Más de 50.000 personas se reunieron este domingo en la avenida Paulista de la ciudad de San Pablo en un acto que tuvo como principal consigna la amnistía de las personas que fueron procesadas por la Justicia por su participación en los actos antidemocráticos del 8 de enero de 2023, cuando una multitud invadió la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia y destrozó parte de los edificios de cada uno de los poderes del Estado.

Según consignaron medios brasileños, este acto tuvo una concurrencia sensiblemente mayor a la que había tenido uno con la misma consigna realizado hace tres semanas en la rambla de Río de Janeiro, en el marco de la ofensiva de las fuerzas de ultraderecha y de derecha para conseguir la aprobación de una amnistía en el Congreso.

De acuerdo a lo que informó la revista Carta Capital, muchos de los asistentes al acto portaban lápices de labios en tamaño real, y también en tamaños gigantes, en referencia a Débora Rodrigues dos Santos, una peluquera puesta como símbolo de la presunta “injusticia” por haber sido procesada por pintar con dicho objeto la estatua de la justicia, ubicada en la entrada del edificio del Supremo Tribunal Federal (STF). Actualmente, la mujer se encuentra bajo arresto domiciliario.

En el comienzo de su discurso ante miles de sus seguidores, Bolsonaro dejó claro que el caso de la peluquera será una de las puntas de lanza en busca de una amnistía. “Estamos aquí, en gran medida, impulsados por el episodio Débora”, expresó el exmandatario, quien de inmediato llamó a subir al estrado a la madre y a una hermana de la procesada, quien tiene 39 años y es madre de dos hijos.

A propósito de este caso, Bolsonaro expresó: “No tengo ningún adjetivo para describir a alguien que condena a una madre de dos hijos a una pena tan absurda por un crimen que no cometió. Sólo un psicópata puede decir que lo ocurrido el 8 de enero fue un intento armado de golpe militar”.

El excapitán, quien está enfrentando un juicio por intento del golpe de Estado en 2022 y además está inhabilitado para participar en las elecciones del año que viene por una decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), dijo además que tiene esperanzas en que la ayuda internacional contribuya a que haya un cambio en la composición del TSE para revertir así su inelegibilidad.

Bolsonaro dijo que fue víctima de un golpe del Poder Judicial para favorecer al presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y apuesta a que el año que viene cambie el escenario cuando el ministro André Mendonça, designado por él para integrar el STF, asuma la presidencia del Tribunal Electoral. “El año que viene el TSE tendrá un perfil completamente imparcial y podremos confiar en las elecciones”, agregó el líder ultraderechista.

El expresidente compareció en el acto junto con su esposa Michelle, y muy cerca de ellos estaba el pastor evangelista Silas Malafaia, un personaje estrechamente cercano al exmandatario, que es quien financia estos actos, según informó el portal Metrópoles.

Entre otras figuras de la derecha, uno de los oradores en el acto, además del expresidente, fue el diputado federal por el estado de Minas Gerais Nikolas Ferreira, integrante del Partido Liberal (PL), que es liderado por Bolsonaro, quien atacó duramente al ministro Alexandre de Moraes, del STF, calificándolo de cobarde.

“Los dictadores de toga, especialmente Alexandre de Moraes, utilizaron el día 8 de enero para asustarnos. Pero perdieron, míranos aquí. Esa es la respuesta para ti, cobarde. Y, además, hicieron todo lo posible para masacrar a la mayor dirección política de este país, que es Bolsonaro”, agregó Ferreira.

Por su parte, Caroline de Toni, diputada del PL por el estado de Santa Catarina, afirmó que “el 8 de enero fue una manifestación, no un intento de golpe de Estado”, mientras que el también diputado del PL por el estado de Río de Janeiro, Altineu Côrtes, hizo un llamado en el que preguntó a los políticos presentes si sus partidos apoyaban la amnistía.