Entre este domingo y el lunes se celebra en Río de Janeiro una nueva cumbre de los BRICS, el foro económico, político y comercial fundado originalmente por cinco potencias emergentes, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, al que se sumaron en 2024 otros cinco países en calidad de miembros plenos, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán.
Bielorrusia está participando por primera vez como Estado asociado, y entre otros países invitados al foro están Argelia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia y Turquía.
En total son 14 los jefes de Estado y de Gobierno que están participando en el encuentro, algunos de ellos invitados para la ocasión o de naciones que son observadoras dentro del bloque, que surgió como una alternativa al G7, espacio integrado por los países más desarrollados del mundo.
En el discurso que brindó en el comienzo del encuentro que lo tiene como anfintrión, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo una enérgica declaración denunciando la grave crisis del multilateralismo y defendiendo firmemente la urgente necesidad de reformar las estructuras de gobernanza internacional.
“Hoy presenciamos un colapso sin precedentes del multilateralismo”, expresó Lula, quien, en tono crítico, señaló además el debilitamiento del derecho internacional. “El derecho internacional se ha convertido en letra muerta junto con la resolución pacífica de disputas”.
El presidente brasileño llamó la atención sobre el número sin precedentes de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial y sobre la reciente decisión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de aumentar el gasto militar: “Es más fácil destinar 5% del PIB al gasto militar que el 0,7% prometido a la Ayuda Oficial al Desarrollo”, se lamentó.
El líder del Partido de los Trabajadores también se refirió a la situación actual en la Franja de Gaza y condenó con firmeza las acciones de la organización islamista palestina Hamas, pero también hizo duras críticas al gobierno de Israel.
“Nada justifica las acciones terroristas perpetradas por Hamas. Pero no podemos permanecer indiferentes ante el genocidio practicado por Israel en Gaza, la matanza indiscriminada de civiles inocentes y el uso del hambre como arma de guerra”, planteó Lula.
Antes del comienzo del encuentro en Río de Janeiro, desde muchos espacios se hizo hincapié en la ausencia del presidente ruso, Vladimir Putin, y de su par chino, Xi Jinping. Esto se interpretó como una muestra de debilidad del bloque, algo que fue refutado por el canciller brasileño, Mauro Vieira.
“Este es un análisis superficial”, afirmó el jefe de Itamaraty. “Hace unas semanas, el presidente Donald Trump tuvo que regresar a Washington en medio de una reunión del G7 en Canadá, y nadie allí mencionó un debilitamiento de la cumbre”, agregó Vieira en una entrevista con Folha de São Paulo.
Putin está participando en el evento por videoconferencia, debido a que la orden de captura internacional que pesa contra él, emitida por la Corte Penal Internacional, por presuntos crímenes de guerra en Ucrania, le impide asistir a países que integran la corte con sede en La Haya. Por su parte, desde Pekín no explicaron los motivos de la ausencia del presidente y la presencia en su lugar del primer ministro, Li Qiang.
Para Vieira, la incomodidad de las potencias occidentales con los BRICS es comprensible, dada la fuerza que ha adquirido el bloque. “Rusia, Brasil e India son países muy diferentes, pero China e India juntas tienen 3.000 millones de habitantes. Si eso no es importante, no sé qué lo es”, destacó.
Según él, los BRICS no se oponen a Occidente, sino que actúan a favor de sus miembros. “El G20 también reúne a las potencias occidentales y a los países BRICS. Nunca le hemos dado la espalda a nadie. Como ya dijo el presidente Lula, los BRICS y el G20 son hoy más importantes que la ONU, que está paralizada y en una situación lamentable”, enfatizó.
Respecto de la creación de una moneda común entre los países del bloque, una iniciativa que está en debate desde hace algún tiempo, el canciller respondió con ironía que es una cuestión que llevará algún tiempo: “En mi época no será. Seguro que estaré jubilado, porque es algo muy complejo”.