Varias potencias regionales clave, Brasil, India, Sudáfrica y Arabia Saudita, no accedieron a firmar un comunicado conjunto emitido al final de una conferencia de paz en Ucrania celebrada este fin de semana en Suiza, en la que más de 80 países y organizaciones internacionales respaldaron su integridad territorial frente a la invasión rusa.

Hablando al final de la cumbre de dos días llevada a cabo en la localidad turística de Bürgenstock, en el centro de la nación helvética, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dio la bienvenida a los “primeros pasos hacia la paz”, pero reconoció que no todos los asistentes se habían sumado. “Desafortunadamente, hay gente que todavía está haciendo equilibrios”, dijo, y agregó que Rusia está tratando de dividir el mundo, informó el diario británico The Guardian.

Zelenski dijo que el comunicado final seguía “abierto a la adhesión de todos los que respeten la Carta de la ONU”. En la conferencia participaron alrededor de 100 países, pero, insólitamente, Rusia no fue invitada y China, que sí lo fue, rechazó enviar representantes en virtud de su alineamiento con Moscú.

Antes del evento, los diplomáticos occidentales, teniendo claro que las posibilidades de llegar a algún tipo de conclusión contundente eran nulas, argumentaron que su importancia radicaba en parte en sus participantes. Los asistentes a la cumbre fueron en su mayoría de Europa, Estados Unidos y otros aliados occidentales, pero también había países de América Latina, Medio Oriente, África y Asia.

El texto final fue firmado por más de 80 países y organizaciones internacionales, incluidas las tres principales instituciones de la Unión Europea (UE) y los 27 estados que integran la UE. En el documento se expresa que la Carta de la ONU, la integridad territorial y la soberanía de todos los estados “pueden y servirán como base para lograr una paz integral, justa y duradera en Ucrania”. En un impulso para Kiev, Turquía, que mantiene estrechos vínculos comerciales con Rusia y desde el comienzo del conflicto intentó ejercer un rol de mediador, firmó el documento.

También lo hicieron, entre otros países, Argentina, Irak, Qatar, Ruanda y Uruguay.

Arabia Saudita, India, Sudáfrica, Tailandia, Indonesia, México y los Emiratos Árabes Unidos, sin embargo, participaron en la cumbre, pero no firmaron el comunicado final. Por su parte, Brasil, que asistió al evento con el “estatus de observador”, no respaldó el texto.

La jefa de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, dijo que llevaría tiempo lograr la paz en Ucrania. “[La cumbre suiza] no fue una negociación de paz porque Putin no se toma en serio el fin de la guerra, insiste en la capitulación, insiste en ceder territorio ucraniano, incluso territorio que hoy no está ocupado”.

El viernes, un día antes del comienzo de la cumbre en Suiza, el presidente ruso, Vladimir Putin, había presentado las condiciones de su país para acceder a un acuerdo de paz.

En una reunión de embajadores rusos celebrada en Moscú, consignada por la BBC, Putin dijo que sus condiciones son “muy simples” y que parten de que el ejército ucraniano se retire de las cuatro regiones parcialmente ocupadas por sus tropas: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, que de acuerdo a la legislación rusa son parte integral de su territorio.

Otra condición declarada por Putin es que Ucrania debe dejar de lado sus pretensiones de ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Además, el mandatario ruso planteó que es imprescindible que sean canceladas las sanciones económicas que impusieron las potencias occidentales a Rusia desde que comenzó la guerra. En su discurso ante los embajadores, Putin también insistió en que Ucrania debe pasar por un proceso de “desmilitarización” y adquirir un estatus “neutral” entre Occidente y Rusia.

Desde Kiev, la respuesta a los planteos del presidente ruso no se hizo esperar. El asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak dijo que la propuesta de Putin es equivalente a que Ucrania admita una derrota y renuncie a su soberanía, por lo que consideró que se trata de una “completa farsa” y que es “ofensiva para el sentido común”.