En una entrevista con el canal Rossiya 1, el presidente ruso Vladimir Putin acusó el domingo a las potencias occidentales de intentar “desmembrar” a su país y convertirlo en un montón de pequeños estados débiles, sin la capacidad de confrontarlas.

El líder del Kremlin de 70 años afirmó que Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pretendían “infligirnos una derrota estratégica”. El objetivo, dijo Putin en la entrevista replicada por medios locales y agencias internacionales, era “hacer sufrir a nuestro pueblo”, y agregó: “¿Cómo podemos ignorar sus capacidades nucleares en estas condiciones?”.

El presidente de Rusia dijo que la idea de generar un mundo unipolar liderado por Estados Unidos está en proceso desde la caída de la Unión Soviética. “Intentaron remodelar el mundo exclusivamente en sus términos. No tuvimos más remedio que reaccionar”, dijo Putin, quien agregó que Occidente fue cómplice de los “crímenes” de Ucrania a partir de 2014.

Si Washington se sale con la suya, Rusia se dividiría en Moscú, los Urales y otras regiones dispares, dijo el presidente ruso en la entrevista, alegando que había “pruebas escritas” que sustentan su afirmación.

Los comentarios de Putin, realizados pocos días después de que se cumpliera el comienzo de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, son parte, según analistas, de un intento de impulsar el apoyo popular a la guerra dentro del país, replanteándola como una lucha necesaria y defensiva para la supervivencia nacional de Rusia.

Estas declaraciones de Putin se realizan en un momento en que las tropas rusas lograron avances en el este de Ucrania, pero no uno definitivo. Actualmente, los máximos esfuerzos militares de Moscú están puestos en lograr controlar la totalidad de la región del Donbás, compuesta por los óblasts (provincias) de Donetsk y Lugansk, donde todavía hay una enorme resistencia de parte de las fuerzas ucranianas.

Los grupos tácticos rusos rodearon parcialmente la ciudad de Bajmut, en Donetsk, donde desde hace meses los combates son muy intensos. La captura de esta ciudad es considerada clave, porque la localidad es un nudo de comunicaciones en la zona, por lo que su control puede definir la guerra en esa parte del territorio ucraniano, pero que Rusia considera como propio.

Por su parte el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se mostró convencido este domingo, en el marco del Día de la Resistencia a la Ocupación Rusa de Crimea, de que la paz podrá volver de forma inmediata con la devolución a los ucranianos de esta península, anexionada por Rusia en 2014.

“Hace nueve años comenzó la agresión rusa en Crimea. Si devolvemos Crimea, restableceremos la paz. Es nuestra tierra. Nuestro pueblo. Nuestra historia. Devolveremos la bandera ucraniana a todos los rincones de Ucrania”, escribió Zelenski en un mensaje en Telegram. Pero en los hechos las palabras del mandatario no tienen posibilidad alguna de alcanzarse. Rusia controla Crimea y considera el territorio como propio y además ni siquiera hay combates cerca de esta península de vital importancia estratégica.

También el domingo habló otro alto dirigente del gobierno de Kiev, el primer ministro Denis Shmigal, quien en declaraciones al semanario alemán Focus consignadas por la agencia turca Anadolu dijo que “la reconciliación entre Rusia y Ucrania no es posible en los próximos 100 años”.

“¿Reconciliación, cooperación? No son posibles al menos en los próximos 100 años”, dijo el jerarca, quien afirmó que para que eso ocurra “Rusia primero debe cambiar, ser democratizada, desmilitarizada y desnuclearizada”. Shmigal dijo que detener el conflicto no puede verse como una opción para evitar muertes y reafirmó que su país no está dispuesto a ceder ningún territorio para alcanzar un acuerdo de paz. “Ucrania no ve ningún compromiso con respecto a su integridad territorial”, expresó.

Mientras los jerarcas de los países ni siquiera mencionan una posible negociación, el presidente francés Emmanuel Macron informó durante el fin de semana que a comienzos de abril viajará a Pekín, donde se entrevistará con su homólogo Xi Jinping para abordar una posible salida negociada al conflicto en Ucrania. Macron es uno de los pocos líderes mundiales que mantienen una línea directa con el presidente Putin y que siempre apostó por una salida diplomática para la resolución del conflicto. Según manifestó el mandatario francés su intención es que China “presione a Rusia” para poder así “terminar la agresión” del Kremlin.

El viernes el gobierno chino presentó un plan de 12 puntos para terminar con la guerra, aunque la propuesta fue recibida con escepticismo por la mayor parte de los gobiernos occidentales. De todas maneras, el presidente francés valoró la actitud de Pekín y dijo que “el hecho de que China esté haciendo esfuerzos para alcanzar la paz es bastante bueno”.