El “fracaso” en el Parlamento del proyecto de “ley ómnibus”, uno de los buques insignia del presidente argentino, Javier Milei, que le facultaba a proponer leyes por fuera del Legislativo y habilitaba la privatización de empresas públicas, dejó en evidencia la “inexperiencia” y la falta de gobernabilidad del flamante mandatario, y abre una incógnita sobre el futuro de su gobierno, coincidieron politólogos argentinos consultados por la diaria.

Los especialistas consideraron que la actitud cerrada y sin capacidad de negociación del presidente libertario lo aísla de la clase política y lo coloca ante un grave problema de gobernabilidad que deja planteada una disyuntiva: o su gobierno no llega a fin de año por falta de gobernabilidad o encuentra el camino hacia un acuerdo con el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) y su gestión podría extenderse dos períodos.

“El no lograr aprobar la ley ómnibus es un gran fracaso, porque evidencia no sólo falta de experiencia y sentido común al enviar un paquete de 664 artículos disruptivos en una gran cantidad de áreas, sino también un mal diagnóstico de su propio capital político, porque al margen de haber obtenido sólo el 15% de los diputados, el 56% que obtuvo en la segunda vuelta es artificial y no puede apoyarse en eso para compensar los efectos de la división de poderes. Ya van dos meses de gobierno, y es muy poco lo que un Ejecutivo supuestamente revolucionario puede mostrar al día de hoy”, dijo a la diaria el politólogo argentino y profesor de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires Martín D’Alessandro.

El especialista, quien es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y vicepresidente de la International Political Science Association (IPSA), consideró que el gobierno “quedó mal posicionado” en materia de gobernabilidad.

“Los politólogos sabemos desde hace mucho que los presidentes latinoamericanos que tienen un contingente legislativo propio minoritario y que a pesar de eso deciden confrontar con el Congreso no terminan sus mandatos. Ahora el gobierno minoritario de Milei ha decidido confrontar con el Congreso”, agregó.

Una moneda al aire

En la misma sintonía, el doctor en Ciencia Política, docente en la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín e investigador del Conicet Luis Karamaneff dijo a la diaria que después del “fracaso de la ley ómnibus” no quedó “claro” en la discusión de Argentina “si Milei llega a fin de año o está iniciando un ciclo de por lo menos ocho años de gobierno”.

“Si te doy una respuesta, te diría que sería como tirar una moneda, porque me parece que hay ciertas cosas que todavía están en el aire. Lo que sí te puedo decir es que en Argentina hoy el largo plazo es junio. [...] hoy estamos todos pensando qué pasará en marzo con el inicio de clases, el aumento de la inflación, cómo va a afectar eso en la dinámica social. Y el otro elemento es qué pasa en mayo si ingresan los dólares de la cosecha. Es decir, a partir de esos dos indicadores, de cómo responde la sociedad y el clima político, te diría que ahí está la próxima prueba de fuego de Milei, que va a ir condicionando el resultado”, agregó.

De cualquier forma, existe un “cambio de ciclo en Argentina” tanto a nivel “político como económico”, y, a “diferencia de otros momentos”, “el peronismo no representa una alternativa”, agregó.

En concordancia con Karamaneff, el politólogo argentino, radicado en Estados Unidos Aníbal Pérez-Liñán, director el Instituto Kellogg, dijo a la diaria que aún no se puede “hacer futurismo” sobre cuál de las dos siguientes opciones es más probable para el gobierno: si Milei llega al año de gestión o termina gobernando por dos períodos.

“Las dos opciones son altamente plausibles. La probabilidad de un escenario exitoso o la probabilidad de un escenario catastrófico para Milei creo que depende de dos cosas. La primera, por supuesto, es su capacidad de recuperar la economía argentina. Creo que todo el mundo entiende que la economía argentina necesita un cambio profundo. Es un cambio profundo, doloroso y costoso de lograr. La población argentina creo que va a tener paciencia con el gobierno por cierto tiempo porque entiende que este cambio es necesario. Pero esa paciencia se va a botar en algún momento y entonces la capacidad de recuperar la economía rápido es el primer factor que es clave”, afirmó Karamaneff, que también es profesor de Ciencia Política y Estudios Globales en la Universidad de Notre Dame.

El segundo factor que es “clave” radica en que si Milei se aísla de la clase política y trata de gobernar sin negociar, tendrá un “problema de gobernabilidad serio y su capacidad de permanecer va a ser limitada”. “Si Milei consigue articular coaliciones de manera pragmática, creo que vamos a ver una estabilidad mayor del gobierno”, agregó.

“Es un fracaso, pero no grave”

Con un matiz diferente, el politólogo, doctor en Ciencias Sociales y políticas e investigador de la Universidad de Lisboa Andrés Malamud dijo a la diaria que el “retiro de la ley ómnibus es un fracaso, pero no grave”.

“El gobierno tiene recursos no legislativos para combatir la inflación y la inseguridad, que son las dos prioridades para la opinión pública”, afirmó Malamud, quien fue consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Parlamento Europeo.

Sin embargo, reconoció que Milei está en una “hiperminoría legislativa, lo que significa que no llega al tercio de las bancas en ninguna cámara. Careciendo de escudo legislativo, sólo queda el amparo popular: su estabilidad depende de su popularidad”.

La denominada ley ómnibus, cuyo nombre completo es Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, fracasó el 6 de febrero en la Cámara de Diputados al volver a foja cero por decisión de Milei luego del rechazo de algunos artículos y la aprobación con modificaciones de otros.

Desde Israel, donde realizaba una visita oficial, el mandatario criticó a diputados que rechazaron algunos artículos y aseguró que los que se opusieron a la ley ómnibus se quedaron “del lado de los ladrones, estafadores, corruptos y mentirosos que han hundido a Argentina”.

“Debilidad”

El gobierno está en una situación de “debilidad”, producto de que tiene en la Cámara de Diputados apenas 37 legisladores (15% de las bancas) y en el Senado siete (10%), indicaron Karamaneff y Pérez-Liñán.

En la misma sintonía, Malamud consideró que el gobierno quedó “limitado” en materia de gobernabilidad. Sin embargo, dijo que muchos partidos dejaron en claro que buscaban un acuerdo parlamentario, por lo que “el proyecto cayó por el maximalismo del gobierno, no por obstruccionismo opositor”.

El partido del expresidente Macri, Propuesta Republicana (PRO), junto con la mayor parte de los legisladores de la Unión Cívica Radical, piden “formar una coalición que le dé sustento” al gobierno, dijo Karamaneff.

“En eso el gobierno no está cediendo, no termina de definir si efectivamente quiere avanzar en ese sentido y cuáles son los límites que se pondrían. [...] Hay sectores que están pidiendo encarecidamente al oficialismo que los dejen acompañar. Milei todavía no da señales o no da el brazo torcer”, agregó.

Por su parte, Pérez-Liñán cree que Milei es “muy ideológico en su discurso pero es bastante más pragmático a la hora de operar políticamente, por lo que posiblemente van a encontrar una solución”. “Es posible [un cogobierno con Macri] y quizás hasta sea necesario. La propuesta inicial de Macri inmediatamente después de que Milei ganara las elecciones era tener alguna forma de acuerdo parlamentario en la cual el partido de Macri controlara las segundas líneas de los ministerios a cambio de respaldo parlamentario para el gobierno. Milei creo que percibió esto como una situación de excesiva dependencia de Macri y por lo tanto prefirió una estrategia alternativa que fue incorporar a parte del PRO [...] Evidentemente este modelo no terminó de funcionar bien y entonces creo que es posible que veamos una coalición mucho más institucionalizada con el PRO en el futuro próximo”, afirmó.

Según una nota de Clarín publicada el miércoles, Milei cree que es “inexorable” un acuerdo con Macri en los “próximos días”. Asimismo, en la nota se asegura que al presidente “no le inquieta la discusión por el reparto de cargos ni el dilema por lo que puede ser interpretado como un cogobierno”.

“Inexperiencia”

Por su parte, Karamaneff consideró que el “fracaso” de la ley se debió a una “gran cuota de inexperiencia, tanto del gobierno como de los representantes en el Congreso”, de cómo funciona el sistema político.

“Es muy interesante ver las reacciones de las dos espaldas que tenía Milei en el Congreso, tanto el jefe de bloque, Oscar Zago, como el ministro del Interior. El ministro del Interior [Guillermo Francos] admitió que no sabía que volver el proyecto a comisión implicaba que la votación en general había perdido valor. Ni siquiera habían registrado eso. Eso me parece que es un hecho, un indicador de la inexperiencia, [teniendo en cuenta] que además se supone que son los más experimentados dentro del gobierno en materia política”, agregó.

Francos, quien fue el pilar en las negociaciones del oficialismo con diputados y gobernadores, reconoció en una entrevista con La Nación que no conocía el reglamento de la Cámara de Diputados, por lo que no sabía que cuando la ley regresó a comisión no lo hacía sólo por la votación en particular, sino que el retorno es completo.

Los grandes desafíos

El gran desafío es que el gobierno debe presentar algún resultado económico “bien pronto”, dijo D’Alessandro. “La debilidad estructural del gobierno podría mitigarse con éxitos en la gestión económica, pero todavía no hay nada en ese terreno, y la paciencia de la ciudadanía y de los agentes económicos puede ser cruelmente efímera”, agregó.

En coincidencia con lo expresado anteriormente, Malamud dijo que el primer desafío de Milei es “parar la inflación”, que es algo que “está consiguiendo”. “El segundo desafío será resistir la protesta social que provocan el estancamiento y los tarifazos hasta que pueda mostrar los resultados de la estabilización y retorne el crecimiento. [...] A diferencia de lo que creen algunos opositores, tiene plan B. El plan B es postergar las reformas impositivas y del Estado y concentrarse en bajar la inflación y la inseguridad, para lo que Milei asegura que no necesita cambiar leyes”, agregó.

Los precios de bienes y servicios en Argentina aumentaron en enero 20,6% y acumularon un alza interanual de 254,2%, informó el miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

Tras las liberalizaciones y la devaluación que impuso el gobierno a mediados de diciembre, los precios de bienes y servicios subieron 40%, el transporte 26%, y la salud y alimentos más de 20%.

El portavoz presidencial, Manuel Adorni, dijo el miércoles que el gobierno está “entusiasmadísimo” con el trabajo que realiza para atacar la inflación y aseguró que “falta mucho por recorrer” para “sentir algo de satisfacción con estos números”.

Relación con gobernadores

Horas después del fracaso parlamentario, Milei arremetió contra los gobernadores del país, a los que acusó de “traicionar a sus votantes” pese a que “llegaron a sus puestos y bancas levantando las banderas del cambio”. Asimismo, advirtió que no negociaría con quienes “exigen mantener sus privilegios” y posteriormente el gobierno anunció que iba a eliminar los subsidios que el Estado entregaba a las provincias para subsidiar el transporte público de pasajeros.

El analista D’Alessandro dijo que la versión de Milei de que “el fracaso parlamentario” era un “plan premeditado” para mostrarle a la población que la casta política no quiere los cambios que él propone es una “postura infantil”: en vez de corregir los errores, “se enoja con la realidad de los hechos”.

En la misma sintonía, Karamaneff dijo que el trato del gobierno con el Parlamento y con los gobernadores fue una “estrategia fallida”. “De lo que se trata es de definir quién paga el ajuste, quién paga los costos en Argentina. Y en ese punto el gobierno nacional está tratando de hacerlo sobre los gobernadores. A pesar de haber incluido a muchos de ellos en los acuerdos, el gobierno está tratando de que sean los que paguen el ajuste. Ahí se nota también cierta inexperiencia; es que las negociaciones en principio no están resultando de la manera que el gobierno quiere y por eso termina retirando el proyecto del Congreso. Quedan absolutamente dañadas”, agregó.

El “daño” no es con los peronistas, que ya eran opositores e iban a mantener esa posición, sino que fue con dos “actores importantes”: el gobernador de Santa Fe y el de Córdoba, que en un principio eran “potenciales aliados”, indicó.

La promesa “incumplida”

Milei ya incumplió “hace rato” la promesa de la lucha contra la casta y por eso ahora busca “redefinirla”, dijo D’Alessandro. “En su discurso actual, los opositores no sólo son casta, sino además delincuentes y mafiosos. La casta es lo que a él se le va ocurriendo de acuerdo a cómo cambian las circunstancias. Es un gobierno con una narrativa muy precaria y débil”, agregó.

En la misma sintonía, Karamaneff dijo que la promesa de Milei “nunca fue real” y aseguró que el presidente se aferra a ese discurso electoral para “cuidar su imagen”. “Está pensando mucho en la constitución de su opinión pública y cómo mantiene eso que fue su gran motor. La casta es lo que Milei dice que es, por eso le permitió tener ahora como secretario de Medio Ambiente, Turismo y Deporte a una histórica figura del peronismo como Daniel Scioli, que fue hasta precandidato a presidente en las elecciones de 2015 por el peronismo. Probablemente junto con Patricia Bullrich, alguien que ha pasado por todos los partidos políticos de Argentina, no haya mayores representantes de la casta que ellos, y sin embargo forman parte y son figuras importantes del gobierno de Milei”, agregó.

Por su parte, Pérez-Liñán dijo que el gobierno está probando “múltiples estrategias” para ver cuáles funcionan mejor. “Por un lado, intenta negociar desde una posición relativamente fuerte que surge como resultado de la elección. Pero, por otro, también la estrategia alternativa es confrontar abiertamente a la clase política para tratar de movilizar el respaldo de la opinión pública. Entonces estas dos estrategias pueden ser exitosas en diferentes momentos. Hay una estrategia más dialoguista y una más populista. Las dos pueden ser exitosas, pero son difíciles de articular al mismo tiempo. Sin embargo, las dos estrategias se cancelan y se contradicen entre sí”, reflexionó.