Como sucede desde hace semanas, la ciudad de Bajmut, situada en el óblast (provincia) de Donetsk, en la región del Donbás, en el sureste de Ucrania, sigue centrando los más duros combates de la guerra que ya hace más de un año están librando Rusia y Ucrania.

Si bien las fuerzas de Moscú en los últimos días, haciendo valer su amplia superioridad en el espacio aéreo, están lanzando ataques sobre muchas ciudades ucranianas, el foco de los esfuerzos rusos está puesto en conquistar esa localidad, un nudo importante en las comunicaciones en la zona. Esto le permitiría empezar a torcer el brazo de los defensores en la batalla por el dominio del Donbás, zona conformada por las provincias de Lugansk y Donetsk, donde desde 2014 hay repúblicas de facto en estos territorios que Moscú considera como propios.

La inminente caída de Bajmut fue reconocida la semana pasada por el propio secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el noruego Jens Stoltenberg, pero pese a ello, el gobierno de Kiev sigue apostando a mandar tropas al lugar con la doble intención de tener la atención rusa puesta ahí y no en otros lugares, mientras prepara un contraataque.

El ministro del Interior ucraniano, Ihor Klimenko, anunció en este último sentido que su gobierno logró reunir 28.000 soldados voluntarios para empezar la contraofensiva, informó El País de Madrid.

En la confrontación de Bajmut está teniendo un papel importante el Grupo Wagner, una organización militar privada rusa, cuyo fundador y cara más visible es Yevgeny Prigozhin, un empresario muy ligado al presidente Vladimir Putin.

Este domingo, desde Artyomovsk –nombre con el que se denomina a Bajmut en Rusia– en un mensaje publicado en su cuenta de Telegram consignado por el portal oficial ruso TASS, Prigozhin dijo que la situación sobre el terreno se presenta “muy difícil”.

“Cuanto más nos acercamos al centro de la ciudad, más feroz es la lucha, más artillería y tanques se utilizan contra nosotros. Los ucranianos siguen suministrando reservas interminables. Pero estamos avanzando y seguiremos avanzando y no cubriremos con vergüenza la gloria de las armas rusas”, explicó.

Dentro del particular hermetismo que suele provenir desde Rusia en tiempos de guerra, más allá de los informes oficiales, Prigozhin apareció varias veces en las últimas semanas, exigiendo al Ejército ruso que le entregue municiones para seguir combatiendo en Bajmut. El tema de las armas obviamente también es clave para los ucranianos, quienes vienen reclamando y recibiendo permanentemente suministros bélicos de países europeos y en gran medida de Estados Unidos. Esto, según informaron agencias internacionales, puso en una situación muy difícil a los gobernantes de varias naciones europeas, que si bien siguen defendiendo con firmeza el apoyo irrestricto a Ucrania con algunas medidas, como es el caso de la entrega de armamentos, pueden ver afectados sus propios arsenales, por no tener la capacidad de producir a la velocidad de la demanda de Kiev.

La superioridad de tropas rusas también es un tema que está arriba de la mesa y al respecto se refirió el domingo el ministro de Relaciones de Italia, Antonio Tajani. El funcionario afirmó que los aliados occidentales de Kiev nunca discutieron el envío de un contingente militar al frente de batalla.

Según explicó Tajani en una entrevista con una radio italiana consignada por el portal Sputnik, el viernes hubo una reunión de ministros de Exteriores con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y la cuestión no fue abordada. “Nunca se habló de enviar tropas a Ucrania”, afirmó Tajani, un político de extensa trayectoria, fundador de Forza Italia y durante años portavoz del líder del sector, el exprimer ministro Silvio Berlusconi.