Dos bastiones conservadores, los distritos de Westminster y Wandsworth, pasaron a manos de los laboristas en las elecciones municipales, según los primeros resultados, que se conocieron el viernes. Eso es una muestra del retroceso que sufrieron los conservadores en esta votación. Las elecciones locales del jueves fueron las primeras desde los escándalos que involucran al primer ministro, Boris Johnson, acusado de participar en fiestas que desconocían el confinamiento impuesto por el gobierno debido a la pandemia de covid-19. También son las primeras en el marco de la inflación y el aumento de los precios de la energía que atraviesa Reino Unido.

Westminster estaba gobernado por los tories desde 1964, y Wandsworth desde 1978. Por eso el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, dijo este viernes que se hizo “historia” en estas elecciones.

Los datos electorales que se conocieron el viernes abarcaban 72 de los 146 distritos ingleses en los que estaban en juego los puestos de concejales. Según esos resultados primarios, el laborismo quedó a cargo de 35 de esos distritos, dos más que los que tenía, y obtuvo allí 1.124 concejales, 37 más que en las últimas elecciones, señaló la agencia Efe. Por su parte, los conservadores perdieron cinco municipios y quedaron con 18, y también cayó su número de concejales a 492, 121 menos que los que tenían. A su vez, los liberaldemócratas pasaron de tres a cuatro municipios y sumaban 246 concejales, 56 más que antes. En números generales, según informó la BBC, los laboristas obtuvieron 35% de los votos, los conservadores 30% y los liberaldemócratas 19%.

Johnson admitió este viernes: “Tuvimos una noche dura en algunas partes de Inglaterra, pero, por otro lado, en otras los conservadores hemos avanzado y logramos mejoras significativas en lugares que no nos habían votado en mucho tiempo o incluso nunca”. Agregó que “son comicios a mitad de legislatura” y consideró que “los resultados son variados”.

El primer ministro, que insiste con dejar atrás las acusaciones que enfrenta y poner el foco en otros asuntos, dijo, según citó The Guardian, que “la gran lección es que este es un mensaje de los votantes acerca de que lo que quieren que hagamos por encima de todo –primero, segundo y tercero– es centrarnos en los grandes temas que les importan, hacer avanzar al país”. Agregó: “En eso estamos enfocados”.

Por su parte, el líder laborista, Keir Starmer, consideró “fantástico” el avance de su partido en estas elecciones y calificó como un “punto de inflexión” las victorias en Westminster, Wandsworth y Barnet, otro bastión conservador de Londres.

“Qué equipos tan brillantes tenemos, todo el trabajo fantástico que hemos realizado. Cuando se trata de Londres, apenas puedes creer que esos nombres salgan de nuestros labios. ¡Wandsworth! Han estado diciendo durante años: ‘Nunca nos quitarás Wandsworth’. ¡Lo acabamos de hacer! ¡Westminster! Es un resultado asombroso”, celebró Starmer. En su opinión, los resultados “envían un mensaje al primer ministro de que Reino Unido merece algo mejor”.

Algo similar afirmó el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey: “Dije que la gente podría usar su voto para enviar un mensaje a Boris Johnson de que él no está brindando el liderazgo en la emergencia del costo de vida, que es realmente el problema que encontré” entre los votantes. Agregó que “la situación real es que la economía está en un verdadero enredo, los conservadores no han logrado proporcionar ese liderazgo y la gente está recurriendo a los liberaldemócratas, en busca de una alternativa”.

Triunfo del Sinn Féin en Irlanda del Norte

Otro cambio que dejó esta votación se encuentra en las elecciones autonómicas de Irlanda del Norte, donde los primeros resultados apuntan a una victoria histórica del partido nacionalista Sinn Féin, antiguo brazo político del ya extinto IRA. Por primera vez en cerca de un siglo, este partido, defensor de la reunificación de Irlanda, consigue la mayoría y desbanca a los unionistas. “Me siento muy positiva, creo que hicimos una campaña muy positiva”, dijo su dirigente Michelle O’Neill, a quien le correspondería en caso de ganar el cargo de ministra principal.

Consultado por periodistas sobre un posible triunfo del Sinn Féin, Johnson dijo que “lo más importante es seguir apoyando el equilibrio forjado dentro del Acuerdo del Viernes Santo [de 1997] para todas las comunidades”.

Ese acuerdo establece un sistema de poder compartido en el que entrarían el Partido Democrático Unionista (DUP), con un ministro principal adjunto, y el Sinn Féin, con O’Neill como primera ministra. Sin embargo, el DUP hizo caer el gobierno compartido en febrero y ha anunciado que no tiene intención de volver a integrarlo si no se resuelven ciertos problemas generados por el acuerdo sobre el brexit para Irlanda. “Hasta que no se resuelva este asunto podrán celebrarse las elecciones que quieran, pero no habrá gobierno hasta que no arreglemos la cuestión del protocolo”, dijo Ian Paisley, parlamentario del DUP, en Westminster.

De este modo existe la posibilidad de que el DUP no presente un candidato al puesto de ministro principal adjunto y paralice así la formación de un gobierno. El Acuerdo de Viernes Santo establece que ninguno de los dos cargos puede existir sin el otro.

Una encuesta de la empresa LucidTalk, citada por el diario español El País, señala que la comunidad protestante, partidaria de la pertenencia a Reino Unido, está dividida sobre cómo se debería actuar en el actual escenario: 45% cree que se debería rechazar el puesto de ministro principal adjunto y 44% considera que se deben respetar las reglas de juego actuales.

También se celebraron el jueves elecciones en Gales, donde los laboristas esperaban ampliar su ventaja, y en Escocia, donde, según las encuestas, se convertirían en la segunda fuerza política, después del Partido Nacionalista Escocés. Sin embargo, el viernes todavía no se conocía si los resultados coincidieron con los sondeos.