A días de que se cumplan diez años de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, el sábado 18, la fiscalía a cargo de Eduardo Taiano publicó ayer su informe completo sobre el caso, en el que afirma que “fue víctima de un homicidio”. Agrega que su muerte “estuvo motivada” por la investigación que llevaba adelante sobre el atentado contra la AMIA y en particular sobre el Memorándum de Entendimiento con la República de Irán que impulsó el gobierno y aprobó el Congreso argentino.

Nisman fue encontrado con un disparo en la cabeza en el baño del apartamento en el que vivía. Según el informe de Taiano, publicado por elDiarioAr e Infobae, existieron numerosas irregularidades en la investigación que hacen posible que se pasaran por alto pruebas tanto en el baño, donde se centró la investigación, como en una segunda puerta de salida del apartamento, situada en la cocina.

El fiscal afirma que Nisman había recibido amenazas, argumenta que el trabajo de sus custodios no fue regular en esos momentos, que circularon por el apartamento esa noche más de 80 personas y que al baño en el que se encontró el cuerpo entraron algunas “sin la debida protección en el calzado y la cabeza”, entre otras irregularidades de la investigación.

Quienes sostienen que Nisman se suicidó plantean que si alguien hubiera salido del baño después de su muerte, hubiera alterado la escena del crimen porque el cuerpo quedó contra la puerta. Sin embargo, Taiano pone en duda que esa escena se haya preservado.

Afirma que se comprobó que participaron terceras personas, que redujeron a Nisman, lo llevaron al baño y simularon un suicidio. Uno de los indicios que menciona es una pericia que indica la probabilidad.