Cultura
Sentí muy baja tolerancia ante esta película empecinada en pintar a la URSS más espantosa que se haya visto en una pantalla. En "Crímenes ocultos" la historia transcurre en Moscú y en algunas provincias no muy lejanas de allí, en 1953. Pero sólo para poder incluir todo lo malo, inventaron una introducción durante el Holomodor (hambruna que padeció el pueblo ucraniano en 1932-1933, que puede haber sido -la película lo asume así- un genocidio planificado por Stalin). Luego el personaje crece y ese prólogo no cumplió ninguna función en particular más que la de contribuir a teñir, con su peso acusatorio, a la sociedad que va a retratar. No hacía falta, porque la imagen es horrenda.