“Todo va a cambiar. La gente respirará democracia. Nadie será juzgado, detenido o tendrá a la Policía en su puerta por criticar al poder”, promete Kemal Kiliçdaroglu, el candidato opositor que enfrenta el domingo en elecciones al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que busca un nuevo mandato. Erdogan gobernó Turquía de 2003 a 2014 como primer ministro, y desde entonces lo hace como presidente.

Aunque el gobernante mantiene el apoyo de un sector de la población turca, Kiliçdaroglu se declara convencido de que puede derrotarlo. Varias encuestas le dan la razón. De acuerdo con la agencia Efe, de 12 sondeos publicados desde abril, 11 muestran una ventaja para el candidato opositor. Sin embargo, sólo cinco concluyen que podría alcanzar este domingo la mayoría absoluta, lo que le evitaría tener que competir en segunda vuelta con Erdogan el domingo 28.

Detrás de Kiliçdaroglu se unen seis partidos. El principal es el suyo, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), que cuenta con 134 diputados en una cámara de 600 bancas. Los otros son formaciones nacionalistas, liberales o islamistas que tienen en común su posición contraria al actual gobierno. También la izquierda kurda del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) apoya a Kiliçdaroglu. Aunque no está dentro de su coalición, le manifestó su respaldo y decidió no llevar candidato propio.

A Erdogan, del conservador e islamista Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP), y Kiliçdaroglu se agregaban otros dos postulantes, Muharrem Ince y Sinan Ogan, sin posibilidades de pasar a segunda vuelta. Pero Ince, que en 2018 fue candidato socialdemócrata y podía restarle votos al favorito de la oposición, se retiró de la competencia el jueves, luego de que supuestamente fuera víctima de chantaje con un video sexual.

Dos oponentes

Erdogan, que califica a los integrantes de la oposición de “infieles” y vincula a Kiliçdaroglu con el Partido del Pueblo del Kurdistán, considerado una organización terrorista por Turquía, trató a su principal rival de borracho en un discurso televisado. “Señor Kemal, beba en barriles, si quiere. Mi pueblo no dejará que el borracho tome la plaza y se vaya”, dijo. “No dejaremos que Kiliçdaroglu, que viaja con organizaciones terroristas, tenga este país dividido”, manifestó.

El presidente comparó el viernes las elecciones del domingo con el fallido golpe de Estado militar que enfrentó en 2016. “Si es necesario, al igual que en la noche del 15 de julio [de 2016], defenderemos nuestra independencia y nuestro futuro, incluso con nuestras vidas”, dijo.

A su vez, Kiliçdaroglu dijo a la agencia de noticias Efe que si gana las elecciones es posible que exista una reacción desde el oficialismo. “Algunos grupos armados respaldados por el gobierno pueden salir a causar disturbios. Los ciudadanos deben evitarlo. Pero todos nuestros ciudadanos, con determinación y valor, deben proteger las urnas”, dijo. El dirigente manifestó que está decidido a “terminar con el autoritarismo” y agregó: “No vamos a dejar la República Turca en manos de un solo hombre”.

Una de las principales promesas de la coalición opositora es cambiar el sistema presidencialista que estableció Erdogan en 2017 y que da un gran poder al jefe de Estado. En su lugar, la oposición propone volver al modelo parlamentarista, con un primer ministro a cargo del Ejecutivo.

Otra política exterior

“Crearemos una Turquía con mejores normas democráticas, donde se eliminen todos los obstáculos a la libertad de pensamiento, con fuertes vínculos con el mundo occidental y con los valores de la Unión Europea”, dijo Kiliçdaroglu. Prometió también que si gana las elecciones la política exterior dará “un giro de 180 grados”.

“Erdogan ha aislado a Turquía del mundo democrático y esto le costó una pérdida económica y de prestigio”, declaró el dirigente opositor a la Deutsche Welle, y dijo que en un eventual gobierno suyo su país “volverá a los valores democráticos universales y al derecho internacional”. Turquía aplicará “todas las reglas democráticas que establece la Unión Europea”, agregó.

Manifestó también que tiene previsto cultivar las relaciones con Rusia, que es un fuerte aliado de su país y en particular lo ha sido en la era Erdogan. “Por supuesto que queremos mantener buenas relaciones con Rusia”, dijo. “Pero no consideramos correcta la invasión rusa de Ucrania y no la aceptamos”, aclaró.

Por otra parte, en un mensaje dirigido a sus “queridos amigos rusos”, Kiliçdaroglu les pidió que se abstengan “de interferir en el Estado turco” y manifestó la sospecha de que “ciertos montajes, conspiraciones, contenido deep fake y cintas que han sido recientemente revelados en Turquía, tienen su origen en Rusia”.