A partir del domingo, la tumba del papa Francisco se podrá visitar en una de las capillas de la Basílica de Santa María la Mayor, donde será sepultado en un lugar “en la tierra, sencillo, sin decoración particular”, con la inscripción de su nombre en latín, Franciscus.

Esa iglesia, en Roma, a unos seis kilómetros del Vaticano, y donde ya se encuentran los sepulcros de otros siete papas, fue la elegida por Francisco. “Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detengo a rezar al inicio y al final de cada viaje apostólico”, escribió en su testamento.

Su féretro será trasladado este sábado hasta allí, y el Vaticano prevé que asistan al funeral unos 50 presidentes o primeros ministros, así como diez reyes y delegaciones de unos 130 países, en una ceremonia multitudinaria, con más de 200.000 personas, en la plaza de San Pedro. Esta semana, la Basílica de San Pedro, donde se encontraba hasta el viernes el féretro del papa, que murió el lunes, a los 88 años, recibió 250.000 visitantes.

Como gestos simbólicos, en la despedida prevista para el sábado tendrán un lugar oficial un grupo de personas que viven en la pobreza y también inmigrantes indocumentados, sectores sociales que estuvieron presentes una y otra vez en el discurso del papa, que compartió comidas con personas sin techo y visitó las cárceles.

Antes de morir, Francisco donó “sus últimas posesiones”, 200.000 euros, a una fábrica de pastas que funciona dentro de un centro penitenciario para adolescentes, Casal del Marmo, en Roma, informó el obispo Benoni Ambarus, director de la oficina para la pastoral carcelaria, de acuerdo con la agencia Efe. “Le dije que tenemos una hipoteca cuantiosa para esta fábrica de pasta y que si conseguíamos cubrirla bajaríamos los precios de la pasta, venderíamos más y podríamos contratar más chicos”, agregó.

Argentina y el papa

Otros números resonaron en Argentina, donde el papa nació como Jorge Bergoglio. Allí surgieron críticas a la decisión de Javier Milei de viajar con una amplia comitiva a Roma después de la escasa participación del gobierno en las primeras ceremonias que la iglesia organizó por la muerte del papa y de los insultos que el presidente le dedicó en el pasado.

La polémica recordó que, en sus tiempos como diputado, Milei había dicho que el papa era el “representante del maligno en la Tierra”. En una entrevista afirmó: “¿Qué es la justicia social? Es la envidia, el odio, el resentimiento. Originalmente, la envidia era un pecado capital. Habría que informarle al imbécil ese que está en Roma, que defiende la justicia social, que sepa que es un robo y que eso va contra los mandamientos”.

Cuando fue presidente, Milei viajó a conocer a Bergoglio en persona, y esta semana, después de que el papa muriera, dijo que era “bondadoso” y “sabio”, y “el argentino más importante de la historia”.

Milei argumentó que el viaje sería breve, desde la madrugada del viernes hasta el domingo, y que la comitiva era “austera”. La integraban Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, el vocero presidencial Manuel Adorni, las ministras de Capital Humano, Sandra Pettovello, y Seguridad, Patricia Bullrich, el canciller, Gerardo Werthein, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, informó eldiarioAr.

El papa y la guerra

También el gobierno italiano debió hacer aclaraciones vinculadas con el funeral del papa. El jueves el ministro de Justicia, Carlo Nordio, negó la información que publicaron algunos medios acerca de que el Ejecutivo de Giorgia Meloni había evitado hacer los trámites necesarios para cumplir con la orden de arresto dictada por la Corte Penal Internacional contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, por sospechas de crímenes cometidos durante la guerra en Ucrania. El ministro aclaró que no había ninguna noticia de que el presidente ruso fuera a visitar Italia.

Putin, un cristiano ortodoxo que se reunió varias veces con el papa Francisco, destacó después de su muerte que el líder religioso “ayudó activamente al desarrollo del diálogo entre la iglesia ortodoxa rusa y la iglesia católica”, y lo calificó como una “persona extraordinaria”. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aclaró que el mandatario no tenía planes de viajar a Roma.

Otro gobernante sobre el que pesa una orden de detención por crímenes de guerra es el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que recién el jueves manifestó las condolencias del Estado de Israel “a la iglesia católica y a la comunidad católica en todo el mundo por el fallecimiento del papa Francisco”. Antes, el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí había publicado un mensaje en redes sociales lamentando su muerte, pero fue borrado. A la ceremonia del sábado asistirá el embajador en el Vaticano, Yaron Sideman.

Francisco fue una de las voces críticas contra los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. Un día antes de su muerte, en un mensaje de Pascua, se refirió a la “situación humanitaria dramática y deplorable” que atraviesa ese territorio palestino. “Hago un llamado a las partes en conflicto: ¡declaren un alto el fuego, liberen a los rehenes y permitan la ayuda a un pueblo que está muriendo de hambre y aspira a un futuro de paz!”.

El papa, que llamaba cada pocos días a la Parroquia Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, uno de los refugios en los que los civiles se protegen de los ataques, les preguntaba cómo estaban, si tenían agua y comida. La última vez que llamó fue el sábado 19, dos días antes de su muerte, dijo a BBC Mundo el sacerdote Gabriel Romanelli, a cargo de esa iglesia.

En diciembre, después de un bombardeo israelí en Jabaliya que mató a siete niños, el papa expresó: “Ayer bombardearon a niños; esto es crueldad, esto no es guerra. Quería decir esto porque es algo que toca el corazón”.

Semanas antes, en noviembre, se difundieron algunos fragmentos de un libro basado en entrevistas al papa, La esperanza no defrauda nunca, y en uno de esos pasajes señala: “Según algunos expertos, lo que está sucediendo en Gaza tiene características de genocidio. Esto debe ser estudiado cuidadosamente para determinar si la situación corresponde a la definición técnica formulada por los juristas y las organizaciones internacionales”.

Trump afirma que “todos quieren reunirse” con él

Está previsto que este sábado asistan a la ceremonia el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el francés Emmanuel Macron, el ucraniano Volodímir Zelenski, el estadounidense Donald Trump, el primer ministro británico, Keir Starmer, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, entre muchos otros jerarcas. La coincidencia da pie a saludos y también a encuentros, y algunos de los asistentes ya tienen previsto esto en su agenda.

Trump manifestó el jueves, durante una conferencia de prensa, su interés en aprovechar la ocasión para reunirse con otros mandatarios. “Me gustaría verlos a todos. Sería genial. Me gustaría atenderlos a todos, aunque tenemos muchos allí y todos quieren reunirse. Y quieren reunirse para hablar de comercio”, dijo.

El viernes, al dejar la Casa Blanca para partir hacia Italia, insistió: “Vamos a Roma, donde asistiremos al funeral del papa Francisco. Habrá mucho interés porque nos reuniremos con muchos líderes extranjeros que quieren reunirse. Los acuerdos comerciales van muy bien”.

Su principal rival en la guerra comercial, China, que niega haber avanzado hacia acuerdos, como dijo Trump días atrás, no asistirá a esta ceremonia. No mantiene relaciones diplomáticas formales con el Vaticano porque este integra la lista de una docena de estados que reconocen a Taiwán como Estado independiente y no como un territorio chino. Sin embargo, en 2018 Pekín y el Vaticano llegaron a un acuerdo para el nombramiento de obispos en China, y ese entendimiento se renovó en 2024 por cuatro años más.

Se prepara el cónclave

A partir del lunes, la Capilla Sixtina quedará cerrada al público para adecuar el lugar para el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco. Allí se procesarán debates entre los 133 cardenales electores. De los 252 cardenales de todo el mundo, son electores los 135 que tienen menos de 80 años, y dos de ellos estarán ausentes por motivos de salud.

Se instalará además la chimenea que anuncia con humo negro que no hubo acuerdo y con humo blanco que hay un nuevo papa. El nuevo líder religioso deberá obtener dos tercios de los votos del Colegio Cardenalicio.

Sus 133 cardenales se dividen en 56 de Europa, 20 de Asia, 18 de América del Sur, cuatro de América Central, 16 de América del Norte, 16 de África y tres de Oceanía.

Aunque los cardenales moderados o progresistas serán mayoría en el cónclave frente a los más conservadores, hay muchos otros factores que inciden en la elección del papa, entre ellos la capacidad de lobby y de convencimiento de algunos de los referentes en el encuentro.

También entran en juego otras consideraciones políticas, como el lugar de procedencia de los candidatos, su cercanía con países clave para el catolicismo –ya sea por su número de fieles o porque la religión enfrenta mayores desafíos–, su experiencia en diversos asuntos e incluso las expectativas de instalar un papado corto o largo, que convierte en algo relevante la edad del elegido.

Algunos candidatos

Entre los candidatos más cercanos a la línea de Francisco, resaltan algunos nombres, como el de Pietro Parolin, italiano, de 70 años, jefe del Estado del Vaticano y con amplia experiencia en diplomacia e intervención en conflictos.

Para quienes reclaman volver a la tradición de los papas italianos (209 de los 266 papas de la historia lo fueron), también aparece como una opción Matteo Zuppi, de 69 años, exarzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, que al igual que Parolin tiene experiencia en conflictos y ha trabajado en el acercamiento a otras religiones. Es considerado otro candidato en la línea de Francisco.

De Italia también proviene Angelo Bagnasco, que fue arzobispo de Génova y un fuerte crítico del papado que acaba de terminar, sobre todo en los asuntos como la apertura a brindarles la comunión a los divorciados. También se opone a otros cambios en los que Francisco no avanzó, como el celibato optativo o la ordenación de mujeres. Si bien el último papa se opuso a que las mujeres fueran sacerdotes, sí nombró monjas en cargos relevantes en la administración del Vaticano.

También suena el nombre de Luis Antonio Tagle, de 67 años y oriundo de Filipinas, con un perfil de cercanía con los fieles, defensa del medioambiente y la justicia social, que muchos ven como un continuador de las posiciones políticas de Francisco. En los sitios de apuestas aparece como el segundo favorito, después de Parolin.

En la larga lista de nombres aparece también el del arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline, de 66 años, nacido en Argelia. Se considera que tiene una visión más cercana a la de Francisco, en particular en cuanto al diálogo interreligioso y la defensa de los migrantes.

Quizás el más lejano a Jorge Bergoglio sea el estadounidense Raymond Burke, de 76 años, un sacerdote conservador y tradicionalista que ha cuestionado el último papado y que cuenta con fuerte influencia interna en la iglesia. Representa, además, al segundo país con más representantes en el Cónclave: Estados Unidos cuenta con diez participantes, sólo superado por Italia, con 19.

Otra de las opciones más conservadoras es Robert Sarah, de 79 años, proveniente de Guinea, un país situado en una zona de África donde crece el islam, y podría ser el primer papa negro. Este cardenal ha hecho manifiesta su posición radicalmente contraria al aborto, al feminismo, a las familias homoparentales y también a los cambios internos en la institución religiosa que integra.

Al imaginario de disputas e intrigas que genera el cónclave, se suma esta vez una polémica más expuesta: el caso del cardenal italiano Angelo Becciu. El papa Francisco le retiró en 2020 sus “derechos asociados al cardenalato” después de que Becciu fuera condenado a cinco años y seis meses de prisión por irregularidades financieras vinculadas con la compra de un edificio en Londres. Durante el proceso aparecieron otras situaciones dudosas relacionadas con donaciones.

Pero Becciu, de 76 años, argumentó que el papa Francisco no suspendió sus deberes, entre ellos, el de elegir a su sucesor, y reclamó cumplirlos, pese a que no está en la lista de electores y tiene una inhabilitación “perpetua” para ejercer cargos.

Sin embargo, este asunto fue laudado el viernes. Según informó el diario español El País, el Vaticano presentó dos cartas firmadas por Francisco en las que ordena que no se le permita a Becciu participar en el cónclave.