Dos meses después del comienzo de la guerra, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se encuentra realizando una nueva gira por Medio Oriente, en un intento de bajar la escalada bélica en la región.

Después de reunirse con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Creta y Ankara respectivamente, el funcionario estuvo el domingo en Doha, la capital de Qatar, donde mantuvo un encuentro con el primer ministro del país árabe, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani.

Luego de esta reunión, en la conferencia conjunta que ofrecieron, Blinken dijo que los “civiles palestinos deben poder regresar a casa y no deben ser presionados para salir de Gaza”. El jerarca marcó así distancia y rechazó la opinión de los integrantes más extremistas del gobierno israelí, como el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y el de Finanzas, Bezalel Smotrich, quienes abogan por el desplazamiento masivo de los residentes de Gaza.

Blinken proseguirá su viaje por Jordania, Israel y también por Palestina, donde se reunirá con las máximas autoridades intentando conseguir una desescalada en el conflicto.

A pesar de que sigue habiendo bombardeos sobre Gaza, los ataques israelíes en la zona bajaron en intensidad.

Pero mientras esto sucede en suelo gazatí, en Cisjordania, por el contrario, se intensificaron los procedimientos militares israelíes en campamentos de refugiados, como el de la ciudad de Yenín, y también en barrios considerados bastiones de resistencia, donde no solamente hay numerosos seguidores de Hamas, también hay sectores militantes más activos de Fatah, la facción que lidera el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

Paralelamente, también hubo varias acciones guerrilleras en Cisjordania contra patrullas israelíes y también contra vehículos de colonos.

Por otra parte, dentro del gabinete de guerra del gobierno de Israel, que encabeza el primer ministro Benjamin Netanyahu, hay fuertes enfrentamientos entre la ultraderecha y los ministros del Likud contra los militares. Mientras estos quieren pasar a otra fase de menor intensidad en el norte de Gaza, con acciones puntuales en esa zona y acción medida en el sur, la ultraderecha sigue con sus planes de colonizar Gaza.

En medio de esa disputa, Netanyahu hace su juego, y en medio de un creciente descrédito, parece querer que la guerra prosiga de manera indefinida.

El principal punto de discordia entre Netanyahu y la cúpula militar israelí, que es defendida dentro del gabinete de guerra por el líder de la oposición, Benny Gantz, es que los mandos castrenses quieren que se discuta y se apruebe un plan para el día después a la guerra, argumentando que esa posición servirá para determinar los pasos a seguir ahora y que además es lo que Washington pretende para seguir apoyando a Israel.

Otro frente bélico es el que está abierto en la frontera norte de Israel y la sur del Líbano, donde opera la milicia chiíta Hezbollah.

El sábado, la organización proiraní anunció un intenso bombardeo contra una base aérea israelí, en respuesta al ataque con drones en el que la semana pasada fue asesinado el número dos de Hamas, Saleh al-Arouri.

Este domingo, de acuerdo a lo que informó el diario Haaretz, autoridades militares israelíes reconocieron que el ataque de Hezbollah causó daños en estructuras de comunicaciones y coordinación aérea.

De todas maneras, los voceros militares dijeron que, a pesar de los daños ocasionados a las torres de comunicaciones, Israel sigue controlando el cielo en la frontera norte y sobre la frontera libanesa.

Otra cuestión que está provocando fuertes movimientos dentro de Israel es la situación de los más de 100 rehenes que aún permanecen cautivos en Gaza. Esta semana está previsto que haya varias movilizaciones callejeras para exigir al gobierno de Netanyahu que negocie una tregua que posibilite su liberación.

También de a poco está cambiando la información que los grandes medios de comunicación israelíes están brindando a la opinión pública. Si bien se sigue ocultando buena parte de lo que sucede en Gaza, las críticas al gobierno ya no son tan veladas. Pero algunos medios independientes están revelando algunos hechos aberrantes. Como, por ejemplo, el portal +972 Magazine, que publicó un informe sobre un campo de torturas implementado por los militares israelíes en Gaza, al que fueron trasladados centenares de palestinos, de los cuales el 90% fueron liberados tras comprobarse que no tienen nada que ver con Hamas, pero luego de sufrir terribles tormentos.