Bajo el lema Frente Amplio por México, los partidos que han gobernado ese país antes de la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador acordaron una candidatura única para enfrentar al oficialismo en las elecciones de 2024. La senadora Xóchitl Gálvez, del Partido Acción Nacional (PAN), será la postulante a la presidencia, después de consolidarse en la interna de la alianza.

Para que su candidatura fuera posible, el antes poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) debió retirar a su propia postulante, Beatriz Paredes. Esta dirigente reconoció que las encuestas colocaban a Gálvez como favorita y llamó a que primaran “los intereses superiores en México”.

Por su parte, el líder del PRI, Alejandro Moreno, anunció que su partido no será “un factor de división” y que respaldará a Gálvez con el objetivo de desplazar del gobierno al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido de López Obrador. La candidatura única del PRI y el PAN, que han sido rivales políticos históricos en México, también cuenta con el respaldo del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

La decisión de apoyar a Gálvez fue anunciada por Moreno después de analizar una encuesta en la que la senadora llevaba ventaja sobre su rival interna y reunía 57,58% de los votos. Si bien estaba previsto que la senadora se enfrentara a Paredes el domingo en una consulta pública, esa instancia será reemplazada por un acto en Ciudad de México en el que se le entregará la constancia de ganadora de las internas. “¿Cómo llegamos a la decisión para decir hoy, formalmente, que Xóchitl Gálvez será la persona responsable de la construcción del Frente Amplio por México? Ustedes lo han escuchado con mis compañeros, se han establecido las peticiones de los partidos”, dijo Marco Baños, integrante del Comité Organizador de la alianza, según citó la agencia Efe.

Para López Obrador, todo el proceso fue una “farsa” porque en su opinión estaba claro que Gálvez sería “impuesta” como candidata por rivales políticos de su gobierno. “Lo mejor es la democracia, siempre, y lo que vimos ahora fue una comedia, una farsa”, dijo el presidente. “Ya no se dejen engañar, siempre hay que combatir la simulación”, añadió.

La candidata opositora se ha destacado como una dirigente muy crítica al gobierno de López Obrador. De hecho, logró que la Justicia emitiera una orden para prohibir que el presidente hablara sobre ella. La medida fue adoptada, después de que López Obrador cuestionara el supuesto enriquecimiento reciente de dos empresas que le pertenecen a la senadora.

Gálvez, de 60 años, es una ingeniera de origen indígena que anunció sus aspiraciones presidenciales en junio. “Voy a ser la próxima presidenta de México”, dijo por entonces. “Si ustedes van, yo voy”, agregó.

Nació en la localidad de Tepatepec, en el estado de Hidalgo, y se trasladó luego a la capital para estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se especializó en robótica e inteligencia artificial. A partir de esa formación, fundó varias empresas en el área. Llegó a la política en el año 2000, cuando fue titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, durante el mandato de Vicente Fox, y en 2010 intentó convertirse en gobernadora de Hidalgo, pero perdió esas elecciones.

Por su parte, el oficialismo tiene previsto definir el miércoles quién será su candidato. Los principales aspirantes son el exministro de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, y la exalcaldesa de la capital Claudia Sheinbaum, que aparece como favorita. Una encuesta publicada por el diario Reforma el 28 de agosto concluye que Sheinbaum encabeza la intención de voto en la interna con 37% de apoyo, seguida por Ebrard, con 22%. El mismo sondeo indaga en las preferencias entre oficialismo y oposición, y arroja que si se enfrentaran hoy Sheinbaum y Gálvez, la ganadora sería la candidata oficialista, con 44% de los votos frente a 27% de la opositora.

En caso de que Sheinbaum se imponga en las internas del oficialismo, por primera vez la elección presidencial en México se dirimirá entre dos mujeres. “Me parece tremendo que hayan tenido que pasar 200 años para que hoy una mujer pueda aspirar a la presidencia de la República”, dijo Gálvez.