El excomandante general del Ejército de Bolivia Juan José Zúñiga, que el miércoles intentó dar un golpe de Estado contra el gobierno de Luis Arce, fue acusado por los delitos de terrorismo y alzamiento armado, según informó su abogado, Steve Orellana. Agregó que esa fue la imputación formal de la Fiscalía.

Además de Zúñiga fueron detenidos el excomandante de la Armada Juan Arnez y otros 19 militares acusados de participar en los mismos hechos, en algunos casos, por conducir las tanquetas con las que se dirigieron a la sede del Poder Ejecutivo. A su vez, el general de la Fuerza Aérea, Marcelo Zegarra, está bajo custodia y sobre su caso está en marcha una “investigación especial”, informó el gobierno.

Zúñiga dijo inicialmente que sus objetivos eran “cambiar el gabinete”, “restablecer” la democracia en el país y liberar a “todos los presos políticos”, entre los que mencionó a la expresidenta de facto Jeanine Áñez y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho. Luego, cuando fue detenido, dijo que en realidad actuó por orden del presidente Luis Arce, que quería “levantar su popularidad”.

El ministro de Gobierno (equivalente a Interior), Eduardo del Castillo, dijo el viernes que “Zúñiga era un narcisista y se hacía llamar el 'General del Pueblo, un líder planetario'”, y agregó que “estas conductas van a tener que ser evaluadas por psiquiatras”.

“No soy un político que quiera ganar la popularidad con la sangre del pueblo”, dijo a su vez Arce, que relató en una conferencia de prensa cómo vivió los hechos del miércoles. El presidente de Bolivia dijo que Zúñiga había sido destituido un día antes del levantamiento, el martes, por “violar la Constitución del Estado” al dar una entrevista en la que afirmó que detendría al expresidente Evo Morales si este se postulaba a la presidencia en las elecciones de 2025.

El mandatario agregó que el miércoles él se encontraba en la sede del Poder Ejecutivo, en un acto por el aniversario de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, cuando recibió las primeras informaciones de movimientos “irregulares militares”. El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, le transmitió entonces que no lograba contactarse con Zúñiga, con Zagarra ni con Arnez. De acuerdo con Arce, la inteligencia militar “falló” porque alguien “trabajaba para” Zúñiga.

Poco después, el ministro de Defensa les brindó más información a Arce, la ministra de Presidencia, María Nela Prada, y el vicepresidente, David Choquehuanca, y les transmitió que “tanquetas del Ejército” se acercaban y “tomaban las esquinas de la plaza Murillo”. Para entonces, Arce contactó a todos sus ministros.

El comandante de la Policía Boliviana, Álvaro Álvarez, le comunicó que los jefes militares lo habían llamado a sumarse al intento de golpe. Cuando una de las tanquetas intentó entrar a la sede de la presidencia, dijo Arce, él decidió bajar a la entrada del edificio y enfrentar a los golpistas. Para entonces, dijo, “la población” ya había llegado a la plaza Murillo y se “enfrentaba” a los militares.

“A los tres comandantes de fuerza les instruyo que depongan esas actitudes y al general Zúñiga le instruyo que en ese momento repliegue a todas las fuerzas militares que había movilizado”, manifestó el presidente. De acuerdo con su relato, Zúñiga se negó a acatar esa orden, y agregó que mantuvo esa negativa “pese a que yo le mostraba en mi mano izquierda el bastón de mando que me acredita como capitán general de las Fuerzas Armadas”.

Arnez, en cambio, dudó y Arce le advirtió que estos actos tendrían consecuencias. Finalmente, los dos militares abandonaron la sede del gobierno y fueron destituidos y capturados, dijo.

Por su parte, Evo Morales afirmó el viernes que él “era el blanco” de Zúñiga y reprochó que nadie del gobierno haya desautorizado públicamente al militar después de la entrevista en la que amenazó con arrestarlo si era candidato.

El expresidente, que está enfrentado políticamente con el actual gobernante, también relató que el miércoles recibió una llamada de la ministra de Presidencia, que a su vez lo comunicó con Arce. El presidente le notificó: “El golpe ha empezado”.

También Arce aludió a esa llamada. Dijo que contactó “al compañero Evo Morales” para advertirle del “intento de golpe de Estado”, y agregó: “Podemos tener nuestras diferencias”, pero “me comuniqué con él para que tome sus recaudos”.