Un fuerte cruce se está produciendo por estas horas en Italia entre el gobierno que encabeza la derechista Giorgia Meloni, quien está hace dos semanas en el cargo, y organizaciones humanitarias que rescataron a centenares de migrantes, la mayoría de ellos de origen africano, que estaban navegando a la deriva por el Mar Mediterráneo.

El Ejecutivo italiano negó el descenso de todos los migrantes que llegaron en cuatro barcos pertenecientes a organizaciones humanitarias a puertos de la isla de Sicilia e informó que únicamente permitiría que fueran acogidos los menores de edad y aquellas personas que se encuentren en situaciones “vulnerables”, informaron medios locales.

El hecho generó fuertes tensiones, más aún cuando las autoridades le exigieron este domingo a uno de los barcos, el Humanity 1, que desalojara el puerto de Catania tras desembarcar a 144 migrantes rescatados, entre ellos niños, más de 100 menores no acompañados y personas con urgencias médicas. Pero, de acuerdo a lo que informó la agencia ANSA, el capitán de la embarcación, Joachim Ebeling, se negó a acatar la orden. “Tenemos que encontrar una solución aquí porque sería contrario a la ley irnos con los sobrevivientes, según me explicó mi abogado”, expresó Ebeling. El barco que él comanda, en el que aún 35 personas permanecían a bordo, pertenece a la organización benéfica alemana SOS Humanity.

Voceros de esta entidad cuyas declaraciones fueron recogidas por el portal France24 dijeron que no se puede distinguir como “vulnerables” solo a algunas de las personas a bordo, ya que todos fueron rescatados en el mar y simplemente eso los califica para acceder a un puerto seguro de acuerdo a las normas de derecho internacional.

También el domingo, un segundo barco, el Geo Barents, que navega con bandera noruega y es operado por Médicos Sin Fronteras, llegó a Catania, y el proceso de revisión se repitió con los 572 migrantes a bordo. La selección de los migrantes finalizó entrada la noche. 357 personas fueron autorizadas a desembarcar, pero otras 215 debieron permanecer en el buque.

La situación que se dio el fin de semana generó muchas reacciones, tanto dentro como fuera de Italia, además de la puja entre el gobierno y las organizaciones humanitarias. Uno de los aliados políticos de Meloni, el también ultraderechista primer ministro húngaro Viktor Orbán saludó en su cuenta de Twitter la medida adoptada por su homóloga. “¡Finalmente! Le debemos un gran agradecimiento a Giorgia Meloni y al nuevo gobierno italiano por haber protegido las fronteras de Europa”, escribió el político magiar.

También se expresó sobre el tema el papa Francisco, que fue consultado por la situación por periodistas que lo acompañaron en el vuelo que lo llevó de retorno a Roma desde Bahrein donde estuvo de visita oficial. El líder religioso argentino dijo que la Unión Europea (UE) debe tener una política migratoria consensuada con todos los países y afirmó “que no puede dejar solos” a España, Italia, Grecia y Chipre, con la responsabilidad de ocuparse de los migrantes que llegan a sus costas. Al ser preguntado por la actitud del nuevo gobierno italiano liderado por Meloni, Francisco puntualizó que “cada gobierno de la UE tiene que ponerse de acuerdo sobre cuántos inmigrantes puede acoger” y no únicamente los cuatro mencionados, que por su posición geográfica suelen ser los mayores receptores de migrantes provenientes de África y algunos países asiáticos.

Pero más allá de las disposiciones de cada gobierno europeo, el papa Francisco remarcó que “en el mar, la vida de los migrantes hay que salvarla” porque “el Mediterráneo se convirtió en el mayor cementerio del mundo”.