La tregua que sigue vigente en la Franja de Gaza entre Israel y la organización palestina Hamas mostró en las últimas horas nuevas señales de su fragilidad.

Este domingo, Mahmud Mardawi, un alto responsable de la entidad extremista palestina, dijo que su grupo no seguirá con las conversaciones con los funcionarios israelíes, que cuentan con la mediación de los gobiernos de Estados Unidos, Egipto y Qatar, hasta que el gobierno de Benjamin Netanyahu no libere a los 620 prisioneros palestinos que debieron ser liberados el sábado como parte del acuerdo.

El sábado por la mañana, Hamas liberó a seis rehenes israelíes, que eran los últimos cautivos con vida que tenían que ser devueltos a su país como parte de la implementación de la primera fase del alto el fuego. Según el acuerdo, horas más tarde los palestinos debían ser liberados, pero esto no sucedió.

El domingo temprano, la oficina de Netanyahu emitió un comunicado, consignado por la agencia Reuters, en el que decía que Israel estaba esperando para entregar a los 620 prisioneros y detenidos palestinos “hasta que se haya asegurado la liberación de los próximos rehenes, y sin las ceremonias humillantes”.

En todas las ocasiones en las que liberaron rehenes que fueron secuestrados durante el ataque a Israel del 7 de octubre de 2023, Hamas preparó actos propagandísticos en los que los cautivos aparecieron en escena en estrados ante multitudes y, en ocasiones, también fueron obligados a hablar y a agradecer antes de ser entregados a los funcionarios de la Cruz Roja.

El sábado, uno de los rehenes israelíes que estaban en el escenario, por indicación de sus captores, le dio un beso en la cabeza a uno de los milicianos que lo estaban custodiando, lo cual encendió la indignación del gobierno de Netanyahu, que desde el principio mostró muy poca disposición a negociar, pero que lo hizo por las enormes presiones internas que viene teniendo.

También el sábado, durante dicho acto, Hamas grabó un video de dos rehenes que no fueron liberados presenciando el evento y pidiéndole a Netanyahu que por favor siguiera adelante con las negociaciones.

Desde Hamas argumentan que el planteo de Netanyahu es una excusa para volver a los combates, que es lo que pretende el ala más extremista de su gobierno. Ezzat El Rashq, miembro de la dirección política de Hamas, expresó en un comunicado que “la decisión de Netanyahu refleja un intento deliberado de desbaratar el acuerdo, representa una clara violación de sus términos y demuestra la falta de fiabilidad de la ocupación a la hora de cumplir sus obligaciones”.

En los hechos, la situación es de extrema tensión, y la no liberación de los prisioneros palestinos parece ser el primer tironeo de la negociación de la segunda fase de la tregua, que debería iniciarse durante la primera semana de marzo.

Ahora, en buena medida, la situación depende de la presión que ejerza el gobierno de Estados Unidos. Sobre este punto, este domingo el enviado especial de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, para Medio Oriente, Steve Witkoff, expresó un cauteloso optimismo sobre la continuidad del acuerdo y dijo que esta semana visitará Israel, Egipto, Arabia Saudita y Qatar en su intento de avanzar en las negociaciones de la segunda y tercera fase de la tregua.

Desplazamientos en Cisjordania y funerales en Beirut

También este domingo, por primera vez en 20 años, tanques israelíes ingresaron en el campo de refugiados de la ciudad de Yenín, en el territorio palestino de Cisjordania, mientras el gobierno ordenaba al ejército que se preparara para una “estancia prolongada”, que se dará, de acuerdo a lo que informó el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, durante todo este año.

En el marco de su ofensiva en el norte de Cisjordania, que empezó en enero, las autoridades israelíes comunicaron que los 40.000 desplazados de los campamentos de refugiados de Tubas, Tulkarem y Yenín no podrán retornar a sus hogares hasta nuevo aviso.

Mientras la tregua en Gaza pende de un hilo y la situación es sumamente compleja en Cisjordania, también hay una tensa calma entre Israel y Hezbolá. Una muestra de ella se vio este domingo, cuando se celebró el funeral de Hasán Nasrala, exlíder de la organización chiita proiraní, asesinado por los israelíes en setiembre del año pasado.

Durante el evento, en el que también se desarrolló el funeral de otro alto cargo de Hezbolá asesinado por los israelíes, Hashem Saffiedine, se congregaron decenas de miles de personas, en una de las manifestaciones masivas más grandes en los últimos años en territorio libanés, de acuerdo a lo que informaron medios locales.

Luego de una marcha por los barrios de mayoría chií de Beirut, la capital libanesa, la ceremonia culminó con un enorme acto celebrado en el Estadio Camille Chamoun, el más grande del país. En ese momento, varios aviones israelíes de combate sobrevolaron el lugar.