El desfile militar que se celebra cada 9 de mayo en Moscú en conmemoración de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial en 1945, conflicto al que los rusos denominan Gran Guerra Patria, tendrá este lunes una connotación muy especial debido al conflicto bélico que el Ejército ruso está librando en Ucrania.
Además de los miles de soldados que desfilarán y del armamento que se suele exhibir en esta jornada, el mensaje que dará el presidente Vladimir Putin es muy esperado, porque puede hacer referencia directa a alguna acción que se piense tomar en medio del conflicto en curso, como podría ser, por ejemplo, una declaración de guerra a Ucrania, algo que Rusia no hizo ya que considera oficialmente su incursión en territorio vecino como una “operación militar especial”.
Los mandos rusos están realizando pocas declaraciones públicas y se están refiriendo específicamente al cumplimiento de sus objetivos, aunque, de acuerdo a los medios occidentales, que se basan en informes de agencias de inteligencia de varios países, los avances están siendo mucho más lentos y menores a lo esperado.
De todas maneras, la intensidad de los bombardeos rusos sigue siendo enorme y alcanzó en las últimas horas a varias regiones de Ucrania.
Este domingo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, informó que un bombardeo a una escuela que desde el comienzo de la guerra sirve como refugio, ubicada en la pequeña localidad de Bilohorikva, en la región de Lugansk, en el Donbás, causó la muerte de 60 personas.
“Este ataque es un recordatorio más de que en esta guerra, como en tantos otros conflictos, son los civiles los que pagan el precio más alto”, dijo sobre este ataque el francés Stéphane Dujarric, quien es el portavoz del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres.
Paralelamente, fuentes ucranianas informaron a la cadena panárabe Al Jazeera de intensos ataques sobre la ciudad de Odesa, el puerto más importante de Ucrania, situado sobre las costas del mar Negro, en el oeste del país.
“Ayer tuvimos ataques muy fuertes, apuntando nuevamente al aeropuerto y a edificios civiles, así como al centro comercial de la ciudad. Los rusos intensificaron los ataques significativamente en los últimos días. Nunca habíamos tenido tantos ataques aéreos como en las últimas 48 horas”, dijeron las fuentes al medio con sede en Doha, la capital catarí.
Desde Rusia el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, informó que misiles rusos de alta precisión alcanzaron armas y equipo militar occidentales que estaban en una estación de tren situada en la ciudad de Soledar, en la región de Donetsk.
“Los misiles aéreos de alta precisión de las fuerzas aeroespaciales rusas destruyeron las armas y el equipo militar entregados desde Estados Unidos y los países occidentales a la estación de tren de Sol, cerca de la ciudad de Soledar, así como la mano de obra de la reserva del ejército ucraniano”, dijo el funcionario, citado por la agencia rusa TASS.
También prosigue la evacuación de civiles que están en la planta siderúrgica Azovstal, en la ciudad de Mariúpol. Algunas fuentes aseguran que la totalidad de los civiles ya fueron trasladados hacia la ciudad de Zaporiyia, que está bajo control ucraniano, pero la versión no fue confirmada por el único vocero de los combatientes ucranianos que están dentro de la fábrica, Sviatoslav Palamar, un comandante del Batallón Azov, una milicia de ultranacionalista de inspiración neonazi. Este hecho, como es de esperar, no contribuye a desacreditar la afirmación rusa de que una de las razones por las cuales decidieron invadir Ucrania es para “desnazificar” al país. Por más que esta afirmación de Moscú tiene un claro fin propagandístico y justificativo de sus acciones, la presencia activa de estos grupos de ultraderecha, particularmente en la región del Donbás, es innegable.
Respecto de la situación en Mariúpol, el domingo Mijaíl Podolyak, asistente del presidente Zelenski, dijo en su cuenta de Twitter que el gobierno “no se detendrá hasta que evacuemos a toda nuestra gente” de Azovstal. “La vida de cada defensor es sagrada para el Estado ucraniano”, dijo Podolyak. Hablando de Mariúpol, el diario británico The Guardian informó que este domingo el vice primer ministro ruso, Marat Jusnulin, visitó la ciudad, además de otras que están bajo control de Moscú. Jusnulin es el funcionario político ruso de mayor rango que pisa Ucrania desde que comenzó la guerra.
También este domingo los líderes de los países que integran el G7, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Japón e Italia, se reunieron en una videoconferencia en la que también participó Zelenski, y luego del cónclave emitieron un comunicado en el que se comprometieron a reducir de forma ordenada la dependencia de la energía rusa, además de anunciar que se están desarrollando nuevas sanciones contra Moscú.