La decisión de Estados Unidos de no invitar a la Cumbre de las Américas a algunos países de la región generó reacciones de varios gobiernos. La más contundente fue la del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien anunció que su asistencia estaría condicionada a que la cumbre incluyera a todos los países del continente.
El jueves el coordinador de la cumbre, Kevin O’Reilly, compareció ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde fue interrogado por el senador de derecha Marco Rubio. Consultado acerca de si se había invitado a Cuba, O’Reilly respondió: “Bajo mi conocimiento, no”. Aclaró que sí habían sido invitados representantes de la sociedad civil cubana.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, había dicho el miércoles en Twitter: “Puedo asegurar que en ningún caso asistiré”. El gobernante agradeció “la valiente y digna posición de los países que han levantado su voz contra las exclusiones” y afirmó: “Se sabe que el gobierno de Estados Unidos concibió desde un inicio que la Cumbre de las Américas no fuera inclusiva”.
En cuanto a Venezuela y Nicaragua, O’Reilly fue terminante en decir que no fueron invitados. “No los reconocemos como un gobierno soberano”, dijo acerca de Venezuela. Recordó que su país reconoce al opositor Juan Guaidó “como el presidente interino legítimo” de ese país y dijo que existen “discusiones constantes” con el “gobierno transitorio” venezolano acerca de cómo puede participar en la cumbre.
O’Reilly también fue consultado sobre la postura de México, y respondió que se mantenían discusiones con el gobierno de ese país y de todos los demás de la región sobre “la organización y la estructura del debate”, informó la agencia Efe.
El viernes López Obrador dijo que espera una respuesta formal de Estados Unidos a su pedido de que sean invitados todos los países de América. “A partir de ahí vamos a tomar una decisión, no se trata de confrontarnos”, dijo el presidente mexicano. “De todas maneras México va a participar [mediante una delegación], nada más que si no se invita a todos los países, yo no voy a asistir”, agregó.
“¿Va a ser Cumbre de las Américas o va a ser Cumbre de los amigos de América? Porque si se excluyen, ¿de qué continente son esos países? ¿No son de América?”, dijo López Obrador.
Tampoco se había confirmado el viernes la asistencia a la cumbre de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro. Su gobierno también es partidario de que “todos los países asistan para que sea realmente una Cumbre de las Américas”, dijo el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina. “La presidenta todavía está pendiente de confirmar su asistencia y obedecerá efectivamente a si asisten o no todos los países”, dijo.
Posturas similares mantuvieron Bolivia y Guatemala, que condicionaron su asistencia después de que lo hiciera López Obrador. A su vez, Argentina, Honduras y Chile también han reclamado que no haya países excluidos.
“Nosotros le hemos manifestado a Estados Unidos, tanto en conversaciones privadas como públicamente, que abogamos por una cumbre sin exclusiones. Eso implica invitar a todos los países de las Américas, desde Canadá hasta Chile, pasando por todo el Caribe”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores de Chile, Antonia Urrejola. Sin embargo, aclaró que su país no puso como condición para asistir que todos fueran invitados. “Nosotros vamos a participar y dar nuestra opinión sobre la materia”, dijo.
A su vez, el canciller argentino, Santiago Cafiero, reiteró el jueves: “La posición de Argentina es clara. Argentina también ejerciendo la presidencia pro témpore de la Celac viene marcando la necesidad de una cumbre sin exclusiones”. La portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti, dijo respecto de la asistencia del presidente argentino, Alberto Fernández, “se va a analizar en los próximos días y más cerca de ese momento qué definición se toma si ir o no ir”. Agregó que “una Cumbre de las Américas tiene que ser una cumbre sin exclusiones”.
Bolsonaro va, pero critica a Biden
Mientras se mantienen las críticas, el gobierno de Estados Unidos intenta asegurarse de que los países invitados sí asistan para que no fracase esta cumbre, que se celebrará del 8 al 10 de junio en Los Ángeles. Biden envió a Brasil a un emisario, el exsenador Christopher Dodd, para entregarle en la mano la invitación al encuentro al presidente Jair Bolsonaro, que había puesto en duda su participación en el encuentro.
La gestión fue efectiva y Bolsonaro confirmó que asistirá, pero horas después se extendió en los motivos por los que no se había decidido antes. En declaraciones a periodistas, Bolsonaro afirmó: “Con [el expresidente estadounidense Donald] Trump iba todo muy bien. Teníamos muchas cosas combinadas para hacer aquí, en Brasil. Entre otras cosas, explotar petróleo agregando valor para Brasil”. Agregó que “con Biden, hubo simplemente un congelamiento”.
“Lo encontré en el G20, pero pasó delante de mí como si yo no existiera. Fue el tratamiento de él con todo el mundo. No sé si será la edad”, dijo Bolsonaro, según la agencia Efe.
En cuanto a su asistencia a la cumbre, dijo que “estaba propenso a no comparecer” y agregó: “Con el tamaño de Brasil, no puedo ir para ser una moldura de una fotografía [...] No voy para sonreír, apretar una mano y aparecer en una foto. Voy para resolver asuntos”.
Afirmaciones similares le transmitió a Dodd cuando lo visitó, según dijo. “[Biden] envió una persona especialmente para conversar conmigo, pero le puse las cartas sobre la mesa” y “hablé del cambio de comportamiento de Estados Unidos hacia Brasil después de que Biden asumió”, afirmó.
Por otra parte, el viernes comenzó en La Habana la cumbre del ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en la que se reunirían los tres países excluidos de la Cumbre de las Américas.