Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán), junto con sus socios de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), sumó el 29% de los votos en las elecciones federales celebradas este domingo de acuerdo a las encuestas a boca de urna, que pese a que no son resultados oficiales son ampliamente aceptados dentro del sistema político germano.
Si bien ya se sabe que Merz será el próximo canciller del país, deberá lograr formar una coalición para ser formalmente electo luego de los comicios que tuvieron una participación del 84% de la ciudadanía, la cifra más alta desde la reunificación del país en 1990.
De acuerdo a lo que indicaban todas las encuestas previas, la Unión, tal como se conoce a la alianza conservadora de la CDU y la CSU, fue ampliamente el sector más votado y, también siguiendo lo que marcaban los sondeos, en segundo lugar se ubicaron los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD), que obtuvieron casi el 20% de las adhesiones, casi el doble de las que había conseguido en las elecciones de setiembre de 2021, en lo que fue otro hecho notorio de la jornada.
En tercer lugar quedó, con poco más del 16% de los votos, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), el sector que lidera el actual canciller Olaf Scholz, que pagó con un alto precio su flojísima gestión. Inversamente a lo que pasó con la AfD, el SPD perdió al 10% de sus votantes tomando como referencia los comicios de hace cuatro años, y este domingo tuvo una de las peores votaciones de su historia.
Este golpe fue reconocido por Scholz en las primeras declaraciones que dio a la prensa luego del cierre de las urnas. “Este es un resultado electoral amargo para el SPD”, dijo el actual canciller. “También es una derrota electoral, y creo que eso debe quedar claro desde el principio”, agregó el mandatario, que había sido electo en 2021 como sucesor de la demócrata cristiana Angela Merkel, quien gobernó el país entre 2005 y 2021.
La economía alemana, que está pasando su peor momento desde la posguerra, fue uno de los temas predominantes en la campaña electoral, que también tuvo como una cuestión muy relevante a la inmigración.
El mal gobierno de Scholz estuvo atravesado además por la guerra en Ucrania, conflicto que afectó severamente a Alemania, particularmente por la enorme dependencia que el país tenía de la energía proveniente de Rusia.
En el cuarto lugar se ubicaron Los Verdes, con el 13%, La Izquierda obtuvo el 8,5%, y más atrás quedaron los liberales del Partido Democrático Libre con el 4,9% y la Alianza Sahra Wagenknecht con el 4,8%. Este sector, populista de izquierda, tiene posturas progresistas desde el punto de vista económico, pero conservadoras en cuanto a la inmigración, ideología que refleja el pensamiento de la líder de este espacio, Sahra Wagenknecht, una exintegrante de La Izquierda.
Luego de conocidos los resultados y rodeado de seguidores en el comando de su partido en Berlín, Merz dijo que su partido hará todo lo posible para formar un gobierno capaz de actuar lo más rápido posible. “Esta noche lo celebraremos y a partir de mañana empezaremos a trabajar”, dijo Merz. “El mundo exterior no nos está esperando”, agregó el líder conservador de 69 años.
Según las estimaciones, los ganadores de la Unión obtuvieron 208 de los 630 escaños del Bundestag, el Parlamento alemán, por lo que una alianza con los socialdemócratas, que lograron retener 120 escaños, les permitiría tener la mayoría para poder gobernar, reeditando lo que en Alemania se conoce como “gran coalición”.
Pero las negociaciones podrían ser complejas, porque algunos sectores del aún gobernante SPD no están de acuerdo, entre otros aspectos, con las políticas migratorias que pretende impulsar Merz, quien en el marco de la campaña electoral planteó restricciones que fueron resistidas por los sectores progresistas y ampliamente celebradas por la ultraderecha.
De todas maneras y ante la exclusión ya sabida de la AfD, que igualmente tendrá una fuerza inédita en el Legislativo, la concreción de la coalición de los demócratas cristianos con los socialdemócratas, aunque también puede haber otros sectores dentro del futuro Ejecutivo, tendrá el enorme desafío de levantar a la mayor economía de Europa, mientras el país y todo el continente viven un momento de especial incertidumbre.