Mientras las acciones diplomáticas prosiguen intentando detener el conflicto bélico que comenzó en Ucrania hace ya 12 días, en el terreno las cosas siguen siendo extremadamente complejas, particularmente para la población civil.

Si bien todavía no está claro que vaya a haber en las próximas horas una tercera reunión entre delegaciones rusas y ucranianas, el único punto al que se llegó a un acuerdo en la segunda no fue cumplido por las partes. El establecimiento de corredores humanitarias para la evacuación de civiles, algo que habían pactado los negociadores de ambos países, no se efectivizó en los hechos en las ciudades de Mariúpol y Volnovaja, ambas situadas en la región del Donbás, en el extremo sureste de Ucrania. Según informó la Cruz Roja, el incumplimiento del cese al fuego del que ambos bandos se acusan mutuamente dejó a la población cautiva en un área donde las fuerzas rusas ya tienen un amplio predominio, al igual que en casi todo el sur del país.

Este domingo el Kremlin informó que el presidente ruso, Vladimir Putin, manifestó que la operación militar rusa en Ucrania sólo puede suspenderse si Kiev cesa las acciones militares y cumple con las demandas de Moscú. Estas declaraciones del mandatario fueron realizadas durante una conversación que tuvo con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan.

“Vladimir Putin informó sobre el progreso de la operación militar especial para proteger Donbás, transmitió los principales enfoques y evaluaciones en este contexto, explicó en detalle los objetivos y las tareas básicos establecidos. Se enfatizó que la operación especial está avanzando de acuerdo con un plan y está en cronograma”, dice el comunicado, consignado por la cadena rusa RT. En el texto se señaló además que las Fuerzas Armadas de Rusia “estaban haciendo todo lo posible para preservar las vidas y garantizar la seguridad de los civiles, los ataques de precisión tienen como objetivo exclusivamente las instalaciones de la infraestructura militar”.

Rusia se mantiene firme en su postura de destruir la capacidad militar de Ucrania, además de en conseguir un compromiso escrito de que el país nunca ingresará en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), algo que Moscú considera esencial para su seguridad.

A propósito de la desmilitarización, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró que la mayor parte de la aviación ucraniana preparada para el combate ya fue destruida.

“Entre ayer y lo que va del día, las fuerzas aéreas de Ucrania perdieron 11 aviones de combate y dos helicópteros”, detalló este domingo el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov. Asimismo, desde el ministerio ruso confirmaron la destrucción del aeródromo de la ciudad ucraniana de Vínnytsia, en el centro del país, algo que también fue ratificado por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Al mismo tiempo, el portavoz anunció que las Fuerzas Armadas rusas realizarán en las próximas horas ataques contra instalaciones de la industria militar de Ucrania con uso de armas de alta precisión y se informó además que los responsables de estas fábricas ya fueron notificados para evitar la muerte de trabajadores.

La falta de reacción de las potencias occidentales ante estas afirmaciones del gobierno ruso generó una fuerte crítica de Zelenski: “No escuché ni a un solo líder mundial reaccionar ante esto. La audacia del agresor es una señal clara para Occidente de que las sanciones impuestas a Rusia no son suficientes. Piense en la sensación de impunidad de los ocupantes que pueden anunciar tales atrocidades planeadas”, afirmó el mandatario desde Kiev.

El cerco sobre Kiev y el diálogo como única salida posible

Además de avanzar sobre el Donbás y el sur del país, el Ejército ruso desde el comienzo de la invasión apuntó a Kiev, la capital de Ucrania, aunque no avanzó sobre ella, sino que adoptó la estrategia de rodear la ciudad, a la espera de una rendición.

Algunas localidades de las afueras de la ciudad más importante del país fueron blanco de ataques rusos y de acuerdo a lo que informó Oleksandr Markushyn, alcalde de Irpín, una ciudad a sólo 25 kilómetros de la capital, ocho civiles murieron por estas acciones durante el fin de semana. El presidente ucraniano expresó sus condolencias a las víctimas, siguió pidiendo ayuda militar a los países occidentales para poder resistir, pero de todas maneras la idea del mandatario es negociar directamente con Putin.

En ese sentido Andriy Sibiga, un asesor de la presidencia citado por la agencia ucraniana Unian, este domingo manifestó la disposición para que ello ocurra cuanto antes. Sibiga recalcó que su gobierno “está a favor de poner fin a la guerra”. “El presidente de Ucrania está preparado para negociaciones directas con Putin”, agregó el funcionario.

Paralelamente, David Arakhamia, uno de los integrantes de la delegación de negociadores ucranianos, dijo que su país no está dispuesto a comprometer su integridad territorial en las conversaciones con Rusia, pero sí está abierto a discutir “modelos por fuera de la OTAN”.

“La respuesta que recibimos de los países de la OTAN es que no están listos ni siquiera para discutir tenernos en la OTAN, al menos no durante el próximo período de cinco o diez años”, dijo Arakhamia en declaraciones a Fox News recogidas por la agencia Reuters.

“Estamos listos para discutir algunas alternativas por fuera de la OTAN. Por ejemplo, podría haber garantías directas de diferentes países, como Estados Unidos, China, Reino Unido, tal vez Alemania y Francia. Estamos abiertos a discutir este tipo de cosas en un círculo más amplio, no sólo en discusiones bilaterales con Rusia, sino también con otros socios”, agregó.

Obviamente, además de las pérdidas humanas, del exilio y del desplazamiento de miles de personas dentro del país, el enfrentamiento bélico está causando grandes perjuicios económicos a Ucrania, que debido al avance ruso por el sur ya se quedó sin posibilidades de sacar sus exportaciones por el mar Negro, por lo que el gobierno ya anunció que comenzará a enviar sus exportaciones, particularmente las de granos, que representan algo más de 10% del mercado mundial, por tren.

Durante el fin de semana los contactos entre gobernantes y diplomáticos fue intenso para tratar de buscar una solución al conflicto bélico. En este sentido, uno de los hechos más trascendentes fue el encuentro en el Kremlin entre Putin y el primer ministro israelí, Naftalí Bennett. En un marco de mucha reserva, los mandatarios estuvieron reunidos durante tres horas y posteriormente Bennett voló a Berlín para hablar con el canciller alemán, Olaf Scholz. Medios israelíes informaron que antes de hablar con Putin Bennett había tenido al menos tres conversaciones con Zelenski y su ida a Moscú contó con el visto bueno de la diplomacia de Estados Unidos.

Hablando de la administración de Joe Biden, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que Rusia y Estados Unidos mantienen ciertos canales de diálogo en el contexto de la situación geopolítica actual.

En declaraciones a un canal de noticias ruso, el vocero mencionó que la operación militar especial no tiene como objetivo dividir Ucrania, ya que Rusia sólo busca garantizar su propia seguridad. “También queremos ver que el estado neutral de Ucrania esté fijado en su Constitución y queremos tener garantías de que las armas que pueden cambiar el equilibrio de seguridad en Europa no pueden desplegarse” en Ucrania, agregó. Peskov también dijo que, dado que Rusia reconoció oficialmente a la repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ambas ubicadas en la región del Donbás, Moscú tenía obligaciones con ellos, particularmente en el campo de la seguridad.

El drama que no termina

Según las últimas estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de personas que se fue de Ucrania desde que empezó la ofensiva rusa supera el millón y medio.

Además, la situación humanitaria de millones de personas que están dentro del país, particularmente en algunas zonas donde hay falta de abastecimiento de algunos productos, es grave. A propósito de esta situación, el gobierno alemán anunció que implementará el envío de ayuda a Ucrania mediante un “puente ferroviario” a través de la empresa estatal de trenes, Deutsche Bahn, según informó el ministro de Transporte germano, Volker Wissing.

“No se trata de una acción puntual, sino que estamos aprovechando para construir un puente ferroviario que ayudará a la población de Ucrania a largo plazo”, destacó el funcionario en declaraciones al semanario Bild am Sonntag consignadas por el portal Europa Press. En este sentido, Wissing dijo que la situación en la frontera entre Polonia y Ucrania es dramática.