La mala señal entrecortó varias veces la voz del exintendente de Rocha Aníbal Pereyra durante la entrevista telefónica que concedió a la diaria mientras circulaba por un camino rural de Sarandí de Navarro, una localidad con 300 habitantes ubicada al noreste de Río Negro. Terminaba de reunirse con un grupo de pequeños productores –el quinto encuentro del viernes en ese departamento–, ya inmerso en la gira “Diálogos por Uruguay”, que el Frente Amplio (FA) comenzó esta semana por el litoral del país.

En paralelo, se está retomando la campaña “El FA te escucha”, que tuvo dos giras en el último año, y continúa la campaña “Por el agro, por Uruguay”, cuyo lanzamiento se realizó en abril. Aunque la fuerza política prevé ofrecer un resumen público de la primera campaña en las próximas semanas, Pereyra adelantó algunas cifras y datos cualitativos sobre “el sentir” de las personas que representaron a las organizaciones e instituciones con las que se reunieron en este tiempo.

“El FA te escucha” llegó a los 19 departamentos. Realizó 1.500 reuniones en 303 pueblos y ciudades, con la participación de 1.100 personas que integraron las delegaciones del FA (legisladores, referentes nacionales y locales). Hubo, además, 60 conferencias de prensa y 115 entrevistas en programas de radio y televisión fuera de la zona metropolitana, señaló Pereyra, quien preside la Comisión Interior del FA integrada en abril de 2022 con la misión de fortalecer el trabajo político de las mesas departamentales.

Considerando el tipo de organizaciones o colectivos que participaron en las reuniones, dijo que hubo una distribución “equilibrada”, con un promedio de 4% a 10% en cada rubro. A modo de ejemplo, detalló que el 8% de las 1.500 reuniones involucraron a organizaciones agropecuarias, el 7% se realizó con organizaciones empresariales y el 9% con organizaciones de trabajadores. A su juicio, consignar esto es de relevancia porque “no faltará quien diga que fuimos sólo con organizaciones sindicales y que eso condicionó las respuestas en sentido negativo”.

La sensación cualitativa

“Con respecto a lo que es el presente, gran parte de la población tiene un sentimiento de estancamiento, de retroceso. No ven que estemos en una crisis, sino que los cinco mejores años de nuestras vidas no llegaron y que además se perdieron cuestiones que sentían como inamovibles”, aseguró al analizar los resultados cualitativos de las dos giras de “El FA te escucha”.

Uno de los “retrocesos más remarcados” en esas 1.500 reuniones es la inversión en políticas públicas de salud, educación y vivienda. De 303 localidades, en 298 mencionaron que “hubo pérdidas” en cuanto a la inversión en la salud, en los medicamentos, en la atención y en las policlínicas. “En algunas llevaron ambulancias y eso la gente lo vio como algo muy positivo, pero luego no hubo choferes ni enfermeros; o se inauguraron CTI sólo para decir que eran nuevos, porque en algunos lugares no funcionan. Hoy la gente ve que esas cuestiones empeoraron”, resumió.

En materia de educación –sobre todo a nivel de primaria y secundaria–, las organizaciones advierten que “volvieron los problemas” por falta de mantenimiento de edificios, que las comisiones de fomento de las escuelas o los grupos de padres de los liceos “han vuelto a ser los que tapan los agujeros por la carencia de recursos” institucionales para el funcionamiento diario y que otra vez abundan las clases superpobladas. “Eso es lo que se nota en todo el país como un retroceso”, sostuvo Pereyra.

Al hablar sobre vivienda, “la gente señala que hay un enlentecimiento notorio” en la construcción de nuevas unidades mediante el sistema de cooperativas, y también menciona que “se resintió su economía familiar”, que no llegan a fin de mes o que debieron suprimir costumbres arraigadas, como la de comer asado. Tampoco faltó “el malestar y el enojo” en aspectos vinculados con la seguridad pública: “la gente estaba convencida de que el cambio iba por ahí, pero no sólo no se cambió, sino que en muchos lugares te dicen que está igual o peor”.

Trabajar con la realidad

“El trabajo de la fuerza política ha tenido un eje importante en el interior para determinar qué siente la sociedad, cuáles son sus expectativas a futuro y qué errores no puede volver a cometer el FA. Uno de los aprendizajes es no dejar la presencia permanente en el territorio”, dijo Pereyra, para quien eso tiene mucho que ver con la instalación de la Comisión Interior, que comenzó a sesionar por primera vez en abril de 2022.

Esta comisión se reúne mensualmente en localidades que no son capitales departamentales y sus actividades son parte del “andamiaje” organizativo que el FA diseñó como consecuencia de su autocrítica tras la derrota electoral en 2019. “No está para sustituir el trabajo en territorio, porque eso lo hacen los militantes, sino que su misión es articular y coordinar, hacerles sentir que no están solos”, aclaró el exintendente rochense.

Esas reuniones de la comisión confirmaron que en el interior del país hubo un malestar que “no tenía que ver con las decisiones del gobierno, porque en todos los rincones hubo políticas del FA que tuvieron un impacto muy positivo, sino con la necesidad de una mayor presencia, un trabajo continuo y un plan de acción” de la fuerza política.

Ahora, tras el intenso trabajo desplegado, Pereyra es optimista: “Los resultados son la realidad. Escuchamos, dialogamos, sintetizamos y registramos. Tenemos una herramienta muy importante para trabajar sobre la realidad y no sobre la interpretación nuestra sobre la realidad”.