Juan Manuel Moreno, líder del Partido Popular (PP) de Andalucía, seguirá siendo el presidente de esta región autónoma española luego del contundente respaldo en las urnas que tuvo el sector derechista en las elecciones locales celebradas este domingo.
Si bien el PP gobierna en la región más austral de España desde 2019, luego de haber hecho una alianza con Ciudadanos que puso fin a casi cuatro décadas de gobiernos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que se quedó sin el poder a pesar de haber sido el sector más votado, esta vez el PP consiguió ser la primera fuerza e incluso llegó en forma solitaria a la mayoría absoluta.
De esta manera, Moreno no tendrá necesidad de recurrir a aliados para conformar su nuevo gobierno. Según los datos oficiales, con más de 96% de los votos escrutados, el PP, que se impuso en todas las provincias andaluzas, consiguió 57 escaños (43,01% de los votos), contra 31 asientos del PSOE, que con apenas 24,22% de los apoyos, quedó relegado al segundo lugar, algo que nunca le había sucedido al partido desde la reinstauración democrática, registrando su peor votación histórica en la región. El crecimiento del PP es notable, ya que en la anterior legislatura contó con 26 representantes y ahora tendrá 31 lugares más en el Parlamento andaluz.
Los ultraderechistas de VOX quedaron en tercer lugar con 14 escaños (13,45%), la coalición local izquierdista Por Andalucía obtuvo cinco (7,68% de los votos) y Adelante Andalucía, sector local también de izquierda, se quedó con dos escaños, tras conseguir 4,58% de los sufragios. Ciudadanos confirmó, como había pasado en otras regiones, su estrepitosa debacle política y se quedó sin representación en la Junta de Andalucía, pasando de tener 21 representantes a ninguno.
Los resultados, que comprobaron las proyecciones de las encuestas, significaron un gran espaldarazo para el PP, que después de la crisis interna de febrero que terminó con el liderazgo de Pablo Casado, es comandado desde abril por el gallego Alberto Núñez Feijóo, y a la vez un durísimo golpe para el PSOE, que votó muy mal en una región que durante casi cuatro décadas fue un bastión del sector que actualmente se encuentra al frente del Ejecutivo nacional.