Ciertas ausencias y algunos de los nombres confirmados para la ceremonia de toma de mando de Javier Milei son un reflejo del discurso que ha exhibido el próximo presidente argentino desde la campaña electoral. Un ejemplo es la decisión del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de no asistir al acto de investidura, pese a que hubo esfuerzos diplomáticos del gobierno electo para que cambiara de idea. La futura canciller argentina, Diana Mondino, viajó a Brasilia para entregarle personalmente al ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira, una carta de invitación de Milei para Lula, y en esa reunión también estuvo presente el embajador argentino, Daniel Scioli, que fue ratificado en el cargo para el próximo período.
Pero semanas atrás, el asesor de Lula en asuntos internacionales Celso Amorim dijo que, conociendo al presidente, veía “difícil” que asistiera a la toma de mando porque “se sintió personalmente ofendido” por Milei, que lo llamó “ladrón” y “comunista furioso”.
Cuando se conoció el resultado de la segunda vuelta en Argentina, Lula le deseó públicamente mucha suerte al futuro gobierno –sin mencionar a Milei– y dijo que Brasil “siempre estará dispuesto a trabajar” con sus “hermanos argentinos”. Pero tal como preveía Amorim, Lula no viajará este fin de semana a Buenos Aires. En representación del Estado brasileño, estará presente el canciller.
Aunque el equipo de Milei intentó acercarse a Lula, también invitó al expresidente Jair Bolsonaro, que asistirá al acto de este domingo acompañado por una comitiva integrada por varios representantes de la extrema derecha de Brasil. En declaraciones a Radio Mitre, después de reunirse el viernes en Buenos Aires con el presidente electo, Bolsonaro afirmó: “El triunfo de Milei significa mucho en el mundo, sobre todo en un contexto que está muy dividido entre la izquierda y la derecha. Nosotros no somos opositores, somos enemigos”.
Otra delegación de la ultraderecha brasileña, encabezada por el diputado Eduardo Bolsonaro, había acompañado a Milei en su búnker cuando se celebró la primera vuelta electoral argentina. Esta vez, también estará representada en Buenos Aires la extrema derecha española con la asistencia a la ceremonia del líder de Vox, Santiago Abascal.
Petro tampoco
Al igual que Lula, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, optó por dejar la representación de su país en manos del canciller, Álvaro Leyva. Durante la campaña había advertido que con estas elecciones en Argentina se decidía “no sólo el futuro de su pueblo sino la esperanza de América”, y había dicho que Milei “nos regresa a Pinochet y Videla”. Al conocer el resultado de la segunda vuelta, Petro lamentó en la red social X: “Ha ganado la extrema derecha en Argentina”.
Otro presidente de izquierda de la región, Gabriel Boric, sí asistirá en representación de Chile. Entiende que debe hacerlo porque la relación con Argentina es una “política de Estado”, según dijo la vocera del gobierno, Camila Vallejo.
También confirmaron su asistencia los presidentes de Paraguay, Santiago Peña, de Ecuador, Daniel Noboa, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou. Lo mismo hicieron el rey de España, Felipe VI, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el de Armenia, Vahagn Jachaturián, y el primer ministro de Hungría, el ultraderechista Viktor Orbán.
Donald Trump, otro representante de la extrema derecha que festejó públicamente el triunfo de Milei y que fue invitado a estar presente en la ceremonia de asunción, no tiene previsto viajar. Tampoco lo hará el actual presidente estadounidense, Joe Biden, que se disculpó porque estará de viaje ese día, según dijo Mondino. Representará a Estados Unidos la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
China, otro país con el que Milei dijo en campaña que no estaba dispuesto a negociar porque era “comunista”, como Brasil, también estará representado este domingo en la ceremonia, en este caso por Wu Weihua, vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China y enviado especial del presidente de China, Xi Jinping.
De acuerdo con el diario Clarín, la futura canciller evitó invitar a los presidentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua e Irán.
A la espera de la multitud
El acto de traspaso de mando comenzará a las 11.00, en la sede del Congreso. Ante la Asamblea Legislativa, tomarán posesión de sus cargos la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, y Milei, que recibirá la banda presidencial y el bastón de mando de manos del mandatario saliente, Alberto Fernández.
Si bien es usual que el presidente que asume dé un discurso ante los diputados y senadores, la prensa argentina informó que Milei optó por decir unas pocas palabras en ese ámbito. En su lugar, prevé dar un discurso más extenso ante sus seguidores en las escalinatas de la sede del Congreso.
La decisión estuvo inspirada en las ceremonias de asunción de los presidentes estadounidenses, con discursos frente al público en las afueras del Capitolio. Según Hernán Lombardi, un diputado macrista que trabaja en la organización de la transmisión de mando, esa decisión implica “una ratificación de la división de poderes y la importancia del sentido republicano”.
El nuevo gobierno espera convocar a una multitud, y Milei pidió en sus redes sociales a la gente que lleve banderas argentinas.
Desde el Congreso, Milei viajará a la Casa Rosada por la Avenida de Mayo en auto, y quizás un tramo a pie, si lo permiten los encargados de su seguridad. Una vez que llegue a la sede de la presidencia, recibirá a los representantes de otros países. Más tarde participará en una ceremonia religiosa con líderes de varios credos, en la Catedral, y de noche estará presente en una gala en el teatro Colón.
En el equipo encargado de la ceremonia de traspaso de mando se encuentran el consultor Fernando Cerimedo, especializado en campañas digitales, y el excanciller del gobierno de Mauricio Macri Jorge Faurie, que fue uno de los principales responsables de organizarla.