La Justicia de Irán dispuso esta semana cinco condenas a la horca para personas que participaron en las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, que ocurrió el 16 de setiembre, tres días después de ser detenida por la policía por llevar mal puesto el velo islámico.

El miércoles un tribunal de Teherán emitió tres sentencias a muerte. Una persona fue condenada por matar a un policía con un vehículo, otra por herir con un arma blanca a un guardia de seguridad y otra por dañar bienes públicos y “causar terror”, informó la agencia Efe. Las sentencias pueden ser apeladas.

Antes, el martes, se conoció la condena a la horca dictada para una persona acusada de atacar a otra con un cuchillo, “prender fuego una moto y declarar la guerra contra el Estado”. Otra persona fue condenada el domingo por “incendiar un edificio gubernamental, perturbación del orden público, y conspiración para cometer crímenes contra la seguridad nacional”.

Además, los cinco condenados están acusados de “guerra contra Dios” y “corrupción en la tierra”, categorías en las que se incluyen crímenes contra el Estado o el islam y delitos contra la seguridad pública, de acuerdo con Efe.

Mientras tanto, las protestas por la muerte de Amini continúan, pese a las detenciones y las acusaciones judiciales, que ya son más de 2.000. Además, según la organización civil con sede en Oslo Irán Human Rights, 326 personas murieron a causa de la represión policial.

A su vez, Amnistía Internacional y otras organizaciones civiles, que participaron en Berlín en un congreso sobre la pena de muerte, señalaron que 21 personas que participaron en las manifestaciones pacíficas en Irán están expuestas a recibir esa pena. Así lo dijo la directora de Amnistía Internacional en Oriente Medio y África, Diana Eltahawy.

El miércoles, la Tercera Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución en la que expresa su “grave preocupación por el hecho de que la aplicación de la ley relativa al hiyab y la castidad y su violenta imposición por la policía de la moral iraní menoscaban de manera fundamental los derechos humanos de las mujeres y las niñas”.

La resolución, presentada por Canadá, que fue aprobada con 79 votos a favor, 28 en contra y 68 abstenciones, llama a Irán a “poner en libertad a todos los detenidos por participar en manifestaciones pacíficas” y “condena el uso generalizado de la fuerza” para dispersarlas.

También exhorta a Irán a terminar con las restricciones a los derechos de reunión y con las limitaciones al uso de internet.

El gobierno iraní rechazó esa resolución. “Estas medidas no constructivas no sólo no ayudan a promover los derechos humanos globalmente, sino que perpetúan estereotipos negativos y políticos contra Estados soberanos”, dijo en un comunicado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Naser Kananí.

Por su parte, el titular de esa cartera, Hossein Amir-Abdollahian, acusó el jueves a Israel y “políticos occidentales” de haber “elaborado planes para una guerra civil, la destrucción y desintegración de Irán”, y les dijo que su país “no es Libia o Sudán”.