El acto del 1º de Mayo por el Día Internacional de los Trabajadores volvió, después de dos años, a ser presencial, masivo y con discursos. El de este domingo fue el primer acto de este tipo desde que asumió la presidencia Luis Lacalle Pou; en 2020, poco después de declararse la emergencia sanitaria, el PIT-CNT convocó a tres caravanas de vehículos que confluyeron en el entorno de la plaza Mártires de Chicago, y al año siguiente, todavía en contexto de pandemia, se organizó una recolección de firmas casa por casa para convocar un referéndum sobre 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), que se celebró el 27 de marzo.
Este domingo, en la vuelta a la presencialidad, la gente fue llegando desde temprano, caminando, en vehículos, en motos y bicicletas. Luego se fueron sumando las tres caravanas que estaban convocadas, que salieron desde la plaza Lafone, la plaza Colón y el intercambiador Belloni. Tal como lo previó el PIT-CNT cuando decidió cambiar el lugar del acto de la plaza Primero de Mayo a la Avenida del Libertador, la concurrencia fue multitudinaria y abarcó desde el cruce con Valparaíso hasta la circunvalación del Palacio Legislativo.
En los flancos de esas siete cuadras, además de mucha gente, estaba lleno de pancartas, carteles y puestos de venta de todo tipo de alimentos, aunque por lejos la oferta de choripanes era la más grande, si bien también había de camisetas estampadas, banderas y pegotines. “La clase obrera: la rueda que mueve al mundo”, decía una pancarta. “Los puertos no se venden, los puertos se defienden”, decía otra, del Sindicato Único Portuario y Ramas Afines. “Por trabajo, salario y mejores condiciones laborales, contra el hambre y la carestía”, expresaba un volante de la Federación Uruguaya de la Salud, que repartían sus afiliados. A pie, desde el Palacio Legislativo hasta el estrado, un militante de gorrito azul fue repartiendo medio centenar de banderitas del PIT-CNT. Un grupo portaba una pancarta firmada por el Movimiento Nacional en Defensa de la Seguridad Social que decía: “Eliminar las AFAP [Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional] - No aumentar la edad jubilatoria”.
Ya en la esquina de Valparaíso, desde un balcón de un primer piso colgaban dos camisas de mangas extendidas y unidas por una manga, una blanca y una celeste, junto a un cartel que decía: “¿Dónde están?”. Enfrente, en un edificio en construcción, integrantes del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos ondeaban desde el último piso una enorme bandera roja de su sindicato. Abajo, en la calle, miles los aplaudieron y saludaron.
En el estrado se podía leer la consigna de este 1º de Mayo: “Por la unidad de quienes movemos la rueda”. La plataforma de la convocatoria incluyó reclamos “contra el hambre y la carestía”, “por trabajo”, “por salario” y “en defensa de la seguridad social”.
Antes de la parte oratoria, la Asociación de Funcionarios del Sodre hizo una intervención artística con la canción “El pueblo unido jamás será vencido” en la que participaron músicos de la orquesta, bailarines y cantantes en coro. Después, como es tradicional, se cantó el Himno Nacional y La Internacional. Luego hablaron Laura Boiani, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, y Juana Eglis Fernández, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba.
Pandemia, reforma sin docentes y “caza de brujas”
La primera oradora del PIT-CNT fue Elbia Pereira, la secretaria general de la central sindical, quien comenzó destacando la concurrencia masiva. Atrás de ella y a lo largo del estrado se pararon los integrantes del Secretariado Ejecutivo y otros dirigentes sindicales, que permanecieron así hasta el final del acto. “Verlos de acá es medio difícil, porque llega hasta el Palacio Legislativo [la cantidad de gente]; arriba y salud, compañeras y compañeros, los abrazo desde aquí luego de dos años sin poder abrazarlos”, dijo Pereira.
Enseguida pidió un aplauso para los más de 7.200 uruguayos que fallecieron a causa de la covid-19 y para el “eterno reconocimiento” de los trabajadores de la salud pública y privada, que “estuvieron en la primera línea de lucha”. También envió un “reconocimiento especial” a las “miles de compañeras que en su lucha feminista reclaman y exigen más lugares de participación genuina para las mujeres en los espacios de poder” y luchan por “la igualdad”.
Respecto de la pandemia, dijo que durante la “crisis sanitaria” el movimiento sindical estuvo “a la altura de la circunstancia en su apoyo a quienes más lo necesitaban: estuvimos y estamos organizando y contribuyendo con las ollas populares y las organizaciones sociales”.
Pereira afirmó que la pandemia “dejó al descubierto desigualdades” que permitieron “que algunos se siguieran enriqueciendo y muchos cayeran en la pobreza extrema, golpeando sobre todo en los hogares más vulnerables, que de un día para el otro quedaron sin trabajo”.
Por otro lado, habló de que actualmente hay una única certeza: “Aumentó todo y hay uruguayos y uruguayas pasándola mal”. Enumeró el “reforzamiento” de la pérdida de salario real y de poder de compra, a lo que se suman “la inflación y las medidas insuficientes del gobierno para evitar que quienes movemos la rueda de producción, crecimiento y desarrollo sigamos perdiendo”.
Sobre la “reforma de la educación pública”, Pereira dijo que es “sin la participación de los profesionales de la educación que día a día están en las aulas”. “Necesitamos de una vez por todas que exista la voluntad política para llamar a un diálogo nacional sobre la educación pública, y que quede fuera de un rédito electoral”, afirmó.
Otra de las preocupaciones vinculadas a esto es la “persecución y caza de brujas hacia los profesionales de la educación comprometidos con la educación pública uruguaya”, subrayó Pereira.
“No hubo dos demonios, hubo un terrorismo de Estado”
Estaba pautado que luego del discurso de Pereira comenzara el suyo Fernanda Aguirre, secretaria de Derechos Humanos y Políticas Sociales del PIT-CNT. Sin embargo, al estrado se subió la madre de Martina Colombo, una joven que falleció en su ámbito de trabajo a los 23 años. La madre dijo frente al micrófono que se trataba de una “multinacional eólica” y que “las condiciones laborales no eran las que correspondían”. “¡Le quitaron la vida por las condiciones laborales! ¿Quién me la devuelve?”, manifestó, y también señaló que el PIT-CNT y la Comisión de Género no la “atendieron como correspondía”.
Tras el mensaje por fuera de lo pautado, que duró unos minutos e interrumpió la oratoria, Aguirre inició su discurso diciendo que “las multinacionales han venido siempre a saquear nuestros pueblos y arrancar a los hijos del pueblo, su salud y su vida”. A su vez, afirmó que “supimos de lo que denuncia esta madre, no sólo ahora sino siempre, desde el terrorismo de Estado”, y que comprenden “el dolor de las madres”. La central sindical “se tiene que fortalecer para que estas cosas no pasen”, finalizó.
Luego, Aguirre se detuvo en que “la lucha por la impunidad, que se está desarrollando, como siempre, en un escenario adverso”, hoy lo hace en uno “peor, porque están queriendo reinstalar la teoría de los dos demonios” y “acá no hubo dos demonios, hubo un terrorismo de Estado”.
En la misma línea, Aguirre recordó el proyecto de ley presentado por Cabildo Abierto que en un artículo único propone la prisión domiciliaria para procesados y condenados mayores de 65 años que se encuentren privados de libertad en cárceles. De ser aprobado, los encarcelados en la Unidad 8 Domingo Arena, condenados por delitos de lesa humanidad, gozarían de prisión domiciliaria. Aguirre citó que para “juristas a nivel internacional” se trata de “una ley escandalosa y vergonzosa para nuestro país”. Deben estar privados de libertad en una “cárcel común” y “no en una cárcel VIP”, resumió.
“Un proyecto de desarrollo excluyente, concentrador de la riqueza”
En la parte final del acto habló el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, quien hizo varias críticas al gobierno, al tiempo que enumeró una serie de propuestas que elaboró la central sindical, que tendrá una reunión el miércoles con Lacalle Pou.
El primer punto desarrollado por Abdala fue “cómo estamos parados”. Para eso, repasó diversos números: el producto interno bruto (PIB) es 1,5% superior al que había en 2019, mientras que los salarios “están casi 4,5 puntos por debajo del nivel prepandemia”; 42% de los ocupados, es decir, unos 650.000 uruguayos, ganan menos de 25.000 pesos mensuales, y 230.000 “deben sobrevivir con menos de 15.000 pesos mensuales”; hay “66.000 pobres más” con relación a 2019 y muchos “son niños”; hay 132.000 desempleados y los puestos generados han sido “a partir de salarios empobrecidos”.
Abdala comparó esto con la situación de “los sectores agroexportadores”, que aumentaron tanto el volumen de ventas como los precios de colocación de los productos: la carne incrementó su precio internacional 40%, los lácteos 30%, la soja 20%, el trigo y el maíz 15%.
“Estos sectores, que están en la cúspide de la acumulación de riqueza y capital, observan de qué manera, objetivamente, pagan menos impuestos al erario público que el conjunto de la sociedad. Hablamos de 1.700 empresas que logran exportar y de 25 empresas solamente que logran exportar la mitad del total de nuestro país. Simultáneamente, crecen los depósitos de uruguayos en el extranjero; una porción minúscula de los orientales logró invertir en el sistema financiero [internacional]”, manifestó.
Sobre el rol del Estado y la baja del nivel de inversión, Abdala repasó que se “rebajaron los salarios públicos” y bajó la participación dentro del presupuesto del rubro educación 3% y 12% en vivienda. Además, sostuvo que “se rebaja una parte de la torta” que llega a los uruguayos mientras “crece la riqueza de los sectores agroexportadores, que algunos llaman malla oro”.
Tras su análisis, afirmó que “objetivamente, por la dureza y la frialdad de los datos de la realidad material, que es económica, se viene impulsando un proyecto de desarrollo y crecimiento excluyente, concentrador de la riqueza y que exacerba la desigualdad natural, en un régimen en que los poderosos siempre van a tener mejores condiciones para multiplicar ganancias que la gran mayoría del pueblo”.
Las propuestas del PIT-CNT
Ante el “carácter insuficiente” de las medidas que tomó el Poder Ejecutivo, el PIT-CNT pretende mostrar que “existe una agenda diferente”, para “que los sectores populares puedan llegar en mejores condiciones a fin de mes y a parar la olla”. Dijo que la central sindical va a establecer “una acción de movimiento, lucha y diálogo” en busca de “que se abra la pauta para transitar un camino diferente”.
En ese sentido, enumeró una serie de propuestas: “Subir las asignaciones familiares y la Tarjeta Uruguay Social [del Ministerio de Desarrollo Social] en 300 millones de dólares para dar una mano a los más desposeídos, ya que el Poder Ejecutivo sobrecumplió sus metas de ahorro fiscal en 350 millones de dólares; para los jornales solidarios [programa que se hizo a través de las intendencias], que fueron una buena decisión en el marco de la asistencia social, proponemos que la gente no se quede en la calle cuando terminen [a fin de mes], sino que haya una negociación entre el Ejecutivo y las intendencias, si no perderemos casi 40% de los nuevos puestos de trabajo de la noche a la mañana”.
Abdala también mencionó un planteo que reconoció que ya fue analizado y rechazado por el Poder Ejecutivo, pero por el que la central obrera insistirá: “Aumentar el salario mínimo nacional sería una mano tendida a los más desposeídos”.
También pidió “aumentar la inversión pública en infraestructura y en trabajos que apunten al desarrollo integral del país”, que a las empresas públicas “no se las gestione sólo con criterio fiscalista sino como locomotoras del desarrollo”, acelerar el plan nacional de vivienda y un sistema de compras públicas que priorice a las empresas locales.
Otro planteo realizado por el presidente del PIT-CNT fue convocar a un diálogo tripartito con el gobierno y empresarios “cuyo centro sea hacer todos los esfuerzos, con cabeza grande y sin dogmas ni ortodoxia, y donde podamos negociar palmo a palmo la necesidad de un plan de generación de puestos de trabajo de calidad”.
Al final, Abdala habló acerca de la propuesta de reforma jubilatoria que tiene prevista el gobierno, que enviará en las próximas semanas un proyecto de ley al Parlamento. Anunció “un proceso de lucha ideológica frontal, con respeto por los seres humanos que participan en la contienda”, ya que indicó que “caracterizamos esto como un proceso de ajuste del gran capital contra las grandes mayorías del pueblo”. Sostuvo que “no está bueno” promover la suba de la edad de retiro de 60 a 65 años “en momentos de revolución tecnológica, de inteligencia artificial, cuando vamos a tener problemas para generar el reparto del trabajo, cuando aparecerán nuevamente las banderas del movimiento obrero de la lucha por reducir la jornada de trabajo”.
Por último, evaluó como “una gran patriada” el proceso de juntar firmas y la posterior campaña para la derogación parcial de la ley de urgente consideración. Pese a que el objetivo no se haya logrado en las urnas, Abdala consideró que “el nivel de unidad y militancia, el estado de ánimo es infinitamente superior a los que teníamos a principios de 2020”, por lo que agradeció “a todos los que se pelaron los talones y salieron a dar esta batalla”.