Los bombardeos sobre el este de Ucrania, de norte a sur, no se detuvieron en las últimas horas y causaron al menos una decena de muertes en las regiones de Járkov y Donetsk, dos de las más golpeadas del país en el marco de la invasión rusa, que prosigue sin que por el momento un acuerdo de alto el fuego se aproxime siquiera a ser una posibilidad.

La persistencia rusa, su capacidad armamentística y la continua movilización de tropas, por un lado, y el continuo abastecimiento de material bélico de Occidente a Ucrania están extendiendo el conflicto, que ya sobrepasa largamente los dos meses (comenzó el 24 de febrero).

Una muestra de este apoyo occidental al gobierno que preside Volodímir Zelenski fue la breve pero significativa visita que realizó a Kiev la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. La dirigente demócrata –cuya llegada a la capital ucraniana acompañada de un grupo de legisladores no fue notificada con antelación por motivos de seguridad– es la representante estadounidense de más alto rango que visita el país desde que comenzó la invasión rusa.

“Lo visitamos para agradecerle su lucha por la libertad. Su lucha es una lucha de todos. Así que nuestro compromiso es estar aquí para ustedes hasta que termine la pelea”. “Estaremos aquí hasta la victoria”, le dijo Pelosi a Zelenski, de acuerdo a lo que informaron agencias internacionales.

Unas horas más tarde, cuando ya se encontraba en la ciudad de Rzeszów, en el sureste de Polonia, la política demócrata ofreció una conferencia de prensa en la que remarcó que su país seguirá apoyando en forma indeclinable a Ucrania. “No te dejes intimidar por los matones. Si están haciendo amenazas, no puedes retroceder”, dijo en referencia al presidente ruso, Vladimir Putin.

Una noticia que surgió las últimas horas desde Ucrania es que por primera vez las partes en conflicto lograron acordar un cese del fuego que permitió la evacuación de un centenar de civiles que estaban en la planta siderúrgica Azovstal, último bastión de resistencia ucraniana en la ciudad de Mariúpol, en la región del Donbás. En un comunicado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que un grupo de mujeres, niños y ancianos “fueron transportados a la ciudad de Zaporiyia, donde recibirán apoyo humanitario inmediato, incluidos servicios psicológicos”. “Dado que las operaciones aún están en curso, no proporcionaremos más detalles en este momento, para garantizar la seguridad de los civiles y humanitarios en el convoy”.

La misión fue realizada en conjunto por funcionarios de la ONU y de la Cruz Roja. En su habitual discurso nocturno, el presidente Zelenski dijo que, si se dan “todas las condiciones necesarias”, este lunes continuarán las evacuaciones desde la instalación siderúrgica.

Otro hecho particular que se dio este domingo fue que el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dio su primera entrevista a un medio occidental desde que comenzó la guerra. En diálogo con la señal italiana Rette 4, el alto jerarca ruso se refirió a varios temas, entre ellos, la posibilidad de una guerra nuclear.

Lavrov remarcó que en Occidente se malinterpretan sus palabras acerca de la posibilidad de un enfrentamiento de este tipo y dijo que Rusia buscó varias veces un acuerdo, declarando el uso de armas atómicas como “inadmisible”.

“Los medios occidentales tergiversan las amenazas rusas”, aseguró Lavrov. “Rusia nunca ha interrumpido los esfuerzos para llegar a acuerdos que garanticen que nunca se desarrolle una guerra nuclear”, dijo el canciller ruso, de acuerdo a lo que consignó la agencia Reuters. En otra parte de su intervención, Lavrov acusó a Estados Unidos y Canadá de entrenar a “neonazis” en las filas del Ejército ucraniano, haciendo referencia al Batallón Azov, una organización muy activa en la región del Donbás.

Al ser interrogado sobre la contradicción entre estas fuerzas de extrema derecha al servicio de Ucrania y los orígenes judíos del presidente Zelenski, Lavrov respondió, faltando a la verdad, que Adolf Hitler “también tenía orígenes hebreos”.

Por otra parte, el ministro ruso dijo que el próximo aniversario de la victoria sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial no tendrá relación con las operaciones militares de Moscú en Ucrania.

“Nuestros soldados no basarán sus acciones en una fecha específica”, dijo Lavrov cuando se le preguntó si la conmemoración del 9 de mayo marcaría un punto de inflexión en el conflicto.

“Recordaremos nuestra victoria de manera solemne, pero el momento y la velocidad de lo que sucede en Ucrania dependerán de la necesidad de minimizar los riesgos para los civiles y los soldados rusos”, agregó el alto funcionario del Kremlin.