Autoridades de Rusia y Ucrania intercambiaron en las últimas horas informaciones cruzadas acerca de los bombardeos que afectaron parcialmente a la planta nuclear ubicada en la ciudad de Energodar, en el óblast (provincia) de Zaporiyia, situado en el sureste del territorio ucraniano, región que está casi por completo bajo control de las tropas de Moscú.

Según manifestaron funcionarios ucranianos citados por la cadena Al Jazeera, los bombardeos rusos causaron daños en tres sensores de radiación e hirieron a un trabajador en la central, la más grande de Europa, en el segundo ataque a la instalación que se efectuó durante el fin de semana.

El sábado por la noche, en su habitual discurso a la población, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó el bombardeo como “terror nuclear ruso”. El mandatario dijo que estos ataques justificaban más sanciones internacionales, esta vez contra el sector nuclear de Rusia. Esta situación en torno a la planta nuclear, que está bajo control ruso desde marzo, generó alarma a nivel internacional.

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el diplomático argentino Rafael Grossi, dijo que estaba alarmado por los informes de daños y exigió que se permita con urgencia que un equipo de expertos de la OIEA visite la planta para evaluar y salvaguardar el sitio.

“Estoy extremadamente preocupado por el bombardeo en la planta de energía nuclear más grande de Europa, que subraya el riesgo muy real de un desastre nuclear que podría amenazar la salud pública y el medio ambiente en Ucrania y más allá”, dijo Grossi en un comunicado. “La acción militar que pone en peligro la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia es completamente inaceptable y debe evitarse a toda costa”, agregó el máximo responsable de la agencia nuclear dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Por su parte, los rusos responsabilizaron de los ataques contra el lugar a las fuerzas que responden al gobierno de Kiev. “Las tropas ucranianas bombardearon una vez más la planta de energía nuclear de Zaporiyia, y el área de almacenamiento de combustible nuclear gastado entró en la zona de impacto”, dijo este domingo el servicio de prensa de la administración militar-civil de la ciudad de Energodar, comunicado citado por la agencia oficial rusa TASS.

“Los edificios administrativos y las áreas contiguas a la instalación de almacenamiento también resultaron dañados por los proyectiles”, expresaron las autoridades rusas.

Por otra parte, autoridades militares británicas citadas por el diario inglés The Guardian manifestaron que la guerra entre Rusia y Ucrania está a punto de entrar en una nueva fase. “Los combates más intensos [cambiarán] a una línea de frente de aproximadamente 350 kilómetros que se extiende hacia el suroeste desde cerca de Zaporiyia hasta Jersón, en paralelo al río Dnieper”, se expresó desde el Ministerio de Defensa del Reino Unido.