El nuevo proceso constitucional que comenzó Chile a fines del año pasado llega este domingo a la instancia de elegir a los 50 consejeros, 25 hombres y 25 mujeres, encargados de redactar una nueva constitución. Unos 350 candidatos se postulan en esta elección, en la que el voto será obligatorio. Esta etapa del debate sobre la Constitución chilena tiene diferencias sustantivas con la anterior, cargada de expectativas y con escaso protagonismo de los partidos políticos, sobre todo los más tradicionales y conservadores.

A diferencia de lo que ocurrió con la anterior Convención Constitucional chilena, electa en 2021, el Consejo Constitucional que surja de la votación del domingo no partirá de cero al pensar una nueva constitución. Deberá tomar como base el texto que elabore una comisión experta de 24 integrantes que fue nombrada por los partidos políticos y ratificada por el Parlamento, la cual trabaja desde marzo en este proyecto.

También deberá cumplir con 12 principios acordados en el Parlamento, entre los que se encuentran la declaración de Chile como un “Estado social y democrático de derechos”, el reconocimiento de los pueblos indígenas dentro de la “nación chilena” y el mantenimiento del sistema bicameral. De este modo, el sistema político se aseguró de que el nuevo proyecto no incluya cambios fundacionales, como el reconocimiento de varias naciones o modificaciones a las cámaras del Parlamento, como sí lo hacía la propuesta anterior, que fue rechazada en un plebiscito en setiembre. Un comité de 14 árbitros se asegurará de que esos 12 principios se contemplen.

Para los críticos de este proceso, está demasiado “tutelado” y los consejeros electos el domingo van a tener muy poco margen de acción. En todo caso, su trabajo será más acotado y también contarán con menos tiempo para la elaboración del nuevo texto. Los 155 integrantes de la Convención Constitucional trabajaron durante un año, mientras que los 50 miembros del Consejo Constitucional electo este domingo tendrán cinco meses, del 7 de junio al 7 de noviembre, para presentar el texto que será sometido a votación en un plebiscito el 17 de diciembre.

Desinterés y desgaste

El proceso también recibe menos interés de los votantes, lo que llevó al gobierno a lanzar una campaña para promover el voto. “Votar es importante porque eres importante”, fue el título que se le dio al spot con el que se intenta impulsar la participación. “Es importante porque puedes elegir, participar y decidir”, argumenta.

Si bien la mayoría de los chilenos quiere cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, un alto porcentaje desconfía del actual proceso constituyente. Una encuesta de Pulso Ciudadano concluyó que 61,3% tiene poca o ninguna confianza en este proceso, aunque 76,4% dice que está decidido a emitir el voto el domingo.

En esta encuesta, 49,1% de los chilenos se declaró de acuerdo con cambiar la Constitución actual; 26,9% dijo no estar “ni de acuerdo ni en desacuerdo” en hacerlo, y 24% dijo estar en desacuerdo.

Otra encuesta, de la firma Criteria, mostró que sólo 31% de los chilenos se declaran interesados en el proceso de redacción de la nueva Constitución, mientras que en el proceso anterior ese porcentaje llegaba a 60% antes de la elección de convencionales.

Un tercer estudio, de la consultora UDP-Feedback, concluyó que 66% de los chilenos no conoce a ninguno de los candidatos de su región al Consejo Constitucional y que 83% está poco o nada informado sobre el actual proceso constituyente.

A esto se agrega el desgaste que implica el alto número de votaciones recientes. Con el del domingo, recordó el medio digital The Clinic, Chile habrá completado un ciclo de nueve procesos electorales desde el plebiscito del 25 de octubre de 2020, en el que se le preguntó a la ciudadanía si quería una nueva constitución.

Rodrigo Espinoza, analista de la Universidad Diego Portales y doctor en Ciencia Política, dijo al diario digital El Mostrador que existe en la población “un agotamiento electoral considerable”, y “un menor interés debido a la desilusión de mucha gente que confió en el proceso anterior”.

Los partidos en juego

Si en 2021 la elección de convencionales estuvo marcada por las candidaturas independientes, en la elección de este domingo los partidos aparecen con mucho más protagonismo y responden a ellos las cinco listas que compiten por los lugares en el Consejo Constitucional. Una de esas listas, Unidad para Chile, está conformada por tres partidos que integran el gobierno: el Frente Amplio, el Partido Comunista y el Partido Socialista. Por otra parte aparece la lista de centroizquierda Todo por Chile, de la que forman parte el Partido por la Democracia (que también integra el gobierno de Gabriel Boric), el Partido Radical y la Democracia Cristiana. Esta es la primera vez que el Partido Socialista se presenta junto al Frente Amplio y no junto a la centroizquierda de la Concertación o la Nueva Mayoría, y los resultados pueden marcar futuros alineamientos similares en otras elecciones.

La derecha, a su vez, está dividida en tres listas que compiten entre sí por el liderazgo de esta ala política. Una es la de la extrema derecha del Partido Republicano, liderado por José Antonio Kast, el candidato que compitió en segunda vuelta con Boric y que se inclina por mantener la actual Constitución. Otra lista es la de Chile Seguro, integrada por el partido de Sebastián Piñera, Renovación Nacional, por la Unión Demócrata Independiente y por Evópoli, y en tercer lugar aparece la lista del excandidato presidencial Franco Parisi, del Partido de la Gente, que se presenta como ajeno al sistema político.

Los analistas coinciden en que el resultado de la votación del domingo es muy difícil de prever, pero varios de ellos señalan que habrá una ventaja para la derecha y en particular un crecimiento de la ultraderecha.

Según informó el diario El Mostrador, el gobierno prevé que los resultados del domingo no lo favorecerán, incluso hablan de encuestas que concluyen que la izquierda y la centroizquierda obtendrán en total sólo 18 de los 50 escaños que están en disputa. Cualquier resultado menor de 21 escaños podría dejarlas fuera de la discusión en el consejo, porque implicaría que la derecha obtuvo 30 votos, los tres quintos del total que se exigen para aprobar las nuevas normas.

Cristián Valdivieso, director de Criteria Research, dijo al medio digital The Clinic que actualmente “hay un contexto social y político que cambió radicalmente” desde 2021. “Antes se veía como urgente disminuir las brechas de desigualdad, lo que se asociaba con un cambio constitucional”, pero “hoy día lo más urgente tiene que ver con la seguridad y eso no se asocia a la Constitución”, agregó.

A su vez, Espinoza dijo a El Mostrador que la elección será una suerte de “juicio de la evaluación del gobierno”, y que en este escenario la derecha tiene a su favor que “está orientada a resolver problemas coyunturales, vinculados a la seguridad y también al tema de la migración”, otro asunto que preocupa a los chilenos.

Por su parte, legisladores oficialistas toman distancia de este proceso y el gobierno ha evitado referirse a esta elección en los últimos días, señaló ese periódico. Por ejemplo, no está previsto que una derrota este domingo conduzca a un cambio de gabinete, como ocurrió en setiembre, cuando el anterior proyecto de Constitución fue rechazado por 62% de los votantes.

El diputado socialista Nelson Venegas dijo que si los partidos oficialistas son derrotados el domingo “no hay que dramatizarlo tanto, puesto que esto tiene que ver con un proceso constituyente, básicamente, que va a tener una línea separada a su propio camino y que se va a ir construyendo durante este año”. Agregó que “el gobierno tiene que dedicarse a gobernar”, trabajar en materia de seguridad y “sacar sus propios proyectos adelante”.