El directorio de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU) aprobó días atrás la memoria y el balance correspondientes al ejercicio del año pasado. Tal y como estaba previsto, el organismo previsional registró un déficit de 2.245 millones de pesos en 2024; se trata del quinto año consecutivo sin superávit.
De acuerdo al documento, la mayor parte de los ingresos que tuvo la CJPPU provino de los aportes de los afiliados (63%) y de los timbres profesionales (31%). Del otro lado, el pago de las prestaciones acaparó casi la totalidad de los egresos (94%). Los gastos de administración representaron 3% de los egresos y estuvieron por encima de los ingresos que tiene la CJPPU por concepto de inversiones: 719 millones de pesos frente a 527 millones de pesos.
En materia de prestaciones, en el informe se señala que al cierre del año pasado la edad promedio de los jubilados de la CJPPU fue de 73 años; mientras que la jubilación promedio se situó en 94.721 pesos, esto es, 4,7 veces más que la jubilación mínima que actualmente otorga el Banco de Previsión Social. En tanto, la pensión promedio que otorga la CJPPU se ubicó en 56.951 pesos.
Asimismo, en la memoria se señala que en 2024 el instituto previsional registró la peor relación entre activos y pasivos de los últimos cinco años. Así, mientras en 2020 había 3,37 profesionales aportantes por cada jubilado, el año pasado hubo sólo 3,07 activos por cada pasivo. En números totales, 63.759 frente a 20.758.
En 2024 también se registró la peor proporción entre declaraciones de ejercicio y no ejercicio del último quinquenio. En un universo total de 173.478 profesionales universitarios, la CJPPU contabilizó 63.759 declaraciones de ejercicio (37%) y 109.719 declaraciones de no ejercicio (63%).
Según la profesión, quienes contribuyen con una mayor cantidad de declaraciones de ejercicio son los médicos, con 13.626 (21%); los contadores, con 9.775 (15%), y los abogados, con 7.774 (12%), mientras que entre los principales ausentes también sobresalen los contadores, con 21.712 (20%); los enfermeros, con 8.403 (8%), y los psicólogos, con 7.763 (7%).
En el caso particular de los contadores, estos números marcan que por cada contador en actividad hay aproximadamente otros dos con declaración de no ejercicio. No es el peor guarismo. En el área de la comunicación, por ejemplo, hay sólo 636 profesionales en actividad y 5.273 con declaración de no ejercicio, lo cual arroja una proporción de uno de cada ocho.
En el directorio de la CJPPU este documento fue aprobado junto con una nota en la que se sostiene que, “ante la proyección de agotamiento de las reservas financieras” en el transcurso de este año, las autoridades de la caja paraestatal están “en comunicación con las nuevas autoridades del Ministerio de Trabajo para encontrar soluciones que garanticen la sostenibilidad del instituto mientras se elabora y se cumple el trámite parlamentario de un nuevo proyecto legal”. Se asegura, además, que la CJPPU “recibirá del Poder Ejecutivo la asistencia financiera necesaria para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones”.
Esto último va en línea con las declaraciones del ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, quien ha señalado que los cambios que planteará el Poder Ejecutivo para mitigar el déficit de la CJPPU “no son sustancialmente distintos a lo que estaba contenido en la ley” que impulsó –sin éxito– el anterior gobierno, que incluía, entre otras cosas, un aumento de la tasa de aportación, un nuevo impuesto para los profesionales jubilados y “transferencias” desde Rentas Generales hacia la caja paraestatal.