Este domingo en Brasilia, partidarios del expresidente Jair Bolsonaro ingresaron a la sede del Ejecutivo de Brasil, al Congreso y al Supremo Tribunal Federal y destrozaron las instalaciones, reclamando un golpe de Estado.

Frente a los hechos, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay se pronunció al respecto en las redes sociales, condenando “los episodios de violencia contra las instituciones en Brasil”, y llamó a “respetar el Estado de derecho, la democracia y a su gobierno”. El presidente Luis Lacalle Pou se refirió a ese comunicado y amplió: “Lamentamos y condenamos las acciones llevadas a cabo en Brasil, que atentan contra la democracia y las instituciones”.

La vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, manifestó en sus redes sociales: “Ante los episodios de violencia contra las instituciones en la República de Brasil condenamos enérgicamente lo sucedido y solicitamos el respeto absoluto al Estado de Derecho, a su gobierno y a la Democracia Plena”.

En tanto, el ministro de Defensa Nacional, Javier García, sostuvo que “el único camino es la democracia y la libertad. Repudio al autoritarismo venga de donde venga”. En la misma línea, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, se alineó expresando “total condena a las acciones de quienes pretenden desconocer el voto popular en Brasil. Toda nuestra solidaridad y apoyo al legítimo gobierno electo y a su Presidente Lula Da Silva. Viva la democracia y el Estado de Derecho”.

Por su parte, el Frente Amplio (FA) publicó un comunicado en el que aseguró que “los discursos de odio que impulsan” estas acciones “son un gravísimo ataque a la institucionalidad democrática”. “Nuestra fuerza política repudia esta asonada golpista y reafirma su solidaridad con la institucionalidad democrática en Brasil”, afirmaron. Compararon el episodio al vivido en Estados Unidos en enero de 2021, luego de que Joe Biden fuera electo presidente y su asunción estuviera próxima.

Apoyaron las medidas tomadas por Lula y se solidarizaron también con el Partido de los Trabajadores y exhortaron al gobierno uruguayo a “mantenerse atento a esta situación y actuar en consecuencia a lo que son las líneas rectoras de la política exterior” del país. “Una vez más, los valores democráticos y la esperanza vencerán al autoritarismo y al terror”, concluyeron.

Desde el Partido Nacional, declararon en un comunicado su “condena a los hechos de violencia y el ataque contra las instituciones en Brasil” y exhortaron a “respetar el Estado de derecho, democracia y el gobierno democráticamente electo”.

En tanto, Julio María Sanguinetti, expresidente de la República y actual secretario general del Partido Colorado, expresó su repudio al “ataque a la institucionalidad de Brasil. El golpismo no tiene lugar”. Además añadió que confía en que “el orden legal sea rápidamente restablecido”.

El líder de Cabildo Abierto, el senador Guido Manini Ríos, compartió en Twitter la publicación de la Cancillería uruguaya y ratificó su “confianza en las instituciones democráticas de Brasil” ante lo que calificó como “lamentables incidentes”.

El PIT-CNT también hizo público un comunicado en el que expresa “su repudio ante esta situación donde una minoría violenta no acepta el resultado de las elecciones y se propone violentar el estado de derecho”. “El fascismo no pasará”, concluyeron.

Condena regional y global

Los presidentes de América Latina y mandatarios a nivel mundial también manifestaron su repudio ante la situación.

Los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Colombia, Gustavo Petro, se solidarizaron con Lula en sus redes sociales. Boric manifestó su “respaldo” frente a lo que calificó de “cobarde y vil ataque a la democracia”, mientras que Petro expresó su “solidaridad” con el presidente Lula y con el pueblo de Brasil frente al “fascismo”. Asimismo, instó a convocar una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar este tema.

Por la misma línea, Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, condenó las “acciones de irrespeto y vandalismo perpetradas a las instituciones democráticas en Brasilia, pues atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana”. Junto a este mensaje, expresó su respaldo y el de su gobierno al mandato de Lula, al que calificó de “legalmente constituido”.

Alberto Fernández, presidente de Argentina, llamó a los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y del Mercado Común del Sur (Mercosur) a unirse ante “esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil”. Advirtió que, además de defender la democracia, se debe trabajar para “no permitir nunca más el regreso de los fantasmas golpistas que la derecha promueve”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, condenó lo ocurrido: “Reprobable y antidemocrático el intento golpista de los conservadores de Brasil azuzados por la cúpula del poder oligárquico, sus voceros y fanáticos. Lula no está solo, cuenta con el apoyo de las fuerzas progresistas de su país, de México, del continente americano y del mundo”.

Desde Cuba, el canciller Bruno Rodríguez rechazó “enérgicamente los alarmantes sucesos y actos violentos en Brasil”, expresó “su solidaridad al gobierno democráticamente electo de esa hermana nación, liderado por Lula”, y llamó a “que se respete la voluntad del pueblo brasileño”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó en sus redes sociales que condena “el asalto a la democracia y a la transición pacífica del poder en Brasil”. Según dijo el mandatario, “las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y la voluntad del pueblo brasileño no debe ser socavada. Espero seguir trabajando con Lula”.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, condenó los acontecimientos y aseguró que se trata de “un atentado directo a la democracia” y “de naturaleza fascista”.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también se expresó mediante su secretario general, António Guterres: “Condeno el asalto de hoy a las instituciones democráticas de Brasil. La voluntad del pueblo brasileño y de las instituciones del país debe ser respetada. Confío en que así será. Brasil es un gran país democrático”.