Fernando Haddad, ministro de Economía brasileño, dijo que la “interferencia” de Estados Unidos en la política interna de Brasil está directamente relacionada con el interés estratégico estadounidense en las llamadas “tierras raras” y otros minerales críticos que el país tiene.

En una entrevista con el canal GN consignada por el portal Brasil 247, Haddad dijo que habló muchas veces con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre la necesidad de aprobar un marco regulatorio específico para el sector. “Le he insistido al presidente Lula en que necesitamos tener listo el marco regulatorio para el sector”, declaró el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT).

El ministro remarcó que Estados Unidos no tiene ni el 10% de los minerales críticos que hay en Brasil, lo que refuerza la importancia geopolítica del tema.

Los minerales críticos incluyen el litio, el níquel, el cobalto y las tierras raras, todos fundamentales para la transición energética y para los sectores de alta tecnología, como la producción de baterías para vehículos eléctricos, turbinas eólicas, semiconductores y paneles solares.

Haddad enfatizó que la definición de un marco regulatorio es responsabilidad del Ministerio de Minas y Energía y que aún no se ha presentado formalmente a su departamento para su revisión.

Este tema cobró impulso en medio de la subida arancelaria de 50% a los productos brasileños impuesta por el presidente estadounidense, Donald Trump. “Esta injerencia en la política brasileña está relacionada, en mi opinión, con esto [las tierras raras]. Necesitan un gobierno que se venda porque es estratégico para ellos. Creen que América Latina es el patio trasero de Estados Unidos”, expresó Haddad.

El gobierno brasileño está considerando lanzar una política nacional para atraer inversiones en minerales estratégicos en el correr de este año. Entre las propuestas se encuentra la emisión de bonos incentivados para el sector minero, una medida que busca estimular la cadena productiva.

Además de la minería, Haddad advirtió sobre la necesidad de fortalecer las empresas tecnológicas nacionales, especialmente en el área del procesamiento de datos. El jerarca destacó que actualmente alrededor del 60% de la información de Brasil se procesa en el extranjero. “Imaginen, desde el punto de vista de la soberanía, con las amenazas actuales, qué podría significar esto. Mañana, alguien con una tendencia autoritaria podría querer perjudicar a Brasil”, advirtió Haddad.

Al comentar sobre los efectos del aumento de aranceles de Trump, el ministro afirmó que el gobierno de Lula ha actuado con firmeza pero sin bravuconería e indicó que la medida de Trump está afectando directamente a los consumidores estadounidenses, citando ejemplos como la carne y el café, que se encarecieron en Estados Unidos tras las medidas.

Por su parte, el vicepresidente Geraldo Alckmin reiteró este sábado durante un evento realizado en Brasilia por el PT que el gobierno de Lula seguirá apostando al diálogo con Estados Unidos para intentar revocar el arancel del 50% impuesto a los productos brasileños. “No renunciaremos a reducir esta tasa e incluir más productos [en la lista de excepciones]”, declaró Alckmin, de acuerdo a lo que consignó Agencia Brasil.

Como alternativa, Alckmin enfatizó que Brasil debería ampliar sus mercados con la firma del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que podría concretarse antes de fin de año.

El político declaró también su interés en impulsar otras negociaciones, como el acuerdo del Mercosur con la Asociación Europea de Libre Comercio, integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, además de acuerdos entre el bloque sudamericano y Singapur y los Emiratos Árabes Unidos.