En un año tan particular como este, lleno de conmemoración y desafíos presentes, debemos colocar los ejes principales de la clase trabajadora en la órbita pública con la mayor de las responsabilidades.
Los tiempos han cambiado desde aquel acto convocado en 1983 por la generación que conformó el Plenario Intersindical de Trabajadores; eran los últimos años de la dictadura civil y militar y el principal de los ejes era la libertad, atado al trabajo, el salario y la amnistía. Aun con los dirigentes y las dirigentes de la CNT en el exterior, compañeros y compañeras desaparecidas, los trabajadores y trabajadoras preparaban el acto del 1° de mayo en un ambiente hostil como señal inequívoca de que se asistiría a una de las movilizaciones más fuertes que generaba la antesala a la democracia.
Cuando los y las más jóvenes repasamos la organización y los discursos, la importancia que tuvo ese acto en particular justo donde desarrollamos este lunes el acto en Montevideo, es imposible no trazar una línea entre la plataforma del 83 y la actual.
¿A qué nos enfrentamos los trabajadores y trabajadoras en este 2023?
Trabajo y salario serán los dos ejes principales en un año en el que se desarrollará la décima ronda de consejos de salarios y la rendición de cuentas; ambas instancias son las últimas antes del comienzo del ciclo electoral y marcarán los próximos dos años de nuestras vidas.
No alcanza con la recuperación del salario perdido. Si el país creció, nuestro salario debe crecer. Nos preguntamos si se crearán políticas sectoriales y efectivas de empleo que eviten la precarización del trabajo. El impacto tecnológico en el mundo del trabajo, su avance, ¿dejará de ser un tema de preocupación para efectivamente y a través de la negociación colectiva ser política de reconversión que evite que los trabajadores y trabajadoras sean desplazados? Sin dudarlo ahí radica uno de los desafíos del presente.
En Uruguay, arriba de 500.000 trabajadores y trabajadoras perciben menos de 25.000 pesos de salario, en los últimos tres años su salario ha sufrido pérdida, por tanto su poder de compra cayó. Cuando segmentamos datos de empleo e ingresos, las mujeres y los jóvenes siguen siendo quienes acceden a los trabajos con menor salario y quienes mayormente sufren el desempleo.
El debilitamiento de derechos debilita la democracia. No se puede construir un país de iguales si no se inyecta de oportunidades y de los recursos necesarios a la población más débil.
Debemos preguntarnos entre todos y todas si hoy asistimos a un país más justo y con menos desigualdad. Caminamos por las calles de Montevideo y vemos cada vez más personas durmiendo en la calle. Aún tenemos personas que no pueden sostener su alimentación diaria y asisten a las ollas populares. Aumentó la pobreza infantil. Se han registrado recortes significativos en áreas prioritarias como salud, vivienda y educación, y estos afectan a los hogares de menores ingresos. Tenemos que tener presente que la ausencia del Estado deja a la deriva a cientos, a miles, y condena a las futuras generaciones.
El debilitamiento de derechos debilita la democracia. No se puede construir un país de iguales si no se inyecta de oportunidades y de los recursos necesarios a la población más débil.
Las organizaciones sociales y nuestro movimiento sindical han dado muestra de su interés y permanente propuesta de cara a la realidad que afrontamos. Muestra de ello fue el despliegue en la última movilización del 25 de abril en el marco de la aprobación del proyecto de reforma jubilatoria.
Defender la democracia sigue siendo un eje principal para nosotros y nosotras. Seguir reclamando verdad, memoria y justicia para aquellos y aquellas que fueron desaparecidas es no olvidarnos de dónde venimos y hacia dónde vamos.
A 50 años de la huelga general encabezada por la generación forjadora de la unidad del movimiento sindical, en las palabras de Héctor Rodríguez, sabemos que “la clase obrera no fallará”.
A 40 años del acto de 1983 y en reconocimiento a todos aquellos y aquellas que lograron reorganizar a la clase trabajadora y aportar a lo que hoy es el único movimiento sindical, nuestra consigna este año irá atada a la suya.
Con la gran responsabilidad de la historia que nos formó, con los desafíos que tenemos en el presente, seguiremos construyendo futuro.
Abigail Puig es secretaria de Comunicaciones de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys) e integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT.