En una entrevista difundida este domingo por la televisión pública rusa, el presidente Vladimir Putin dijo que el ejército de su país cuenta con una “reserva suficiente” de bombas de racimo y agregó que él y los mandos militares podrían considerar su utilización si es que sus fuerzas son atacadas con tales municiones por los ucranianos.
“Quiero señalar que en la Federación Rusa hay suficientes reservas de diferentes tipos de bombas de racimo. Todavía no las hemos usado. Pero, por supuesto, si se usan contra nosotros, nos reservamos el derecho de tomar medidas recíprocas”, indicó.
Putin dijo que consideraba el uso de bombas de racimo como un crimen y que hasta ahora Rusia no había necesitado usarlas a pesar de haber sufrido sus propios problemas de municiones en el pasado.
Según informó la agencia Reuters, el jueves de la semana pasada autoridades del gobierno de Ucrania que preside Volodímir Zelenski informaron que habían recibido las bombas de racimo que Estados Unidos les proporcionó y remarcaron que este tipo de proyectiles eran necesarios para compensar la escasez de municiones que tienen las fuerzas de Kiev en el momento en que están intentando llevar adelante una contraofensiva, principalmente en la región del Donbás, que es donde los rusos lograron mayores avances desde el comienzo de la guerra, en febrero del año pasado. La decisión del gobierno de Joe Biden de suministrar este tipo de armamento a Kiev generó numerosas críticas, tanto en el exterior como dentro de Estados Unidos.
Las bombas de racimo están prohibidas por convenciones firmadas por más de de 100 países por su alto potencial dañino para la población civil. Este tipo de explosivos suele ser lanzado desde aviones dentro de bombas más grandes que liberan una gran cantidad de bombas más pequeñas que pueden matar de manera indiscriminada en un área muy amplia. Es sumamente frecuente que las bombas de racimo no exploten inicialmente, por lo que representan un enorme peligro, porque pueden permanecer activas durante décadas, y los niños son sus principales víctimas, porque estos explosivos suelen ser pequeños y tener forma similar a una pelota de tenis o una lata.
Fuentes militares ucranianas manifestaron públicamente que emplearán este tipo de bombas para desalojar concentraciones de soldados enemigos cuando intenten recuperar su propio territorio, pero remarcaron que no las emplearán en ningún caso sobre territorio ruso.
Pero la organización Human Rights Watch manifestó que durante el desarrollo del actual conflicto, tanto Moscú como Kiev ya usaron municiones de racimo. Ambos países, al igual que Estados Unidos, no firmaron la Convención sobre Municiones en Racimo, que prohíbe la producción, así como el almacenamiento, el uso y la transferencia de este tipo de armas.
Paralelamente, durante la entrevista, Putin dijo que la contraofensiva que emprendió hace algunas semanas el ejército ucraniano no ha tenido ningún éxito.
“Todos los intentos del enemigo de romper nuestra defensa, que es una tarea que incluye el uso de reservas estratégicas, no han tenido éxito desde que comenzó la ofensiva. El enemigo no tuvo ningún éxito” afirmó el mandatario ruso. En otra parte de la entrevista Putin se negó a hablar públicamente sobre futuras acciones del ejército ruso, aunque le dijo al periodista que lo estaba entrevistando: “Te podré hablar del tema cuando las cámaras estén apagadas”.