En el marco de una situación caótica que va en aumento, portavoces militares estadounidenses dijeron este domingo que se estaba llevando adelante “una operación para aumentar la seguridad de la embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe, y permitir que continúen las operaciones” de la misión diplomática y “la salida del personal no esencial”.

“El transporte aéreo de personal desde y hacia la embajada es consistente con nuestra práctica estándar de aumento de seguridad”, agregó un comunicado del Comando Sur del Departamento de Defensa de Estados Unidos, consignado por AFP.

La embajada estadounidense señaló, por su lado, en su cuenta en X que “el aumento de la violencia de las pandillas en las proximidades de la embajada de Estados Unidos y del aeropuerto ha llevado al Departamento de Estado a hacer arreglos para permitir la salida de personal adicional” de la sede diplomática.

Las pandillas de Haití comenzaron una ofensiva para derrocar al gobierno el 29 de febrero, asaltando y saqueando comisarías de policía, hospitales y sitiando lugares estratégicos, incluidos el puerto y el aeropuerto, excediendo por completo el poder de control de la Policía.

Además de todo esto y dando una prueba concluyente sobre el poder que actualmente detentan, los grupos armados asaltaron la semana pasada las dos principales cárceles del país, propiciando la fuga de más de 4.000 presos.

Las pandillas que actúan en Puerto Príncipe y en las principales ciudades haitianas se estima que son más de 200, y su composición y poder es muy dispar. Hay grupos que cuentan con algunas decenas de integrantes armados dedicados a actividades delictivas menores y otros que funcionan como pequeñas milicias, con hombres armados con rifles automáticos y sueldos fijos semanales.

Si bien estos grupos suelen actuar de manera independiente, recientemente ha habido alianzas, y entre todas las pandillas la más influyente es la que dirige un expolicía llamado Jimmy Chérizier, también conocido por su apodo de Barbecue, quien la semana pasada amenazó directamente con el inicio de una guerra civil si el primer ministro, Ariel Henry, retornaba al país.

Henry, que la semana pasada viajó a Kenia para establecer un acuerdo con el gobierno de ese país africano para enviar policías para controlar la seguridad de Haití, decidió no retornar a Puerto Príncipe y ahora está en Puerto Rico.

Un funcionario estadounidense citado por el diario británico The Guardian advirtió la semana pasada que el gobierno de Henry, enormemente impopular y con escaso apoyo político, podría caer “en cualquier momento”.

La insurrección de las pandillas se intensificó en la noche del viernes cuando decenas de hombres armados se reunieron en Champ de Mars, una zona del centro de Puerto Príncipe en la que tienen su sede ministerios gubernamentales, embajadas, consulados, bancos y hoteles, así como la Corte Suprema de Haití.

Ese día bandas armadas intentaron tomar el control de la comisaría de Puerto Príncipe y del Palacio Nacional antes de incendiar el Ministerio del Interior y las Comunidades Territoriales, de acuerdo con lo que informó el medio local Gazette Haití.

Por su parte, el diario Miami Herald informó que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tuvo una tensa charla telefónica con el primer ministro Henry, en la que este se habría negado de manera terminante a renunciar.

Mientras tanto, la Comunidad del Caribe (Caricom, por su abreviatura en inglés), entidad que nuclea a todos los estados de la región, está efectuando reuniones para intentar llegar a un consenso entre los sectores vitales de la nación haitiana, aunque por ahora sin ningún avance.

En medio del vacío de poder que hay en el país, el viernes Henry desde Puerto Rico publicó un mensaje en X saludando a las haitianas por el Día Internacional de la Mujer. En su mensaje, el todavía mandatario elogió “la valentía, el compromiso, la determinación y la invaluable contribución de las mujeres haitianas a la sociedad”.

Su mensaje fue respondido con dureza en las redes sociales. Velina Charlier, una integrante de la organización feminista Nou Pap dòmi (“no nos vamos a dormir”, en criollo haitiano, el idioma comúnmente hablado en el país), expresó: “Este tipo es un sádico. ¡Un enfermo! Haití está en llamas. Bandas armadas le impiden regresar. ¿Y él qué hace? ¡Tuitea! Al tipo no le importamos nosotros ni nuestras vidas”. Por su parte, la reconocida actriz y directora de cine Gessica Geneus dijo, haciendo referencia a la profesión del primer ministro Henry, que “el neurólogo necesita un psiquiatra”.