Ben Wallace, Sebastien Lecornu y Hulusi Akar, respectivamente, para transmitir las preocupaciones de Rusia sobre posibles provocaciones por parte de Ucrania.

“Discutieron la situación en Ucrania, que se está deteriorando rápidamente”, dijo el Ministerio de Defensa ruso sobre la llamada de Shoigu con el ministro de Defensa francés, Sebastien Lecornu, en un comunicado consignado por la agencia oficial rusa TASS.

La información proporcionada por Moscú fue muy escueta, pero de ella no se desprendió indicio alguno de que las conversaciones hayan producido algún resultado positivo. Sin embargo, los contactos mostraron que Rusia y las potencias que lideran la Organización del Atlántico Norte (OTAN) mantienen canales de comunicación activos en un momento de creciente preocupación internacional por una posible escalada nuclear.

La agencia Reuters recordó que la semana pasada la OTAN comenzó a hacer sus ejercicios anuales de disuasión nuclear y dijo que espera que Rusia realice simulacros en breve para probar la preparación de sus propias fuerzas nucleares.

Al respecto, un alto diplomático ruso comentó luego de la llamada Shoigu-Austin del viernes que “los malentendidos deben aclararse para que no haya accidentes”.

Por su parte el ministro de Defensa francés, Lecornu, que había reafirmado el deseo de Francia de una resolución pacífica de la guerra en Ucrania y que París se negó a involucrarse en cualquier forma de escalada del conflicto.

En un comunicado, el Reino Unido expresó que en su diálogo con su par ruso Wallace había “refutado” las afirmaciones del representante del Kremlin de que los países occidentales estaban facilitando un plan de Kiev para que la intensidad de la guerra aumente.

El ministerio de Defensa informó que en el diálogo con sus pares Shoigu dijo que les había dicho a sus homólogos sobre la preocupación de Moscú de que Ucrania pudiera utilizar una “bomba sucia”, un dispositivo con material radiactivo. Las afirmaciones rusas anteriores de que Ucrania podría recurrir al uso de armas prohibidas, como las armas biológicas, generaron preocupaciones en Occidente dando la idea de que Moscú podría estar preparándose para organizar ataques de “bandera falsa” y culpar de ello al gobierno ucraniano.