La batalla por la toma de la localidad de Bajmut, ubicada en el óblast (provincia) de Donetsk, la más larga desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, parece haber llegado a su fin luego de que este domingo desde el Ministerio de Defensa de Rusia se informara la toma de la ciudad, donde hubo combates desde agosto del año pasado.

“En el frente de Artiómovsk (nombre ruso de Bajmut), a consecuencia de las acciones ofensivas de los grupos de asalto Wagner con apoyo de la artillería y la aviación de la agrupación Sur del Ejército ruso, concluyó la liberación de Artiómovsk”, comunicó el ministerio en una nota publicada en su cuenta de Telegram, consignada por eldiario.es. Desde el Kremlin se informó además que el presidente ruso, Vladimir Putin, iba a condecorar a todos los combatientes que se destacaron en la toma de esta ciudad, un importante nudo de comunicaciones dentro de la región del Donbás, que es conformada por las provincias de Donetsk y Lugansk.

Sin embargo, el domingo desde la ciudad japonesa de Hiroshima, donde participó en la cumbre del G7, foro que reúne siete de las economías más grandes del mundo -Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia y Japón más la Unión Europea-, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, desmintió la información proveniente de Moscú.

“Bajmut no está ocupado por la Federación Rusa a partir de hoy”, dijo el presidente ucraniano en una conferencia de prensa consignada por el diario británico The Guardian. Pero poco después, en la misma conferencia, Zelenski reconoció que la ciudad está totalmente destruida. “Tienen que entender que no hay nada. Destruyeron todo. Por eso hoy Bajmut está sólo en nuestros corazones. No hay nada en este lugar, únicamente ruinas y muchos rusos muertos”, expresó Zelenski, quien con esta declaración algo ambigua parece haberle dado la razón a la versión rusa.

Pero más allá de esta situación, la cumbre del G7, que estuvo centrada en el conflicto en Ucrania, fue aprovechada por Zelenski para reiterar sus pedidos de ayuda a las mayores potencias de Occidente y también a Japón. En este sentido el mayor logro obtenido por el mandatario ucraniano es el de obtener de parte de Estados Unidos la casi certeza de que en las próximas semanas se le entregarán a Kiev aviones de combate F-16, aunque bajo ciertas condiciones.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el domingo, luego de reunirse con Zelenski, que este le garantizó que no empleará los F-16, un caza de fabricación estadounidense contra objetivos dentro del territorio de Rusia. “Tengo la garantía plena de Zelenski de que no los usarán contra Rusia en su territorio geográfico. Otra cosa es si las tropas rusas están en territorio ucraniano”, manifestó Biden desde Hiroshima, informó El País de Madrid.

Durante la cumbre, el mandatario estadounidense dijo a sus socios del G-7 que Estados Unidos colaborará en el entrenamiento de pilotos ucranianos en el manejo de estos aviones. La entrega de los F-16 constituiría un paso muy arriesgado por parte de Estados Unidos y sus aliados, porque es altamente probable que con estos aparatos en poder de Kiev la guerra se intensificará.

En este sentido, el sábado, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Aleksandr Grushko, al comentar sobre las intenciones de suministrar a Kiev estos aviones, dijo que los países occidentales continúan en el camino de la escalada en el conflicto.

Este domingo, desde Moscú, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que las actividades del G-7 son un factor clave para la escalada de los problemas globales, ya que no pueden reflejar los intereses de otros centros de desarrollo, dijo la cartera en un comunicado consignado por la agencia TASS.